Epílogo: Cómo la eterna llama de una vela.

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7 meses después:

Damien rió e intentó atrapar a Aeris mientras rodaban sobre la cama, las risas de ambos se mezclaban y llenaban el silencio atenuado por una canción de estilo country que sonaba por la radio. Aeris tenía las mejillas enrojecidas y Damien no paraba de sonreír. Al fin, el chico pudo sostener su cuerpo junto al suyo, acercó los labios a su oreja y haciandole cosquillas le dijo:

- Te atrapé.

- Bueno, eso es una forma de mirarlo - replicó Aeris sonriente - también me podría haber dejado atrapar.

- ¡Más quisieras! - dijo Damien abandonando la cama y poniéndose una camiseta. - jamás podrás ganarme.

- Ya... anoche no lo parecía cuando jugamos a las cartas con Louis y Beth.

- ¡Hicisteis trampa! - repuso Damien abrazándola - todos estabais compichados en mi contra.

- Louis era de tu equipo - dijo ella cruzándose de brazos.

Damien no dijo nada pero refunfuñó en voz baja, llevaban cerca de ocho meses juntos y aún se ponía nervioso cuando Wenner iba a besarle, como en ese momento. Sus labios se juntaron y el chico suspiró al mismo tiempo que Aeris, los dos se fundieron en un abrazo mientras se besaban, Damien dio un paso y cayeron sobre la cama sin parar un segundo. De pronto unos golpes en la puerta los sacaron de su burbuja privada.

- ¡A desayunar! - gritó Beth - dejaos de arrumacos y bajad.

- Oh, se ha enfadado con Louis - informó Aeris algo apenada.

- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Damien levantándose a regañadientes y ataviándose con los pantalones.

- ¿Es que no conoces a tu hermana? - protestó ella.

En esos ocho meses Beth y Aeris se habían hecho muy amigas así que Aeris conocía a Beth casi como si fuera su hermana. Damien y Aeris se dieron un casto beso antes de bajar, al llegar a la cocina vieron a Louis con cara de concentración cerniéndose sobre su libro de biología, es cierto, al día siguiente, que era Lunes, Damien y él tenían el último examen del curso.

- ¿Cómo lo llevas? - le preguntó Damien diriguiéndose a la nevera para sacar el cartón de leche. 

- Mejor que ayer - murmuró su amigo. - ¿Y tú?

- Lo llevo bien - presumió Damien vertiendo la leche en dos tazas. 

Buscó a Aeris con la mirada y la encontró hablando con Beth en la entrada del pasillo. Damien suspiró y colocó las dos tazas sobre la mesa seguido de una caja de cereales. 

- ¿Beth está enfadada contigo? - preguntó el rubio como de pasada.

- Sí - afirmó Louis apartando la vista del libro por vez primera - lo peor es que no sé por qué. Nos levantamos desayunamos y a la mitad del desayuno me gritó que era un ''insensible y que quería dejarme'' 

- Mujeres - suspiró Damien - no hay quién las entienda.

Aeris entró a la cocina con cara de pocos amigos, Beth había desaparecido por el pasillo. Cuando Aeris llegó a la altura de la mesa miró a Louis entrecerrando los ojos.

- Eres un insensible - lo acusó.

- ¿Qué? ¿Por qué? - protestó el chico un tanto cansado de que lo acusaran sin motivo. 

- Beth y tú haceis dos años hoy - le dijo secamente.

Louis se levantó de la silla como si fuera un resorte.

- Oh, mierda - se pasó las manos por el pelo con los ojos como platos - con todo esto de los examenes se me había ido de la cabeza. 

Louis salió de la cocina apresuradamente mientras llamaba a Beth a gritos, Damien escuchó como subía las escaleras en un tiempo record y entraba en la habitación de Beth para, acto seguido, cerrar la puerta.

- Tranquila a mi no se me olvidará - aseguró Damien cuando Wenner se sentó a su lado.

Aeris asintió sonriendo, parecía pensativa y Damien no pudo evitar sonreír ante su expresión, le encantaba cada gesto y mueca de ella. Damien no le preguntó nada, siempre esperaba a que ella hablara cuando estuviera segura de qué decir.   

- Damien ¿puedo hacerte una pregunta que tengo desde hace tiempo?  

Él se giró hacia ella y le acarició la mejilla con las yemas de los dedos.

- Siempre - susurró. 

- ¿Por qué yo? es decir ¿por qué te enamoraste de mí?

Damien lo pensó unos segundos, parecía estar colocando las palabras en su sitio.

- Verás, Aeris, me atraías de una forma inexorable, tu forma de ser era tan peculiar y diferente que no tuve otra opción que enamorarme de ti, no me cansaba de mirarte y de escucharte hablar, al principio pensé que era una obsesión pero no, desde el primer momento; era amor y yo no me daba ni cuenta - Damien paró un segundo para rozar sus labios -  Cada persona busca cálidez, a la gente le atrae el fuego y tú, tú eres como la eterna llama de una vela.  

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¡Y hemos llegado al final! vaya... se me ha pasado el tiempo volando, bueno ya es hora de decir adios a los personajes y a su historia :(  La foto multimeda son Damien y Aeris justo antes de salir de la habitación. Y ahora sí, sólo quería decir unas cosas.

1- Me ha encantado crear esta historia y leer los comentarios que, aunque pocos, me motivaron a seguir; a todos los que votasteis y comentasteis MUCHÍSIMAS GRACIAS. 

2- Mañana subiré el primer capítulo de ''Irresistible dolor'' si alguna persona quiere que le dedique algún capítulo no tiene más que decirmelo; o por comentarios, o por mensaje privado, o en mi tablero :) estaré encantada de hacerlo. 

¡Otra vez muchísmas gracias y espero veros en mi próxima historia! *-*

Cómo la llama de una vela (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora