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LUCIANO
Ruedo los ojos irritado por las burlas de mi hermano.
De verdad, ser humillado por una mujer pone en tela de juicio las bolas de cualquiera.
Justamente como tengo las mías ahora.
Él se regodea a mi costa, pero todo es mencionar a su misteriosa esposa y su humor se esfuma.
¡Diablos!
El pobre imbécil aun no cree que esté casado. Esa noticia nos tomó a todos por sorpresa, más a mi madre que literalmente brinca en un pie.
Bueno, ya intuía que algo se traía entre manos. Normalmente, Lev es un hombre que nada se le escapa y en los tres últimos días ha estado raro y despistado, que apenas me reclama mis putadas.
El viaje a Barbados se me hace corto y, no desaprovecho la oportunidad de seguir jodiéndole con el tema. Hasta que me gruñe y me amenaza con abrir la puerta de emergencia y tirarme por ella.
- Señor Armstrong, de verdad lamento la demora. En realidad no sé que pasó con la persona encargada de las posibles propuesta a debatir si llegamos a un acuerdo. Le ruego que me permita llamarla.
Permanezco en segundo plano, en silencio, dejando que mi hermano se haga cargo del control de la situación.
Estoy empezando a pensar que sufre de bipolaridad, pues de un momento a otro su humor cambió al pisar el hotel. Y, tampoco ayuda en nada que llevemos esperando por la persona que falta en la sala. Lev solo quiere terminar con la reunión para ir en busca de su "esposa". Lógicamente, lo entiendo. Creo.
- Haga lo que tenga que hacer, aunque me parece una falta de respeto por su parte, pero ya estoy aquí.- Lev mira su su reloj.- Quince minutos, tiene quince minutos o me largo.
Hago una mueca cuando Robert, el papá de mi ex ligue, me mira pidiendo ayuda.
Resignando, me levanto siguiendo a Lev para tratar de apaciguar lo que sea que ronde su cabeza.
Cruzo mis brazos imitándolo, dirigiendo mi vista a la panorámica que se extiende bajo nuestros pies.
Sol, arena blanquecina y distintos tonos de azul y verde, me empujan la imagen de Victoria a mi cabeza de manera sorpresiva.
Ella con un pequeño bikini que deje a la vista sus hermosas curvas para mí. Diantre, si casi me da un infarto en la polla por su foto en Facebook, no quiero ni pensar que sucedería al verla en vivo y directo.
Parezco un maldito pervertido.
Creé una cuenta falsa tanto en Facebook como Instagram para ver casi todo de ella. Principalmente, sus fotos.