El tiempo seguía pasando, Hermione había aceptado salir con Kevin y Draco no le dirigía la palabra, y lo peor de todo era que no tenía tiempo. Tenía demasiados deberes, mucho que estudiar, trabajos con fecha límite, un novio, amigos, niños a los que ayudar y una investigación que llevar a cabo. Una noche estando ella en la sala común acabando un trabajo para el día siguiente, Draco bajó de su habitación para beber agua, eran las tres de la mañana y Hermione seguía escribiendo sin parar. Al verla al principio la ignoró, pero depués se dio cuenta de lo delgada que estaba, las ojeras que tenía y la hinchazón de sus ojos por pasar tanto tiempo sin dormir. El chico bebió y se sentó en una silla en frente de ella, la chica no levantaba la vista en ningún momento.
- Te has visto?.. – le preguntó él.
- Perdona?.. – dijo ella.
- Si te has visto! Tienes mala cara.. – dijo el chico serio.
- Y eso te importa?...- ella seguía escribiendo sin mirarle.
- Quiero que me mires Hermione.
- Draco, tengo que entregar esto mañana.. quieres hacer el favor de dejarme tranquila?.. – él se levantó y tiró la silla de Hermione donde ella estaba sentada hacia atrás y se interpuso entre la mesa y ella.
- Hermione, déjalo ya.. no es bueno que estés así.. necesitas tiempo libre.. necesitas relajarte..
- Lo que necesito es acabar el trabajo.
- Hermione, cuanto hace que no ves a tu novio?.. cuanto hace que no pasas con tus amigos una tarde? Cuanto hace que no vas al lago para relajarte?..
- 1º a mi novio y amigos los veo todos los días.. y segundo, no necesito relajarme.
- Vale, pues el sábado y me da igual como te pongas… tengo un plan para ti y para mi… y lo vas a aceptar..
- No, tengo el viernes un exámen y necesito estudiar.
- Hermione.. no quiero hacerte chantaje emocional.. pero cada vez me salen menos heridas externas… me queda poco tiempo y tu eres una gran amiga… quiero que el sábado lo pases conmigo.. como último favor..
- Es que el domingo es San Valentín y…
- Vale, ya está… no digo nada más.. siento haberte molestado me voy a dormir… - él enfadado empezó a subir las escaleras.
- Draco!- se giró para mirarle.
- Que quieres?.. – aún tenía una esperanza.
- Yo.. buenas noches.. – él negó con la cabeza y subió hasta su cuarto.
Hermione siguió con su trabajo durante una hora más, y como estaba demasiado cansada decidió tumbarse en el sofá. A la mañana siguiente Draco bajó temprano y pasó por la sala común sin darse cuenta de que ella dormía en el sofá, se dirigió al gran comedor, pero al no verla se preocupó un poco. Al acabar el desayuno el chico se fue a clase de pociones y ella no estaba allí y se preocupó aún más. A acabar la jornada la vio sofocada por unos pasillos, pero prefirió no preguntarle, así que fue a la sala común y se tumbó en el sofá, cada día estaba más cansado, ni con la sangre de unicornio podía aguantar además se tuvo que dejar el quidich y dormía demasiado para su gusto.
Al poco tiempo una chica entró en la sala común haciendo mucho ruido. Draco se sentó y miró a Hermione que no paraba de dar vueltas a la sala común con la mirada perdida y mirando a un punto fijo.
- Que pasa?.. – preguntó serio.
- Nada! Que iba a pasar!!! Nada!- ella gritaba estaba histérica, Draco acumuló toda su paciencia y se levantó, al estar en frente de ella la paró y la abrazó.
- Que te pasa Hermione?.. – pregunto calmado mientras ella correspondía al abrazo.
- Que me pasa?.. es muy sencillo – hablaba apoyada en el pecho del chico- me he dormido, y por cierto no me has despertado, además mi novio se ha enfadado por que no tengo tiempo para él, no me han aceptado el trabajo, Ginny no me habla por haberle chillado en medio de un pasillo que se fuera a la mierda y quiero dos minutos para mi!... dos minutos que no puedo sacar de ninguna parte… eso es lo que pasa. – cogió una vocanada de aire y empezó a llorar. Draco solo le abrazaba. Levantó su barbilla lentamente para mirarle a los ojos y le limpió delicadamente las lágrimas. Se quedaron unos segundos mirándose a los ojos y cuando ella se hubo calmado, el chico le empezó a hablar.
- Hermione, ahora debería decirte que te lo dije, que te avisé… y debería dejar de hablarte.. pero debido a que no tengo todo el tiempo del mundo te diré dos cosas, una.. que dejes de investigar.. que no llegarás a ninguna parte.. y la segunda, déjate a los niños.. no puedes llevarlo todo… o que vaya más gente, ya que cada vez tienes más redacciones que corregir.. – Hermione sonrió y se abrazó fuertemente al chico.
- Te quiero mucho Draco…- él se puso serio, le hubiese gustado que fuera con otro sentido… pero era su realidad, ella solo le quería como un amigo. El sonrió finalmente y le besó la frente. – por cierto, el sábado estoy libre.. por si querías pasear conmigo… - el sonrió y le afirmó con la cabeza.
- Quieres que hagamos los deberes juntos?.. – ella asintió contenta y se puso a hacer los deberes con él. Estuvieron varias horas y a las 8 de la tarde ya tenían tiempo libre así que Hermione buscó a Ginny para hablar con ella y Draco fue a hablar con la profesora de la asignatura de muggles.
Se fue directo hacia su despacho que estaba cerca de la sala común de ravenclaw, tocó a la puerta y entró dentro. Al entrar se encontró a la profesora sentada en frente del escritorio. Él se sentó enfrente de ella.
- Y que quiere usted señor..
- Malfoy. – dijo el chico seguro.
- Señor Malfoy..
- Pues es muy sencillo, le he traido el trabajo de Hermione Granger.
- Y para qué?.. – preguntó la profesora muy seria.
- Pues es sencillo, estuvo anoche hasta las 4 de la mañana para acabarlo, y se ha dormido esta mañana puesto que lleva una semana durmiendo apenas 4 horas diarias…
- Que sepa señor Malfoy, que la vida de la señorita Granger me importa bien poco, sino se dejara las cosas para el último día… - Draco se levantó y dio un golpe en la mesa.
- Estoy harto de usted sabe?.. ella tiene muchísimas responsabilidades encima, y no duerme prácticamente nada, no come y solo estudia estudia y estudia… solo quiero que coja el trabajo y lo evalúe.. ya que ella jamás le ha fallado a ningún profesor.. y un día malo lo tenemos todos..
- Dígale a la señorita Granger que su responsabilidad primera son los estudios.
- Y lo sabe! Pero sabe usted que dos días a la semana prepara a los niños mas pequeños y les corrige redacciones para mejorar su expresión?.. a demás es una alumna de sobresaliente.. cuando le ha fallado eh? Cuando?..
- Está bien señor Malfoy, le cogeré el trabajo.. pero que sea la última vez.
- Gracias.. muchas gracias. – y sin decir más salió del despacho y se fue al gran comedor puesto que ya era la hora de cenar.
Hermione llegó acompañada de Ginny, ya habían hecho las paces, se puso mirando a la mesa de Slytherin y Draco le guiñó un ojo y le sonrió, a la vez Zabini le ponía los cuernos por detrás y el chico al darse cuenta le pegó, Hermione se reía de esos dos y estaba mucho más relajada.
Pasó la semana muy rápido, Hermione hizo todo lo posible el viernes, ya que el sábado iba a ir con Draco a pasear todo el día. Se levantó pronto, se duchó y se arregló, Kevin seguía enfadado con ella, así que no le dio ninguna explicación. Al bajar a la sala común se encontró con su compañero que llevaba una mochila al hombro y una brillante sonrisa en la cara. Los dos salieron y al llegar al lago Draco invocó una manta para sentarse ambos. Estuvieron hablando de cosas triviales, por supuesto sin tocar ningún tema que implicara un futuro. Ambos reían y se lo pasaban bien, comieron allí, en la orilla del lago, aunque hacía frío ya no había nieve, ya que ese año era especialmente caluroso, al acabar de comer recogieron todo y se fueron a Hogsmeade con la autorización de Snape. Pasaron la tarde entre tiendas y más tiendas, Draco le compró un libro a Hermione como regalo y ella le compró a él un quit de mantenimiento de escobas, ya que el suyo estaba muy viejo.
Al anochecer volvieron y se sentaron cerca de la cabaña de Hagrid, uno al lado del otro sin decir nada. Hasta que Draco cortó el silencio.
- Quieres cenar?.. – preguntó.
- Si, la verdad es que tengo hambre..- el chico sacó unos bocadillos de la mochila y le dio uno a Hermione, ambos comían en silencio y al acabar una manta apreció y los dos se tumbaron en ella.
- Hoy me lo he pasado relamente bien.- sus ojos brillaban en la oscuridad del lugar levemente iluminado por la luna.
- Yo también Draco. – ella sonrió. Draco se sentó y sacó una caja de su bolsillo. Ella también se sentó.
- Hermione, se que San Valentín es una fecha para enamorados, para las parejas… bueno.. que yo no soy tu novio, pero quería hacerte un regalo, por que te quiero muchísimo y por que quería agradecerte lo que has hecho hoy por mí.
- Draco… - la chica se tapó la boca e intentó no llorar, el chico le abrió la caja y dentro había una gargantilla de oro muy sencilla, Hermione le abrazó mientras que unas lágrimas le resbalaban por la cara.- Muchas gracias!
- No me las tienes que dar Hermione… - el chico le dio un beso en la mejilla y le sonrió mientras le limpiaba una lágrima.
- No se si aceptarlo.. yo no te he regalado nada y.. – Draco la calló poniéndole un dedo en los labios.
- No quiero que digas eso… me has dedicado tu tiempo y eso para mí es el mejor regalo.. – ella volvió a sonreír. Draco abrazó a Hermione y le dio un delicado beso en la frente, contemplaron el paisaje por unos momentos. La luna estaba llena, las estrellas brillaban intensamente y había una suave brisa que hacían de ese sitio, un lugar mágico.
ESTÁS LEYENDO
Pasión
FanfictionDespués de la derrota de Voldemort, de ganar la batalla, la vida de nuestros protagonistas cambia. Un simple baile, hará que se remuevan sentimientos que parecían inexistentes.