36.- La promesa

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En el comedor de la planta baja había un espeso silencio, todos estaban sentados alrededor de una mesa vieja. Unos se miraban a los otros, todos estaban nerviosos, sin embargo nadie hablaba. Ginny había mejorado bastante, había dormido toda la noche y se sentía con fuerzas renovadas, Luna y Ron estaban cogidos de la mano por encima de la mesa, a Ron le sudaban las manos a pesar de que Luna le infundía una tranquilidad inmensa. 

Hermione tenía la vista puesta en un punto fijo, esta sentada en frente de Harry que presidia la mesa junto a ella, y a su lado Draco, aún pensaba en las palabras del rubio, estaba tremendamente confundida. 

Harry tomaba la mano también de su novia y la apretaba con fuerza, miraba intensamente a Hermione, la tensión estaba en el ambiente, parecía una bomba apunto de estallar. 

Draco se miraba las manos, estaba nervioso también, tenía la esperanza de poder hacer algo, pero realmente no estaba en sus manos salvarla, no podía hacer nada más que esperar, pero esa espera le producía una angustia que no le deseaba a nadie, había vomitado por los nervios, estaba muy demacrado, en tanto tiempo pasaron tantas cosas que se sentía oprimido por que veía que el tiempo se le escapaba, que a pesar de haber pasado tantos años, todo seguía igual que antes. 

Finalmente Ginny dio una palmada en la mesa y todos la miraron.

- Bien… ¿ Nadie va a decir nada?.. – preguntó mirando duramente a Harry y a Hermione. 
- Yo no tengo nada que decir.. – dijo Hermione desafiante.
- La misión ha salido bien, dentro de lo que cabe, estoy satisfecho.- dijo Ron para alivianar el tema. 
- Misión?.. a nuestro rescate le llamáis misión?.. – preguntó Luna dolida. – era vuestra obligación!- se hizo un silencio, Luna había apartado las manos de las de Ron. Pasaron unos minutos hasta que una voz se oyó.
- Que pasó?- preguntó Draco. Todos miraron a Harry. 
- Llegamos allí, nos adentramos en un bosque espeso, muy oscuro, demasiado… teníamos que encender nuestras varitas… así pues como son buenos tenían una emboscada preparada, solo tenían que esperar una señal… nosotros mismos fuimos nuestros verdugos. Nos llevaron a las celdas donde estaban encerrados los presos, y menos mal que coincidimos con la celda de Ginny y Luna. – hizo una pausa. – teníamos otra varita, además de la habilidad de hacer hechizos con la mente, así pues sacamos la varita, pero alguien nos detuvo. – Harry miró a Draco.- Missel.. estaba allí depie con una varita en la mano… le caían lágrimas, sin embargo nos amenazó con matarnos si hacíamos un solo movimiento. – a Draco se le salían los ojos de las orbitas.
- Quien es esa Missel?.. me suena su nombre… - dijo Hermione. Harry miró a Draco, sin embargo éste negó con la cabeza.
- Yo no se nada de esa Missel… - volvió al relato sin apartar la mirada de Draco. – el caso, es que sabemos que cuando una persona está tan asustada sus movimientos son torpes y lentos, y eso fue lo que utilizamos en su contra, con un accio su varita llegó a nosotros, atamos a Missel y la dejamos en la celda con una mordaza. – Draco dio un manotazo en la mesa y se levantó furioso, se pasó la mano por el pelo, mirando al suelo se paseaba de un lado a otro sin parar ni un segundo. 
- Que te pasa?.. – preguntó Hermione. Ron le dio una patada por debajo de la mesa y le hizo una señal de silencio, que Hermione interpretó como un insulto hacia ella. – quien es ella Draco?. 
- No te importa.. te enteras?.. – salió del comedor, sin embargo los demás no dijeron nada, Ginny le acarició a Harry transmitiéndole la calma que necesitaba.

Hermione salió detrás él y lo siguió hasta una habitación en algún lugar remoto de aquella casa. Hermione cogió el brazo de Draco y lo giró, el chico la miró a los ojos, esos ojos que le atormentaban día y noche y que lo habían hecho desde hacía cinco años. 

- Quién es ella?.. – dijo Hermione con su rostro tenso, le apretaba el brazo al chico, aunque ambos sabían que no le hacía a daño. 
- No te importa, es una parte de mi vida que no te interesa en absoluto- dijo el chico aún mirándola, vio como su cara se relajaba un poco, pero sin embargo en sus ojos veía un tremendo desconcierto que quería calmar, sin embargo había hecho una promesa, y él cumplía lo que prometía. 

Hermione con la cabeza agachada fue otra vez a la sala donde estaban sus amigos, se sentó donde había estado minutos antes y al poco apareció Draco, el cual se quedó de pie, no podía ser débil, no ahora. Ninguno se miraba, todos miraban la mesa o sus manos. 

- Prosigue Potter… - dijo Draco, el cual estaba sudando, nervioso, movía las manos y se tocaba el pelo contínuamente. 
- Después de salir de las celdas, no encontramos con todo un arsenal de mortífagos, nos cogieron entre varios, apuntaron a Ginny y a Luna con sus varitas y nos dijeron que desveláramos el secreto del cuartel secreto… y lo hice. – Hermione miró enfurecida a Harry.
- Sois unos irresponsables, podríamos haber muerto, tú hija Ron! No pensaste en ella?... – dijo Hermione, mientras se derrumbaba. 
- Hermione, sabíamos que estaba allí Malfoy y que entre los dos Evelin estaría a salvo.- Hermione bufó. Harry la miró suplicante y a ella se le escapó una lágrima, lágrima que todos vieron. 
- Desvelé el secreto, confiaba en ti y en nosotros, cuando lo dije la mayoría de los mortífagos desaparecieron y nos tocó actuar, empezamos con el hechizo mental, unas cuerdas doradas salieron de la nada y ataron a nuestros oponentes, sin embargo uno no funcionó y con un hechizo alcandaron a Ginny, la cogí en brazos y Ron y Luna corrieron detrás nuestra, corrimos por pasadizos durante 15 minutos y al llegar a una puerta nos dimos cuenta que daba a un jardín, seguimos corriendo, Ron cogió a su hermana, hasta que yo tropecé con algo, con nuestra salvación, dos escobas estaban ahí, tiradas en el suelo y al verlas monté a Ginny conmigo y Luna y Ron en la otra hasta llegar aquí… y el resto de la historia ya la sabéis. 
- No puedo creerlo, es la casa de mis padres… y ahora.. que voy a hacer?, lo tenía todo allí!- dijo la chica. 
- Igual que nosotros Hermy, lo sentimos mucho pero no nos quedaba otra elección… - A Hermione le resbalaban lágrimas de pena por que no solo sus pertenencias se habían quedado allí, si no que también, todos sus recuerdos permanecían en cada pared de esa casa. Draco salió de la habitación nervioso, no sabía que hacer, tenía que decírselo por que pronto debería ausentarse, pero no se atrevía. 


Los chicos estuvieron toda la tarde descansando, Ron y Luna disfrutaban de su pequeña hija, Harry y Ginny salieron hasta Hogwarts para ver a Mc Gonagall, usando la capa de invisibilidad, Hermione estaba tumbada en una cama leyendo un libro olvidado en un cajón de la mesita de aquel cuarto. Un chico rubio entró sorprendiéndola, apoyó el libro en su regazo y lo miró con intriga, el chico avanzó un poco, mirándola a los ojos, y sonrió levemente, la veía tan vulnerable que no parecía la misma que horas antes dicutía con todo el mundo gritando y llorando contínuamente. Ella se recostó un poco en la cama y le señaló un espacio libre que había a su lado para que el chico se pusiera cómodo, mientras le veía, pensaba que aquellas facciones tan varoniles le hacían ver mucho más atractivo. El chico se tumbó poniendo sus manos detrás de su cabeza y la chica se recostó a su lado, sintiendo como su pecho subía y bajaba, y como cuando empezó a hablar vibraba. 

- Como estás?- preguntó.
- Bien, ahora estoy más tranquila… - Draco sonrió, sonrisa que ella no pudo ver. Se hizo un silencio entre ambos, el chico bajó sus manos y puso una mano en la cintura de Hermione, y entonces pensó que con ella al lado su promesa se rompería. El chico giró su cara y se la encontró de frente mirándole, inspeccionando cada parte de su cara, viendo sus sentimientos a través de sus ojos. – que has estado haciendo todo este tiempo?... – preguntó Hermione sin apartar la vista ni un solo instante de la del chico. 
- He estado reclutando gente en el extranjero para luchar… - Draco fijó su vista en otro sitio no soportaba su mirada.- he conseguido convencer a muchos magos y brujas, pero aún queda una parte que resolver… 
- Y supongo que esa parte se debe a esa chica no?... – Hermione se retiró de su pecho al ver que el chico no contestaba, se sentó en la cama y apretó el colchón con fuerza. El siguió hablando, puso nuevamente las manos detrás de su cabeza y miró el techo. 
- De verdad no te acuerdas de ella?.. – preguntó sin creer que estuviera causándole tanto daño a la castaña. 
- No.. no conozco a ninguna Missel… - Hermione se levantó y quedó mirando al chico, se apoyó en la cama con ambos brazos e hizo que Draco la mirara. – pero tú puedes decirme quien es no?...- preguntó alzando una ceja, un gesto que él le pegó.
- Missel vino a la fiesta en homenage a Potter, estaba hablando con ella y tu apareciste y te presenté como mi mujer… - la chica sonrió al recordar aquello, sin embargo su cara se tornó roja. 
- Y?.. – preguntó con ira.
- Y ella, estuvo conmigo durante 3 años en la mansión donde vivía, su padre pertenecía al ministerio, en el departamente de control de criaturas mágicas y pudo enchufar a su hija en el de exteriores… le tocó conmigo y prometí a su padre que cuidaríamos el uno del otro. 
- Que bonitooo.. – interrumpió Hermione con sorna. Draco la miró y siguió hablando. 
- Estuve saliendo con ella durante un año. – Hermione abrió los ojos descomunalmente. – y le prometí cuando vine a Londres que volvería a por ella… pero la secuestraron y por lo que parece la han obligado a pasarse de bando… - Hermione le miró triste y se tumbó nuevamente en la cama, se apoyó en su pecho otra vez y cerró los ojos, sintió su respiración nuevamente esta vez mucho más rápida que antes. – Tú que?.. cuéntame todo lo que has hecho. 
- Me han mantenido siempre al margen de todo – empezó a relatar con las manos acariciando el pecho del chico, el cual empezó a acariciar su brazo.- siempre, yo era la que tenía un buen futuro por delante e hicieron lo posible por que estudiara, vinieron a vivir a mi casa, ya que habían tres habitaciones, se quedaron allí durante 5 largos años… donde yo estudié, para luego trabajar en una empresa privada mágica, yo llevaba las cuentas, hasta que un día recibimos una nota de que Ginny y Luna habían sido secuestradas, cuando nos enteramos fue arrebatador para todos. En el primer año no pude enamorarme, lo mismo que en el segundo año… pero en el tercero volví a ver a Kevin, volví a caer en su red y vovió a hacerme daño.. – Draco levantó su cabeza.
- Como puedes ser así?... cono todo lo que hice para que te dieras cuenta de cómo era… - dijo ofendido. Hermione apoyándose en el pecho del muchacho elevó su cabeza para mirarlo a los ojos. 
- El amor es ciego… - argumentó.
- No preciosa, la ciega eres tú!.. en fin, continúa. – dijo el chico dejándose caer nuevamente sobre la almohada, Hermione cogió aire para tranquilizarse y seguir relatando.
- Me volvió a hacer daño, pero esta vez me enteré pronto, en 3 meses ya le dejé… luego tuve alguna relación pero nada serio, ninguna como la tuya de un año.. bueno, y supongo que duraréis más.. 
- No lo se.. – Hermione se quedó de piedra no esperaba esa respuesta. El sol se había escondido prácticamente, solo una leve luz que provenía de una lámpara de aceite en la mesilla de noche al lado de Draco iluminaba la habitación. Hermione volvió a apoyarse en el pecho del muchacho para poder mirarle a la cara. 
- Por que?- preguntó confundida y entonces su anillo le quemó, se lo sacó y había un “te quiero” escrito en la sortija. 
- Por el mismo motivo por el cual tú aún no te has quitado la sortija que te regalé… - a Hermione se le escapó una lágrima al ver el mensaje y la esclava de Draco quemó, cuando el chico vio la pulsera vio un “ yo también” escrito y abrazó a la chica. Se miraron durante unos instantes y sus corazones empezaron a palpitar rápidamente, Draco le apartó un mechón de pelo de su cara y lo puso tras su oreja, se respiraba en el ambiente algo cargado la pasión que los días separados fueron creando en el pecho de ambos por estar lejos el uno del otro. – No voy a poder cumplir mi promesa si tú estás aquí…- Draco se lanzó hacia los labios de la chica y la besó con ansias, esas ansias que hacía mucho no había podido calmar ni con nada ni con nadie. La chica se separó de él y le miró. 
- Que le prometiste a tú novia?.. – preguntó mientras una lágrima resbalaba por su cara, lágrima que estaría acompañada minutos después por muchas otras. 
- Que iría a por ella.. y nos casaríamos..

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