No podía ser verdad. No encontraba el libro. Le daría una hora de clase o así. Por la tarde estaría de nuevo con mis colegas.
-Y él libro? No me había dado cuenta que lo había extraviado.
-Se me ha olvidado! No podemos empezar por lo que sea.
Uff, esto ya empezaba a ser complicado y no habíamos empezado.
-Juanito. ¡Esto es un despropósito!, dije recordando a mi padre. ¡Así no podemos estar! Dije con autoridad. Si quieres aprobar vas a tener que estudiar, pero regalarte no te van a regalar nada. Dije casi de memoria. No en vano me había costado llegar hasta 1º de bachiller.
-Adri, pero es que todo el mundo lo dice. El primer año de instituto es muy difícil.
-Joder. Difícil sí, pero si estudias no. Seguro que puedes conseguirlo. Te explico lo que vamos a hacer. Vas a estudiar un tema. Cuando pase media hora te voy hacer un test. Si sacas más de cinco de diez, jugamos una partida NBA. Si sacas menos de cinco te hago un calzón chino. Eso es lo que hay.
Juanma estuvo de acuerdo. Le encantaba la idea de jugar.
Cogí al azar preguntas del libro y era para asustarse. No era capaz de responder a más de cinco de las cuales sólo la mitad eran correctas. Terminó de responder y se atrevió a preguntar si jugábamos.
-Juan. Te pilla mi padre y te da unas yoyas que flipas. Le advertí.
Su madre preguntó cómo le había ido el estudio. Como al final jugamos, le gustó. Aceptó la oferta de la madre que siquiera.
Nuestras madres cerraron un trato y yo tuve que impartir clases dos veces en semana durante dos horas, martes y jueves. Me venía bien, así podía estudiar una hora tranquila y no estaba con mi padre. La madre de Juanma no llegaba hasta tarde de la peluquería. Si quería podía machacarle con la consola. Y a final de mes había paga.
No hacía falta ni preparar la materia, yo aprovechaba un rato y hacía mis deberes. Después hacía el test. Aprobó el mínimo y jugamos.
-Si te ganó te hago un calzón chino! Me amenazó Juanma.
-Vale, Si te gano, por cada punto que anote más que tú, te doy un azote en el culo. Chocó los cinco. Estaba más animado porque le había ido bien el estudio según él.
La última vez estaba un poco oxidado, pero ahora ya recordaba cómo jugar y gané con poco esfuerzo. Dominaba el tema, pero no pretendía una derrota humillante.
Fue terminar y le ordené inclinarse sobre sobre la mesa.
-Venga bájate el pantalón. Protestó un momento, pero lo vio como un juego y se los bajó hasta los tobillos.
Le propiné la diferencia, doce azotes. Juan se dolió un poco, pero no fue para tanto. Casi le asustó un poco que alguien le pegara en su culo. Creo que su madre le gritaba mucho, pero no le ponía la mano encima. Algunos viven de lujo. Cada vez que pienso en la chancla de mi madre.
Empecé a explicar 1º ESO de historia. Explicar el feudalismo hasta los Reyes Católicos, era un tedio, pero me las arreglaba para contarle historias. Podía recordar mejor el tema, porque el libro era una puta mierda como todos. El que me enseñó historia fue mi hermano con el mismo sistema. Para ser mayo, hacía un calor de muerte en esta casa. Empezaron a caernos gotas de sudor.
-Qué calor hace. ¿No? ¿Puedo quitarme la camiseta? Asentí, aproveché e hice lo mismo. Ya había adquirido cierta autoridad ante él. Me fijé, Juanma estaba bronceado y sentía envidia. Por mucho que me pusiera al sol, era como mi madre. Los pelirrojos no nos bronceamos apenas. Algunos me llamaban "oxidao". Sí, también podía haber sacado el pelo moreno de mi padre. Pero yo era pelirrojo y mi hermano castaño con ojos verdes. Ni siquiera el color azul de mi padre habíamos sacado.
-Juan. Hoy vamos a hacer las cosas distintas. Cuando falles una pregunta te daré un azote. Dije amenazante. Es lo que hacía mi padre con nosotros. Estoy convencido que a ti te viene bien.
Empecé con el test de historia. Por mucho que lo intentaba, no había manera. Juan me miraba con sus ojos de cordero degollado y no memorizaba el feudalismo.
Era desesperante. Y Juanma soltaba una sonrisa vergonzosa.
-Venga. Bájate el pantalón. Le azoté ocho veces. Reconozco que me aproveché. Estaba frustrado. Le dediqué tiempo, pero no ayudó. Quizás esto le fuera mejor. Fue corregirlo con él y enseguida ponerlo sobre mi regazo. Cada vez que recibía un golpe se quejaba. Y reconozco que me excité. No era la primera vez que me pasaba con algo o alguien.
-Me ha dolido. Joder. Eso no es lo que habíamos hablado.
-Tampoco habíamos hablando que te pillara jugando a la NBA cuando llegué. Sal un poco a la calle y juega.
-No tengo gente fuera con qué jugar.
-Pues te metes en un club de futbol y juegas allí como hago yo. Conoces a otros niños. Tienes amigos, entiendes.
-Tú juegas al futbol? Preguntó sorprendido. Asentí. ¿Y tienes tiempo para todo eso?
-Pos claro. Quizás podrías jugar en alevines. Yo ya estoy en juvenil. Venga, vamos a por las mates. Y con las mismas reglas. Y esta vez, ¡te voy a pegar de verdad! Juan mostró un poco de temor cuando dije esto.
Las mates tuvieron más éxito. Se esforzó en hacerlo al máximo. Aprobó y le puse otra vez sobre el regazo. Tuve que prometer no darle tan fuerte, pero le metí los calzoncillos por la raja del culo y empecé a dar los cinco azotes que se merecía. Me volví a excitar. Si hubiera sido por mí, me la casco ahí mismo. Sólo ver ese culito tan blanco y la espalda más bronceada, me excitaba. Tendría que contenerme cada vez que recordaba cómo cogía color su trasero.
-Me duele. Me cago en la puta. No lo voy hacer más.
-Juanma. Has conseguido aprobar. Sin los azotes no lo hubieras conseguido. ¿Lo sabías?
-Y tu padre te pega? ¿Así? Preguntó mientras se masajeaba su culo. Estaba tan vulnerable con esa cara de dolorido y esas pecas alrededor de los ojos.
-Mi padre, nos ha pegado siempre.
-A mí, mi madre nunca me pega. Dice que eso no es bueno. Además, eso está prohibido. Juan no tenía contacto con su padre desde que se divorció la pareja hace años. La peluquera era de facto, una madre soltera, tampoco le hacía falta. Tenía suficientes ingresos para mantener a los dos y a otra familia. La mujer era tremendamente condescendiente con Juan, tal vez demasiado. Es que no me extraña que estuviera tan tierno. Puede que por comodidad o agotamiento.
-Puede, pero a mi padre le da igual. Y a ti te ha funcionado. Sin azotes 2/10, con castigo 5/10 y casi 6/10. Has mejorado más del doble.
La siguiente semana comenzó mejor. Ya me esperaba a la hora sin jugar. Sabía que, si perdía tiempo, tenía menos tiempo para estudiar y tampoco jugaríamos a NBA. Empezó a caerme bien y le propuse venir un día y hablar con el entrenador para que jugara al fútbol con nosotros.
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La fierecilla domada por Adri 1 y 2
Fiksi UmumAdrián es obligado a impartir clases a otro alumno del mismo instituto en contra de su voluntad. Es una historia en la que Adrián y JuanMa se conocen más a fondo y ambos descubren de sí mismos un cosas que desconocían. Contiene spanking 2ª parte se...