Capítulo 21° ;

286 45 16
                                    



Heart In A Cage

Se le reflejaba en la mirada, estaba enojada conmigo. Pero aún así derramó algunas lágrimas al verme, un gran abrazo y nos metimos al auto. A pesar de todo, mamá se veía tranquila, aliviada.

Me dio una charla enorme, de que no podía hacerlo otra vez, que tendrían que darme medicamentos. Y así exactamente fue.

Al día siguiente me llevaron a una gran casa, mamá dijo que estaría una semana a lo máximo allí, que sería para mí bien. En esa enorme casa me recetaron antidepresivos y pastillas para dormir, compartía habitación con una chica con anorexia, no le veía mucho, pasaba la mayoría del tiempo en el baño.

—¿Por qué estás aquí?— Habló la pequeña chica de cabello claro. Su nombre era Angela, de baja estatura, con una piel extremadamente pálida y con un cuerpo extremadamente delgado. De su cabeza caían unos hermosos cabellos dorados con pequeñas ondas en las puntas, Angela siempre usaba ropa más grande que su talla, tenía quince años, era una chica hermosa pero muy dañada.

—No lo sé.— Di un suspiro, mi vista se encontraba fijada en el techo, la menor me miraba desde su cama, al otro lado de la habitación.

—Llegaste ayer por la noche, si quieres puedo mostrarte el lugar.— Se ofreció, no pude evitar sonreír de lado. No tenía ganas de moverme, pero no me negaría a tal ternura de chica.

—Está bien.—

Ambos salimos de la habitación, la casa se basaba en pasillos infinitos, y un sinfín de habitaciones.

—En la mayoría de las habitaciones hay chicos o chicas, de diferentes edades.— Habló la rubia, mientras apuntaba cada una de las puertas. Noté que sus manos eran muy marcadas, y tenían un aspecto suave.

—¿Por qué están aquí?—

—Por distintos problemas, Turner.— Me dio una mirada rápida.— Yo estoy aquí por mi desorden alimenticio, hay algunos que están por depresión alta, bulimia, intentos de suicidios, etcétera.— Dio un gran suspiro y siguió caminando.
La seguí, ambos bajamos las escaleras y llegamos a un comedor enorme.

—Esta es la parte de la casa que más odio.— Habló entre otro suspiro.— Aquí normalmente comemos todos, a veces hacen charlas en general y todos tenemos que estar aquí.—

Seguimos el recorrido por toda la casa, hasta que llegamos a la parte trasera, donde había un jardín enorme, con columpios colgando de árboles y distintas flores y aromas. Angela explicó que ese espacio era casi libre, podías ir a cualquier hora del día, a relajarte o a otras mierdas.

Nos dirigimos a nuestra habitación en silencio, yo no tenía nada que decir, y ella sólo se dedicaba a mirar el suelo.

—Bueno, Turner. Espero que mi intento de tour te haya servido de algo.— Habló mientras se recostaba en su cama, hice lo mismo.

—Gracias.— Miré de reojo su parte de la habitación, para luego apagar las luces.

La semana pasó lentamente, me despertaba a mitad de la madrugada con los ojos llenos de lágrimas, iba a comer y veía como Angela era literalmente obligada a comer de una manera tan brusca que terminaba vomitando en la mesa, luego iba al jardín junto a un cigarrillo, pasaba toda la tarde llorando, tomaba mis pastillas y me iba a dormir. Era jueves por la noche.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí?— Pregunté, dejando el vaso con agua en su mesita de noche. Angela me sonrió y volví a mi cama.

—Probablemente, unos dos o tres meses, es difícil porque tuve que dejar a mi novia para entrar aquí.—

—¿Eres lesbiana?— Arqué una ceja, ella rió.

—Bisexual, para ser exacta.— Sonrió.— Dime, Turner, ¿Has sufrido por amor?— Me miró con inocencia. Di un gran suspiro y tragué saliva.

—Sí, quizá ese sea el por qué estoy aquí.—

—¿La amabas?— Habló luego de un rato.

—Lo amaba más que a mi propia vida.— Dejé que algunas lágrimas cayeran de mis ojos.— No quiero seguir hablando de esto.— Apagué la luz de mi mesita y me cubrí con las mantas.

—Pero..—

—¡Buenas noches, Angela!— Grité con la voz quebradiza. Pasaron algunos minutos y el silencio se adueñó de la habitación, la oscura noche se hizo presente.

Mi respiración se aceleró, mi pecho bajaba y subía con violencia, mientras que de mis ojos lágrimas salían sin pedir permiso. Presentía que mi corazón saldría de mi pecho en cualquier momento, mis sollozos se hicieron más intensos pero me vi obligado a callarlos con la almohada.

Sí, mi corazón latía en su jaula.










Autora;

"I don't want what you want, I don't feel what you feel"

Últimamente escucho mucho esa canción, " Heart In A Cage " de The Strokes. Me trae malos recuerdos, y me provoca cierta "desesperación", pero me encanta haha.

Bueno, disculpas infinitas por tardar en actualizar u.u ustedes saben el por qué.

Aún así espero que les guste :D

— R O .

Bigger Boys And Stolen Sweethearts - Milex. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora