Magia y Discordia [Discord x Twilitgh]

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Ya había pasado una semana desde el incidente de la perdida de magia de aquellos dos.

Muchos pensarían que se habría vuelto un caos entre la princesa de la amistad y el rey de los desastres.

Sorpresivamente eso jamás paso, las dos criaturas cada día se llevaban mejor. Podría decirse que el híbrido se sentía un poco más cómodo con la alicornio, que con su amiga alada. Pero solo un poco, poquito.

Por el momento, los dos se encontraban en la sala del mapa cutie. Todos los tronos estaban vacíos y de seguro se preguntarán, ¿Dónde están entonces aquellos dos?. Pues bastante fácil.

La pony se encontraba acostada sobre una almohada mientras leía un libro con una sonrisa pacífica, mientras el Draconequus se encontraba a un costado de la pony enrollado en si mismo, apoyando su cabeza en una almohada de color azul, sin olvidar que este también sonreía.

En tan poco tiempo, la pony y el híbrido crearon un lazo de amistad algo peculiar... O por el momento eso es lo que pensaron.

Todo era tranquilo, no habían muchos problemas de la amistad que resolver, sus amigas le habían enviado cartas para decirle que estaban bien, le mandaba cada noche una carta a la princesa Celestia contándole sus aventuras con el híbrido.

Todo iba de maravilla. Hasta el momento que una pregunta surgió en la mente de la princesa.

— Discord —

—¿Qué pasa cerebrito?—

Olvide mencionar que el Draconequus comenzó a llamar a la menor por aquel apodo. A la pequeña no le molestaba, más bien le daba gracia cada vez que le llamaba así.

—¿Cuándo crees que regrese nuestra magia?—

El mayor abrió los ojos y se puso serio. Era cierto, su asunto de magia lo habían olvidado y además no es como si encontrarán una solución en aquellos libros.

— Buscamos en toda tu biblioteca y no encontramos una cura, ¿Qué más podemos hacer?—

Los dos se quedaron en silencio, la pony se quedó mirando un punto fijo, hasta que una idea se le vino a la cabeza. Está se levantó y miró sonriente al mayor.

—¡Ya se con quién podemos acudir!— expresó con ilusión.

—¿Con quién?—

—Con zecora, ella podrá ayudarnos—

El híbrido acepto la idea de la pony, no perdía nada con intentar, además, su magia regresaría.

...

Pues dicho y hecho, los dos ya se encontraban caminando por el bosque. Tratando de tener extremo cuidado corporal con cualquier planta o criatura que se les atravesará.

Aunque cada que eso sucedía, el híbrido tomaba a la pony en brazos y se alejaba rápidamente de ahí.

Al final de todo ese ajetreo, llegaron a la casa de la cebra. La pony tocó la puerta con su casco y espero algún indicio de que la cebra estuviera.

No paso ni treinta segundos cuando la puerta fue abierta.

—Twilight, qué sorpresa verte aqui— miró al Draconequus —Y mucho más el verte a ti; pasen—

Los dos se adentraron al hogar de zecora.

—Que les trae a mi hogar, supongo que es por algún mal, ¿en qué los podré ayudar?—