Capítulo 3: Examen de química.

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Salió del instituto con la maleta colgándole del hombro y Louis riendo a su lado, por fin habían acabado las clases, Damien tenía las mejillas rojas por el frío y Louis se reía de una historia que le habían contado y que intentaba contar a Damien pero la risa se lo impedía, Damien le daba codazos para que dejara de reír pero las carcajadas de Louis eran contagiosas y, al final, acabo riéndose también sin motivo aparente, realmente se divertía con Louis más que con cualquier otra persona, bueno, por algo era su mejor amigo.

- ¡Damieeeeen! - gritó una voz a sus espaldas, Damien no tuvo tiempo de apartarse antes de que su hermana se abalanzara sobre él apresandolo en un incómodo abrazo.

A ver, quería a su hermana y se llevaban bien pero eso de que lo abrazaran sin previo aviso no se le daba muy bien.

- Suéltame Beth, no sé cuántas veces tengo que repetir que no me des abrazos así, sin más - dijo Damien quitándosela de encima.

- Soso - le soltó ella con un puchero infantil frunciendo sus labios.

Louis la apresó por detrás cuando menos se lo esperaba y la levantó en volandas, las risas flotaban en el aire, ellos dos se llevaban muy bien, le gustaba que su hermana y Louis fueran amigos. Damien suspiró ''siempre igual'' cuando Louis la dejó en el suelo, Beth se alisó la fala que llevaba y lo miró con picardía.

- He oído por ahí que te han visto hablar con... - se quedó unos segundos pensativa, intentando recordar.

- Aeris Wenner - la ayudó Louis.

Damien frunció el ceño, vaya, esa chica que para él no existía unos cuantos días atrás parecía perseguirlo. Beth se le quedó mirando con curiosidad, la chica no sabía nada del malévolo juego, si lo supiera Damien se llevaría unos cuantos golpes, insultos y varias semanas sin hablarle, por ello había optado por esconderselo y que su hermana no se enterase jamás. 

Damien abrió la boca para contestar pero cuando miró a su lado su hermana ya no estaba, suspiró cuando escuchó las protestas de su amigo, Beth colgaba de su espalda con una sonrisa triunfal.

- Eso te pasa por llamarme ''pedazo de enana'' el otro día - le dijo ella golpeándolo con los pies en los costado como cual caballo.

Louis no podía parar de reír.

- No tengo la culpa de que seas bajita.

- ¡No soy bajita tengo una estatura media!

- ¡Sí, en el mundo de los enanos!

Damien se rió por la ocurrencia de Louis , cosa que no le gusto a Beth y también se abalanzó sobre él. Pasaron la intersección así hasta que Louis tuvo que coger el camino hacia su casa. 

- Te llamo esta tarde ¿vale? - le dijo a Damien.

- Quizá no te lo coja, tengo una cita - dijo con una brillante sonrisa.

Louis se soprendió notablemente.

- Ahora tengo prisa pero esta tarde me cuentas eso. - le aseguró. 

Cuando Louis desapareció por el cruce reanudaron la marcha, su hermana estaba ya un poco más tranquila, siempre estaba correteándo de un lado a otro, a pesar de tener la misma edad Damien era mucho más tranquila que ella, ella parecía que tenía apenas unos quince años, su rostro aniñado y sus ojos grandes daban una expresión de inoncencia impropia de ella. El pelo castaño claro de Damien se meció con la brisa y sonrió al recordar lo de esta tarde.

- No deberías estar haciendo esto - le dijo Beth con voz seria, cosa muy rara en ella, y por lo tanto, preocupante.

Por un momento Damien pensó que sabía lo de las apuestas, estaba a punto de decirle que no era verdad, que solo eran rumores pero se obligó a esperar y asegurarse.

Cómo la llama de una vela (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora