Capítulo 33: La Tempestad...

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Mientras tanto en Conisvic, el pueblo de Sophie, las aves comenzaban a marcharse anunciando a sus habitantes la llegada de una tormenta.

—Hay muchas aves revoloteando por el lugar, parece que se están marchando del pueblo ¿qué les estará pasando? —se preguntaban algunos habitantes del pueblo.

—Están anunciando cambios en el clima, es muy probable que se avecine una tormenta —dijo el señor Geraux, quien ahora era apreciado y respetado.

—¿Usted cree señor Geraux? ¿Cómo sabe que es una tormenta? —le preguntaron algunos.

A lo que señor Geraux respondió:

—Los animales son inteligentes y sabios y gracias a sus sentidos agudos pueden detectar cambios en la presión atmosférica o del agua, estos cambios provocan la propagación de ondas en frecuencias imperceptibles para los humanos, pero que algunos animales logran captar gracias a los sentidos como el oído o el tacto. De hecho las aves son excelentes meteorólogas.

Cuando se acerca el mal tiempo ellas comienzan a volar más bajo de lo normal, ellas sienten el cambio de presión que antecede a una tormenta, pues este cambio les provoca dolor por lo que comienzan a buscar refugio en otras zonas, para resguardarse de la lluvia. Las ranas comienzan a croar más fuerte y seguido, como un llamado a sus compañeros para aparearse, pues saben que lloverá pronto y que se formarán charcos frescos para poner sus huevos. Para las ranas los chaparrones son el mejor momento para aparearse.

Las abejas también sienten el cambio atmosférico y la humedad, por lo que antes que inicie el mal tiempo regresan a sus colmenas y allí se quedan hasta que el tiempo regrese a la normalidad.

—¡Entonces lo mejor será alertar a todos los vecinos para que tomen sus previsiones y la tormenta no nos tome de sorpresa! —dijeron todos.

—Así es, yo también voy a correr la voz para que los vecinos estén preparados, se resguarden en sus casas junto a sus mascotas y protejan a los animales de sus granjas —dijo el señor Geraux.

Las aves al escuchar que habían logrado su objetivo regresaron a la isla para avisarle a Sophie que la misión se había cumplido con éxito.

—¡Oh gracias mis queridos amigos! Gracias a ustedes puedo estar más tranquila —dijo Sophie.

Y así, como lo había vaticinado Johal, el visionario, dos días después comenzó una gran tempestad, que azotó el pueblo durante tres días con sus noches.

En Conisvic, hubo mucha gente desaparecida, entre ellos la familia de Sophie. La tempestad derribó árboles, casas, establos y corrales. También se perdieron muchas cosechas y algunos animales que no fueron bien resguardados, murieron.

A los pocos días de la tormenta se desató una peste que atacó casi todo el pueblo. Y ante aquella epidemia el hospital del pueblo colapsaba.

La familia Tiolmo integrada por los hermanos Tiojan, Tiorle, Tiaca, Tiali y Tiani, abrieron las puertas de su casa para ayudar junto a sus hijos Alolvi, Levol, Oliral, Katati, Olceg, Jhoral y Marau a todos aquellos enfermos que no pudieron ser recibidos en el hospital por falta de camas. Ante la emergencia que estaba viviendo el pueblo de Conisvic, Katati siempre noble y dispuesta a ayudar a los necesitados, decidió viajar hasta la ciudad de Hermione junto a su hermano Olceg para buscar ayuda para los enfermos.

Por su parte, el señor Geraux hacía un excelente trabajo ayudando también a los animales, pues muchos fueron contagiados con la peste.

Mientras tanto, en Isla Maizul; Argis junto a Sophie, Aqüichi y los muchachos limpiaban la isla de los destrozos ocasionados por la tormenta, pues gracias a los dioses no hubo bajas que lamentar.

Argis, El Cíclope ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora