Capítulo 6° ;

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Mardy Bum

El resto del día en la escuela fue bastante tenso, cada vez que salía al receso con los chicos, podía sentir una intensa mirada en mi espalda, y cuando volteaba me encontraba a un Miles Kane observándome sin vergüenza.

La última clase llegó y junto a Matt me dirige a la biblioteca, ya que nos enseñarían por décima vez una campaña anti drogas. Estaba agotado, así que me senté en las últimas mesas del fondo para poder despejarme, a mi lado estaba Helders y a la derecha un asiento vacío.

El presentador llegó y comenzó a dar una aburrida charla que trataba de los tipos de drogas, qué efecto te daba la cocaína y si alguno de nosotros había consumido. Tres golpes en la puerta fueron suficientes para llamar la atención de todos los estudiantes, uno de los asistentes fue y abrió.

—¡Siempre son los mismos! Si siguen llegando tarde tendré que llamar a sus padres.— Se quejó en voz alta mientras dejaba pasar a tres chicos quienes reían por lo bajo.

Chris Evans, una de las estrellas en la academia de atletismo, Dominic Howard, el chico que estaba en una pequeña banda y, el último hizo que mi espalda tuviera un pequeño cosquilleo; Miles fucking Kane.

Intenté ocultar mi rostro con mi bolso que estaba encima de la mesa, pero era demasiado tarde, por el rabillo del ojo pude ver cómo sonriente se acercaba al asiento vacío que se hallaba a mi lado.

—¿Puedo tomar este asiento, Turner?— Preguntó aún con esa sonrisa cómplice.

—S-si, como sea.— Hablé sin mirarlo, para luego girar completamente mi cabeza a Matt, quién me miraba raro.

—¿Lo conoces?— Susurró Helders, yo asentí inseguro.

—Si, pero no importa.— Hice una mueca rápida y le sonreí. No quería hablar de Miles porque seguramente Matt me haría una serie de preguntas y sería un martirio tener que responderlas teniendo a Kane a un lado.

Pusieron un vídeo en donde mostraban a personas adultas actuando tan ridículamente que el profesor encargado tenía que hacer silencio a cada instante. De mi bolso tomé mi libreta de canciones, la cual llevaba a todas partes por si se me ocurría algo, y comencé a ojear cada página.

—¿Qué ves, Turner?— Escuché a mi lado, voltee mi cabeza y era Miles, quién se encontraba a una distancia bastante corta de mi.

—Nada, Miles.— Respondí sin darle mucha importancia, volví mi vista a la libreta.

—Uy, alguien anda de mal humor.— Comentó, para luego arrebatarme la libreta.

—¡Miles!— Grité, el profesor susurró un "shhh" con molestia. Miré a Kane con odio.

—Dámela, Miles, no es de tu incumbencia.— Hice un intento por hablar bajo, el mencionado rió y alzó su mano.

—Te la devolveré si me das un beso.— Susurró sonriendo coqueto, mis ojos se abrieron completamente.— Un beso suave y dulce, hmm.— Lamió sus labios. Sentí como mi rostro comenzaba a arder.

—No jodas, Miles. Hablo en serio, dámela ahora.— Hablé entre dientes, mientras intentaba alcanzar su mano.

—Ya te lo dije, un beso o nada.— Se acercó a mi rostro y rosó mis labios con su lengua. Rápidamente me levanté.

—¡Dame la puta libreta, Miles!— Grité con fuerza.

—¡Turner, Kane! ¡Afuera en este instante!— Respondió mi grito el profesor, mientras apuntaba la puerta de salida. Una leve risa se esparció por la biblioteca y no me quedó otra opción que hacer lo que el señor decía.

Una vez afuera, me senté en una de las bancas que habían bajo el otro árbol y vi a Miles salir con una sonrisa.

—¡Mira lo que provocaste, idiota!— Lo miré y éste rió.

—¡Oh vamos! ¿¡No me digas que te querías quedar viendo ese estúpido vídeo!?— Puso sus manos en sus caderas y siguió riendo.

—Da igual lo que haya querido o no.— Me levanté y me acerqué.— Ahora dame la jodida libreta.— Extendí mi mano mientras lo miraba fijo.

—Un beso o..— Lo interrumpí.

—¡Me vale el puto beso, Miles!— Rápidamente me abalancé contra él, haciendo que ambos cayéramos al frío suelo. Mis piernas quedaron a los costados de las caderas de Miles, y por la fuerza de la caída nuestros rostros se acercaron, demasiado.

Hubo un pequeño silencio, antes de que Miles tomara mi rostro y uniera nuestros labios de una forma dulce, no salvaje como en la biblioteca. El beso era suave y no me resistí en seguirlo.

Los labios de Miles saben a chocolate con menta.











Primera nota de autora en esta historia ;^) :

Vi que esto ya tiene bastantes personas que leen, pero lo que no me sorprende es que no votan :'c ¿por qué son así? Ahre.

Bueno, no puedo obligarlos, pero me serviría de ayuda el que dejaran una estrellita en algún capítulo <3.

En fin, espero que les vaya gustando esta historia tanto como a mí, ¡Cheers!

—R O

Bigger Boys And Stolen Sweethearts - Milex. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora