Capítulo 25: Es real, sé que lo es.

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Damien sintió como el suelo bajo sus pies se banboleaba, estaba mareado y por un momento la visión se le tornó doble, la madre de Aeris seguía hablando pero la única palabra que resonaba en su cabeza era ''cáncer'' una y otra vez ''Aeris tiene cáncer... eso no es posible'' su mirada voló hacia la chica recostada en la cama, tenía la cabeza gacha y miraba sus manos, que agarraban la sabana que la tapaba, con fuerza, conteniéndo las lágrimas. Damien aún no lo asimilaba, estaba de pie y no sabía como sus piernas lograban sostenerlo. 

- Tengo que hablar con él - escuchó decir a la voz de Aeris,  sonaba lejana. - ¿Podéis salir?

Las amigas se negaron pero Aeris les suplicó que se marcharan y la madre intervino sacándolas de la habitación, Damien no se dio cuenta de la mirada que le lanzó Ian antes de salir, ni tampoco de que Lily estaba regresando de la cafetería. Cuando la puerta se cerró Damien se dejó caer en la silla que Bianca había dejado libre, una bonita silla azul y acolchada. Su mente aún daba vueltas y sentía nauseas. 

- ¿Te ha soprendido saber que mentías a una chica con una enfermedad? - le dijo Aeris con crudeza.

Damien la miró sorprendido, nunca la había oído hablar con tal odio y frialdad, ella no era así y él lo sabía, ella era la chica más dulce que haya conocido. El tono frío que su voz reflejaba ahora no le pegaba para nada. 

- Lo siento... - titubeó Damien, la verdad es que no se estaba disculpando, estaba diciéndo que lo sentía por su enfermedad. 

- No vale de nada que ''lo sientas'' - repuso ella respirando hondo, tratando de no llorar - no debería haberme dejado engañar, yo sabía como eras y lo que pretendías pero no lo quise ver. 

Damien no entendía una palabra de lo que decía ''¿engañar?'' pensó confuso, Observó abstraido en sus pensamientos como Wenner cogía de la mesa de noche que tenía al lado, una de las pulseras azules, le quitaba el envoltorio y se la colocaba en la muñeca y apretaba unos botones. ''¿qué serán?'' pensó de nuevo Damien. 

- Espera - dijo sacudiendo la cabeza, volviéndo en sí de golpe - ¿Engañarte? ¿de qué hablas?

- Soy una apuesta - le dijo ella con lágrimas en los ojos - 700 pavos por acostarte conmigo ¿era así no?

- No tengo ni idea de lo que me hablas - le aseguró sincero, mirandola a los ojos.

- Una persona me enseñó una grabación donde hablabas con Louis sobre mí - trató de explicar - decías que subías a 700 si te acostabas conmigo.

- Sigo sin tener la menor...

De pronto un recuerdo fugaz iluminó su mente ''la playa'' es verdad que dijo eso pero no iba en serio, era una broma, si no recordaba mal luego dijo que anulaba la apuesta porque le gustaba mucho.

- Es verdad que dije eso - empezó Damien - pero justo después dije que anulaba la apuesta.

- Mentira - replicó ella.

- Escucha la grabación de nuevo, si esta entera tiene que oírse - le dijo este.

Aeris parecía enfadada e incómoda, el arrugado entrecejo por tener el ceño fruncido le prestaba un aspecto adorable e infantil, cosa que para Damien no pasó inadvertido pues la miró con una pequeña sonrisita curvando sus labios.

- No te creo - insistió ella con rotundidad - la grabación...

- Me gustaría escuchar esa grabación - la interrumpió con un deje hosco -  ya que viola mis derechos íntimos y encima es falsa.

Aeris se cruzó de brazos y retiró su mirada hacia la ventana, las cortinas verdes hierba estaban abiertas y se dejaba ver el cielo. Damien sabía perfectamente que había sido Lily la causante de esto, no sabía si ella había llevado a cabo la grabación pero que ellos dos se enfadaran era su objetivo, siempre lo era. Damien iba a decir algo pero Wenner le lanzó una mirada intimidatoria, advirtiéndole que no quería hablar más sobre ese tema.  

Cómo la llama de una vela (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora