Capítulo 2° ;

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Hiding Today

—Mi nombre es Alex, el tonto que derramó café en tu abrigo.— Sonreí, haciendo que Miles soltara esa tan agradable risa.

—Estuvo bien, por lo menos me quitaste el frío.— Palmeó dos veces mi hombro, haciendo que una corriente eléctrica pasara por todo mi cuerpo.— Vamos por ese café.— Pasó por mi lado y se dirijo a la puerta.

Me dediqué a observarlo, ya que antes sólo había visto su pálido rostro. Llevaba un abrigo tan largo y oscuro como el mío, pantalones ajustados y zapatos clásicos y elegantes. Todo haciendo juego con su mojado abrigo. Me sentía mal por ello, ¿Cómo no pude verlo? Ahora entiendo por qué mamá siempre me decía que mirase hacia adelante cuando caminara.

—Al.— Oí su voz. Algo desconcertado lo miré y éste sonrió.

—¿Si, Miles?—

—¿Vendrás conmigo o te quedarás en tu trance?— Comenzó a reír, haciéndome sonreír. Me encantaba esa risa, y estaba más que seguro que querría seguir escuchándola.

—Voy contigo.—Caminé a él y ambos salimos de la tienda. Ya afuera, la fría y maliciosa brisa golpeó mi rostro por segunda vez, sentí cómo mi cabello se movía y vi a Miles. Su cabello también se movía por el viento, se veía realmente bien.

—Hay una cafetería a dos calles de aquí.— Habló mientras comenzaba a caminar. Lo seguí.

—Lo sé.— Reí, Miles me miró curioso.— Digo, sé que hay una cafetería allí porque voy todos los días después de la escuela.—

—Yo también, ¿Cuántos años tienes, Al?—

—18, ¿Tú?—

—17.— Me miró con una cálida sonrisa.— Cumpliré tu edad en marzo, así que no te creas el mayor.—

La primera calle que caminamos fue en silencio, las calles estaban solitarias, tan silenciosas que de vez en cuando podía oír los pequeños suspiros que daba Miles. Su aspecto tenía algo que llamaba mi atención, sentía que lo conocía de alguna parte, pero si fuese así obviamente lo recordaría.

Al llegar a la cafetería, abrí la puerta y dejé que mi acompañante entrara, quién sólo rió y rápidamente nos acomodamos en una mesa algo alejada, ya que el lugar estaba algo lleno y lo que menos quería era no poder oír la voz de Miles.

—¡Alex! Qué gusto verte por aquí.— Se acercó una mesera, a la cuál instantáneamente reconocí. Su nombre era Rossie, era la hija del dueño. Siempre que venía por un café ella se sentaba a mi lado y conversábamos.
Helders me decía que yo le gustaba a Rossie.

—Hola Rossie.— Le sonreí. Echándole una mirada rápida a Miles, quién se encontraba bastante serio.

—¿Y bien? ¿Qué pedirán, chicos?— Habló la pelinegra, mientras mantenía esa sonrisa torcida.

—Un Macchiatto, por favor.— Habló Miles sin hacer contacto visual con la mesera, Rossie anotó su orden en su libreta y luego me miró a mi.

—¿Lo mismo de siempre, Turner?— Rió. Yo asentí y ella se fue.

—¿Quién era?— Preguntó Miles mirándome fijamente. Yo sonreí y comencé a jugar con mis dedos.

Bigger Boys And Stolen Sweethearts - Milex. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora