Capítulo 3: "Problemas de dos se vuelven de doce"

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Después de haber leído aquella carta de parte de los caballeros de bronce, Saori decidió hacerles una pequeña fiesta de bienvenida, pues ellos nunca habían estado en el santuario con fines recreativos, siempre que llegaban ahí era por cuestiones de batalla. Así que pensó que sería una buena idea mostrarles el santuario y la ciudad con el fin de qué pudieran relajarse y divertirse un rato.

Y es que, al haber asumido su papel como diosa, ya ellos no pertenecían al santuario. Al menos no cuando habían doce caballeros del rango más alto a su disposición. No les quedó de otra que quedar en Japón, y bueno, eso era algo que le entristecía.

—Shion, necesito que le avises a mis caballeros dorados que vengan de inmediato a la sala principal —pidió.

A parte de mandarlos a que hicieran las compras, necesitaba que estos mismos arreglaran la cámara principal, y además, tenía un plan en mente para que tanto como Camus y Milo pudieran empezar a llevarse bien, quizá no habían podido entenderse desde pequeños. Lo único que necesitaban era un pequeño empujón.

—Muy bien.

Shion asintió y fue a llamar a los demás soldados para que les diera el acatamiento a los guardianes de cada templo. La pelilila aún necesitaba pensar con mucha cautela el mandato que les daría.

Cada uno podía ir por su propia cuenta. Pero eso no tendría chiste, ella quería que Milo y Camus estuviesen a la fuerza. Y aunque esto era demasiado peligroso para el bienestar mundial, también reconocía que no podía mandarlos solos porque se acabarían matando.

Tenía que haber otro santo que les acompañara. ¿Pero quién?

No se atrevería a mandar a Aioria porque él era el mejor amigo de Milo y lo más probable era que en cuanto se diera la más mínima discusión, el castaño lo apoyaría, importando poco si tenía la razón o no.

Y siendo así, es capaz que acababa en desastre.

No podía permitir eso. Tenía que mandar a alguien totalmente serio y neutro a la situación de esos dos, alguien que estuviera acostumbrado y pudiese llevar con calma un escenario en el que se viese involucrado con sus compañeros.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué yo?!

—Eres el indicado para este trabajo, Shura. Tú eres el mejor amigo de Camus, ha sido así por mucho tiempo. Estoy completamente segura que eres lo bastante maduro para lidiar con esos dos en caso de una pelea, cosa que Aioria no está capacitado para ello —susurró—. Además, pido discreción, si Shion se entera lo que estoy planeando, le puede dar un infarto. Y eso es por él no aprueba que haya relación alguna con Milo y Camus, pero para serte sincera no comparto ese pensamiento, quiero creer que la enemistad que tienen es por no poder afrontar sus diferencias y que sólo necesitan en empujón. Y para ello, necesitan pasar más tiempo juntos.

—¿Más tiempo juntos? ¿Acaso no ha visto como se tratan? ¡Está loca! —. Shura por muy serio que fuese y pudiera controlar la situación, aún no se creía capaz.

Saori lo miró un tanto ofendida.

Para ella, seguía siendo una magnífica idea.

—Discúlpeme señorita Athena, me alteré —se disculpó al notar su imprudencia ante su diosa—. Es sólo que esos dos ya me tenían harto, cuando Camus está en mi templo y por casualidad Milo necesita pasar por él ¿Ha visto usted cómo inicia una guerra? ¿No? Bueno, venga a mí templo cuando esos dos se topan. ¡Me estresan!

—Bueno, como ya me has confirmado que estás acostumbrado a lidiar con ambos, entonces tú serás el que los acompañe, mi decisión no cambiará.

Amor sin Devolución ✿[MiloxCamus] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora