One-shots - [Detroit: BH]

Programado

‹Hank›

No podía entender lo que cruzaba por su cabeza, esos momentos de cordura se habían vuelto escasos.

Cada que volvía la mirada hacia él, parecía ido, pensativo, como si estuviese en su mundo. Un pequeño mundo que fue creado a propósito para escapar de la vida que lo rodea.

Decir que tenía miedo era poco, ya varias veces había estado en esta situación con aquella máquina pero esta vez había algo distinto, algo más extraño y macabro.

Podría decir que no era él, pero sentiría que me engañaba a mi mismo siendo que una parte de mi se niega a creer este hecho: tener a Connor frente mío, con un arma en mi dirección.

Sé que tiene miedo, tiene miedo a esto que está sintiendo, a no obedecer aquella orden que le han demandado. Lo entiendo.

Finalmente lo hago.

En su mirada se inyectó la duda, y pude tomar también que el miedo estaba ganandole al leve odio que se había creado en el ambiente.

Que estúpido fui al creer en aquello.
Su expresión tan seria y demandante había aparecido nuevamente, sabía que esta vez sería el fin de todo esto. Que ahora en adelante, ya no habría un hasta mañana.

Sé que siente lastima por mi, que la empatía en él ha ido creciendo y me llena de odio saber que ante sus ojos parezco tan indefenso.

Una mancha azul que chorrea de su ojo derecho me advierte que algo malo pasa con él y que, por más que no lo desee así, debe correr sangre.

Al menos puedo asegurar que volveré a ver a mi familia, a mi hijo y a todo eso que perdí para convertirme en lo que soy ahora.

Cierro mis ojos, el arma a tan solo centímetros, un disparo y confusión.

¿A caso se toma su tiempo para hacerme sufrir más de lo que ya hago?¿A caso es divertido verme se esta manera?

Al abrir mis ojos, el cuerpo de Connor pierde el equilibrio mientras que en mi cabeza reina la duda.

Mis brazos lo sostienen, no sé qué hacer más que eso. Estoy asustado, confundido y por entrar en pánico. Su mirada perdida. Su cuerpo inerte.

‹Connor›

¿Piedad?¿Debería tener piedad?
Máquina naces, máquina mueres.
Elecciones no tengo, solo órdenes en mi cabeza que me dicen que hacer, que me dicen lo que está bien y lo que está mal.

La voz de aquella mujer resuena en mi cabeza.
Lo sé, algo hice mal y ahora vengo a arreglarlo.

Su mirada me evalúa.
Lo sé, quieres hacer de mi alguien perfecto y no lo soy. Perdóname.

Tan seria y estricta.
No quiero acabar con la vida del único humano que me llegó a importar, siendo sinceros no me imagino un mundo sin Hank Anderson.

Un disparo, luego otro. Un torbellino desastroso que me prohíbe seguir adelante, quiero hacer lo correcto. ¿Pero qué es lo correcto?¿Yo estoy mal?¿Todo el sistema está mal?¿O simplemente pienso de más?

Si, tal vez esa sea la razón. Debo dejar de preocuparme.

Otro disparo.

Desaprobación y una cercanía peligrosa, su mano sobre mi rostro me desequilibran y pierdo completa conciencia sobre la situación.

Cierro los ojos, un asesinato necesario y una bala que se perderá en su cabeza.

Amanda, perdóname por fallarte, por no cumplir tus expectativas y acabar con el único peligro presente... Conmigo.