Capítulo 32: Obsesión II [ÚLTIMOS CAPÍTULOS]

2.7K 314 261
                                    

La rubia levantó su mirada con un rostro completamente destrozado. Las lágrimas dejaron un recorrido por sus pómulos hasta llegar al mentón y caer al piso.

—¡Dime de una maldita vez que me rechazas nuevamente por Acuario!

—¿Qué? ¡Por supuesto que no!

—¡Claro que sí! Su constelación siempre ha estado metida como piedra en un zapato. ¡Siempre estorbando desde años!— se dirigió a Camus— Pero no creas que todo esto se hará a tu voluntad, y quedarás ganando.

Limpió sus lágrimas con brusquedad, y cerró sus ojos, elevando su protegido cosmos que había estado guardando como una simple humana. Ya no había necesidad de ocultarlo.

Concentró bastante de su poder y cosmos en una sola mano, recitando algún viejo verso en un idioma que ambos muchachos presentes desconocían. Se preparó para lanzar el primer ataque y antes de lanzarlo a su oponente, habló.

—Creo que esto es para tí— murmuró maliciosa con claro rencor en su voz.

Ella no era una mala chica, simplemente se había enamorado de la persona equivocada en el momento equivocado. Y le dolía, porque no era tanto el hecho de ser su amor quién nunca le correspondió en diversas épocas, le dolía observar como la constelación a la que nunca le había prestado tanta atención, ahora era la que deseaba con todas sus fuerzas que desapareciera de una vez por todas. ¿Pero eso era lo que ella quería realmente?

Ni aunque pudiera deshacerse de Camus, haría que Milo la amara, lo sabía. Y realmente la llenaba de frustración, porque ella pudo haber sido la que estuviera en ese lugar, desde siempre... Pero no fue así para su desdicha.

Era cierto que el rencor que le tenía especialmente a Acuario solo hacía alimentar y avivar la llama de odio en su corazón, muy mal de su parte ciertamente. Porque por cada generación que pasaba, cada vez planeaba algo terroríficamente malo.

Hasta que llegó el siglo en el que se encontraban y su odio pudo más con ella. Estaba jugando sucio y eso no valía, quizá si nadie se enteraba estaba bien, no obstante, ese ya había sido su límite y no le importaba enfrentarse cara a cara a Acuario, anteriormente nunca lo habría hecho pero ahora si Milo no la aceptaba, él no sería de nadie.

Sin más previo aviso, lanzó su ataque especialmente a un descuidado Camus, quién aún no podía procesar muy bien lo que estaba pasando. Lo tomó desprevenido por lo que no pudo hacer nada más que colocar sus manos al aire y tratar de retener el ataque que se dirigía en su dirección. Sin embargo, nunca llegó a él.

Milo al saber las claras intenciones de la joven, actuó más rápido de lo que pensaba y lo tomó de la muñeca acercándolo a él hasta cubrirlo con su cuerpo, mientras se giraba al instante para no recibir el ataque directamente.

—¡Milo!— cuando despertó de su ensoñación ya el griego lo había protegido de tremendo atentado que la chica quería cometer— Imbécil, ¿Por qué hiciste algo cómo eso? Yo pude detenerlo— aunque se lo agradeciera infinitamente aún no cabía en cuenta cómo había pasado todo tan rápido. El brazo derecho de Milo estaba lastimado porque aún así parte del choque lo había alcanzado. Después de todo no borró esa sonrisa de su rostro.

—Se dice gracias— se separó de él y presionó su brazo herido— ¿En qué demonios estabas pensando?— esta vez se dirigió a la rubia quien veía todo con notable enfado y uno que otro sentimiento de profunda tristeza.

Amor sin Devolución ✿[MiloxCamus] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora