Capítulo 7: Mi obsesión.

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Beth seguía mirando a su hermano sin ninguna expresión que le surcara el rostro, la brisa le alborotó el cabello castaño y se lo desparramó sobre los hombros, Beth tenía una mirada dura mientras que Damien estaba inmerso en sus pensamientos ''ahora todo encaja´´ pensó, debía contarselo a Louis de inmediato. 

- ¿Cúanto sabe Wenner de la historia con Lily? - preguntó Damien.

- No lo sé, solo lo oí de pasada - respondió Beth cada vez más enfadada - pero me figuro que toda la hstoria ya que ¡es su mejor amiga! 

Damien creía fielmente que Lily no se había atrevido a contar toda la historia, o, si lo había hecho había omitido partes muy importantes que nadie debería saber, la historia de Lily tendría que estar ya en el olvido sino Aeris podía enterarse de cosas que a Damien no le interesaban y cosas que él no quería recordar. Alzó la vista y vió a Beth mirandolo con reprobación.

- No creo que... - empezó pero su hermano ya no la escuchaba. 

Damien se giró en redondo y con pasos rápidos se alejó de Beth que estampó su pie en el suelo y lo llamó casi a gritos para que no la ignorara. Damien se removía el pelo con nerviosismo y se mordía el labio, ''Lily´´ pensó, nunca había pensado que ella podía tener amigas, ni familia, ni sentimientos, para él, sólo era dinero, 300 euros en su bolsillo pero se estaba dando cuenta de que con Aeris no pensaba de esa manera, Damien pensaba en ella como en un reto, como en una chica inalcanzable que tenía que alcanzar por obligación, no pensaba en ella como dinero, pensaba en ella como una obsesión, ''¿Qué demonios te pasa Damien?´´ se repetía una y otra vez ''es solo una chica´´ sacudió la cabeza y se fue a casa de el único ser en el planeta que lo entendía mejor que su hermana y que él mismo: Louis. 

Abrió la puerta del enorme portal y subió los tres pisos en ascensor y tocó al timbre cuando tenía la cabeza como una bomba a punto de explotar con tanta Wenner y Lily dentro de su cabeza. Louis se sorprendió al verlo allí pero no tardó ni un segundo en dejarle pasar, Damien estaba a punto de suspirar cuando un par de ojos castaños lo miraron desde la cocina.

- ¿Hola, Damien como estás hoy? le dijo la madre de Louis con un fuerte acento Francés. Louis era francés pero él no tenía acento. 

- Especialmente molesto, Isabelle - le dijo con una media sonrisa, se llevaba bastante bien con la madre de su amigo, era encantadora y siempre le ponía horarios de llegada a casa a su hijo, siempre se había preguntado cómo sería tener una madre que se preocupara tanto por él. - pero no te preocupes.

- Eres como mi segundo hijo, muchacho - dijo ella riéndo y metiendo una bandeja de galletas en el horno - no me pidas eso.

Después de la sonrisa triste de Damien, Louis lo condujo a su habitación y se puso a revisar los juegos. 

- ¿Qué te apatece hoy? - dijo cogiendo uno de acción. 

- Tengo que hablar contigo - le dijo Damien.

Louis en seguida depositó el juego en el suelo y lo miró con alarma, se retorció las manos nervioso y lo miró con impaciencia, Damien lo miró extrañado nunca lo había visto tan nervioso, Louis abrió la boca para decirle algo pero acto seguido la cerró y le indicó a su amigo con un gesto que hablara. Damien respiró hondo y con una última mirada suspicaz a su amigo le contó todo lo que le había dicho su hermana sobre Lily. Louis solto el aire de puro alivio y Damien se preguntó qué demonios estaba esperando Louis que le dijera para tenerlo tan nervioso ¿Es que hasta su mejor amigo le escondía cosas? Le iba a preguntar pero Louis habló primero.

- Entonces si Aeris sabe la mitad de la historia de Lily, y es seguro que lo sabe, pues era su mejor amiga - sonrió con malicia - necesitas más tiempo.

Cómo la llama de una vela (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora