Capítulo 11: Llamadas modo noche.

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Damien se quedó paralizado y aunque hubiera querido no habría podido decir ni una palabra, su voz lo esquivaba y no conseguía atraparla, notaba la garganta seca y estaba empezando a alucinar demasiado. Se obligó a percibir como el teléfono se le escapaba de las manos empapadas de sudor y aunque quiso apartar los ojos de la ventana no pudo. Wenner recogió el teléfono y lo llamó varias veces pero al darse cuenta del estado catatónico de Damien se comenzó a preocupar.

-        ¿Damien? – lo zarandeó suavemente pero él ya no oía nada más que ''aborto de tu hijo´´ - Damien, escúchame, o dime algo.

Damien procesaba esa información como podía ''un hijo´´ no, no podía ser cierto, no podía tener un aborto a sus espaldas, no lo aceptaba. De pronto sintió como Wenner le cogió la cara entre sus manos y le obligó a mirarla, sus ojos azules hicieron que Damien volviera poco a poco a la realidad hasta que por fin su dulce voz lo atravesó, llenándolo de alivio.

-        Es mentira ¿vale? Lo del aborto es mentira, nunca estuvo embarazada – le dijo Aeris tocándole la frente – lo ha dicho porque está enfadada pero no es cierto.

-        ¡Está loca! ¡como una cabra! – Damien estalló cuando se dio cuenta de lo que había pasado, se puso en pie y caminó hasta la ventana tratando de liberar tensión - ¿es que le falta un tornillo? ¡casi me mata del susto!

En contra de su voluntad, Aeris rió suavemente y Damien la fulminó con la mirada.

-        ¿Te estás riendo de mí, Wenner? – le preguntó severamente.

-        No, no de ti – aclaró aguantando la risa – pero no creí que fuese a hacerlo nunca.

-        ¿De qué estás hablando? – dijo Damien cruzándose de brazos, impaciente.

Wenner apoyó la espalda en la pared contra la que estaba su cama y suspiró, colocándose un mechón castaño, que se le había soltado de la coleta, tras la oreja.

-        Lily tenía planeado decirte eso desde hace tiempo, desde que se fue para ser más exactos – señaló con un ademán – así que, si me he reído es porque jamás pensé que fuera a hacerlo de verdad. Me ha sorprendido.

Damien se sentó a su lado, apoyando también la espalda contra la pared y respiró aliviado. No podía entender a Lily, estaba de acuerdo en que no se portó bien con ella pero decirle eso era pasarse de la raya, el corazón ya le latía con menos fuerza, no le latía de forma regular aún, nunca le latía así cuando estaba Wenner presente. Se quedaron en un silencio cómodo durante unos minutos y Damien se deleitó con la cercanía de Aeris, notaba su calor a través del pijama y su olor a limón y menta flotaba en el ambiente. Tragó saliva, '' ¿Soy yo, o aquí está haciendo demasiado calor?´´ miró a Aeris de soslayo y no pudo evitar pensar a qué sabrían sus labios o si se notarían tan cálidos como parecían, de pronto Wenner lo miró y el ambiente se tensó instantáneamente. Sus ojos azules lo estaban llamando, desvaneciendo todo a su alrededor, '' ¿me estoy volviendo loco por una chica?´´ pensó sin apartar la mirada '' ¡eso no es posible!´´

-        ¿Se puede saber qué pretendes? – la voz de Wenner sonó dura.

Damien pareció despertar y se dio cuenta de que se había inclinado, inconscientemente, hacia ella y sus caras estaban separadas por centímetros, Damien suspiró y volvió a alejarse.

-         A lo mejor colaba – dijo sonriendo.

-        No, ni lo sueñes – pero no empleó un tono tajante sino divertido y eso era un avance ¿no?

-        Bueno, tengo que irme ya – dijo mirando el reloj de su móvil - Beth intentará cocinar y acabará quemando la cocina si ve que no llego, así que…

Cómo la llama de una vela (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora