Capítulo 28: Labios equivocados.

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Damien la miró como si lo molestara el simple hecho de escuchar su voz, y efectivamente, así era. Lily era, para él, una persona que no atendía a razones y ansiaba ser el centro de atención, esas dos cualidades Damien las detestaba en una persona, tanto en chica como en chico, nunca podría ser amigo de alguién así, pero esa persona estaba sentada en su sofá, llorando junto a su mejor amigo, Damien apretó la mandibula y suspiró cuando la escuchó decir que ''tenían que hablar'' no quería hablar, lo único que quería era ducharse y cenar mientras les contaba a su hermana y a Louis cómo le había ido en su cita y enviarle un mensaje de buenas noches a Aeris y dormir, eso era lo que tenía planeado pero siempre tenía que fallar algo. 

- Lily, no quiero hablar ahora y menos contigo ¿de acuerdo? - le dijo con voz alta y clara para que no hubiera confusión posible.

- Pero es urgente debemos hablar - insistió ella.

- A no ser que le haya pasado algo a Wenner, cosa que dudo ya que acabo de estar con ella, no me interesa lo que tengas que decirme - le dijo cruzándose de brazos. 

Louis suspiró y se levantó para cogerle la mano a Beth, la chica estaba con el cuerpo en tensión, si su hermano decía que no quería hablar, no quería y ya está ¿Por que seguía Lily allí? Beth estuvo a punto de intervenir y gritarle a Lily que se marchara de una vez pero Louis se lo impidió con una apretón cariñoso en la mano, si Beth dijera algo, Damien se exasperaría aún más y echaría a Lily de allí sin pensarlo pero Louis creía que era buena idea que hablaran, así sus diferencias, quizás, se arreglasen y puedieran estar en paz. 

- Ve, Damien - lo alentó Louis con un asentimiento de cabeza cuando su amigo lo miró - es lo mejor.

Damien bufó enfadado y con un ''ahora bajo, voy a cambiarme'' subió las escaleras farfullando insultos contra su amigo. Beth miró mal a Lily antes de irse a la cocina enfadada con Louis que la siguió en seguida. Lily se quedó allí sola, secándose las lágrimas y repasando mentalmente lo que iba a decirle a Damien, cada vez que lo pensaba los dedos le comenzaban a temblar. Al fin Damien bajó con unos vaqueros y una sudadera blanca que resaltaba sus ojos, cogió las llaves y le hizo una seña a Lily para que saliera primero. El rubio suspiró y trató de calmarse mientras la seguía calle arriba. Damien ni siquiera la miraba, tenía la mirada clavada en sus ''Osiris'' sin pensar en nada especial hasta que la sonrisa de Aeris saturó su mente haciéndole sonreír como un idiota. 

- Quiero hablar aquí - anunció Lily deteniéndose en la esquina de la calle. 

- Habla - le dijo Damien apoyándose en la pared sin mucho entusiasmo. 

- Aeris... 

- No - la interrumpió él con un súbito mal humor - has venido para hablar conmigo de lo que sea, no de ella, si has venido a hablarme de ella quiero que te largues. 

Lily parecía sorprendida por el tono duro que había empleado y las lágrimas empañaron sus ojos ¿Y qué iba a hacer ahora? ¿Cómo iba a empezar la conversación sin mencionar a Aeris? Lily alzó la cabeza y se encontró con los ojos fríos de Damien mirandola sin interés alguno, rozaban la irritación.

- Damien yo... - dudó pero al final optó por la verdad - no sé de que forma empezar la conversación sin mencionarla.

- Busca otra forma - atajó él - y si no tienes otra, vé a tu casa a pensarla y déjame tranquilo.

Damien casi no podía aguantar estar a un metro de ella, ella era la culpable de que su relación casi fallara dos veces, con la única chica de la que se había enamorado y no iba a soportar otro sabotaje más.

- Damien yo... - comenzó ella con voz temblorosa - siento mucho todo lo que les hice.

Damien la miró ahora con más atención, lo había soprprendido, no se esperaba que se disculpase y menos en persona.

Cómo la llama de una vela (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora