Cómo la llama de una vela (editando)

Capítulo 26: Estoy enamorado de ti.

La brisa fría esparció los cabellos rubios de Damien en varias direciones sobre su cabeza, el chico resopló y se colocó de nuevo la sudadera, tenía los labios crispados en una fina línea, cualquier persona que lo viera pensaría que estaba enfadado pero no lo estaba, estaba preocupado, sumamente preocupado, por Aeris ya que mañana se enfrentaba a esa operación letal que tanto lo aterraba. Antes de salir de la habitación (ya que el médico a parte de decir la noticia de la operación había dado por finalizado el horario de visitas) él le había echado una última mirada a Aeris que apenas lo había mirado, y la vio un tanto decaída, más de lo necesario por su recaida a la enfermadad.

Louis le dio un codazo para que dejara esa cara de amargado y le sonrió con animo pero Damien no dejaba de pensar en ella.

- ¿No te pareció que estaba rara? - comentó Damien en voz alta, tenía la voz un tanto ronca - como disgustada o decaída.

- Bueno, creo que es normal que esté así, se va a enfrentar a una operación de riesgo mañana, sería verdaderamente preocupante no estar así ¿no te parece?

Damien se encogió de hombros y estuvo a punto de volver al hospital para asegurarse de que estaba bien, pero el horario había terminado y ya no tenía ninguna oportunidad, si mañana ella no salía de esa, no se perdonaría no haberla besado una última vez, no pudo, ya que todos estaban allí y aunque poco le importaran los demás a Aeris sí le importaría y seguro que se enfadaría y no quería discutir con ella justamente ese día.

- No te preocupes, ella es fuerte - esas palabras de aliento las dijo Beth que pareció a su lado, había estado hablando con Mía, Beth le sonrió y se colocó la bufanda blanca que había traído en su maleta del instituto que llevaba aún colgando en el hombro - seguro que sale de esta.

- ¿Y si no? - preguntó Damien con inseguridad.

Beth no supo que contestarle, simplemente se puso de puntillas y lo abrazó con fuerza, Louis estaba a punto de abrazarlo también pero su novia se le adelantó. No podía ni imaginar por lo que estaría pasando su mejor amigo, él no podría soportarlo si Beth estuviera en esa misma situación. Damien susurró un seco ''gracias'' antes de separarse de su hermana.

- ¿Queréis quedaros a dormir en mi casa? - ofreció Louis con una sonrisa radiante - tengo pelis de zombies devorando cabezas y gente loca matando a gente buena y sin nada de amor.

- ¡Sí! - gritó Beth mirando a su hermano - ¿qué dices Damien?

Damien los miró y su hermana por primera vez comprendió por que lo quería tanto, tenía la misma mirada triste que le velaba los ojos de pequeño cuando sus padres se fueron, tenía esa tristeza grabada a fuego y a Beth nunca le había gustado esa mirada por eso era tan activa y emocionada, lo hacía insconcientemente por su hermano para que no tuviera de nuevo esa mirada, tenía las mejillas rosadas por el frío y el pelo rubio aún alborotado.

- Me parece bien - dijo Damien sonriendo - esa peli de zombies devorando cabezas me ha convencido.

- ¿Y si vemos la matanza de Texas? - sugirió Beth.

- En esa no hay zombies - atajó Damien - no, quiero ver zombies.

Beth se cruzó de brazos enfurruñada y Louis soltó una carcajada. Damien sonrió pero aún seguía pensando en la expresión de Aeris, esa expresión desolada.

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- ¡Oh dios! - gritó su hermana poniéndose un cojín frente de los ojos - que asco.

Damien y Louis soltaron una carcajada ante la escena, los chicos siempre reían en las escenas gore, ''como si no tuevieran estómago'' pensó Beth mirándolos con rabia. Louis y Beth habían hecho palomitas mientras Damien miraba las películas más sangrientas y gore que tenía Louis para al final escoger: Braindead, la película considerada la más gore del mercado cinematográfico. Beth estuvo a punto de vomitar cuando vio el desmembramiento de un hombre mientras que Damien y Louis se reían sin parar. Sádicos.