Tres horas después.
Derek abrió los ojos con dificultad y dolor. Poco a poco su visión se fue aclarando, y entre quejidos, el azabache se sentó en el suelo, mirando a su alrededor, completamente confundido.
Estaba a mitad del baño, sentado bajo el lavamanos.
– ¿Qué...me pasó? – se puso una mano en la nuca, e hizo un gesto de dolor.
Derek se levantó del suelo con algo de lentitud, y miró a su alrededor achicando los ojos.
Enseguida se dirigió a la salida, encontrándose con su habitación totalmente solitaria, como de costumbre. Frunció el ceño al caminar a la cocina y ver el desastre que había allí; pedazos de cristal regados por el suelo, arroz cocido tirado sobre la encimera, y pedazos de carne cruda por toda la cocina.
– Ahgm...se metió un perro – murmuró Derek, poniéndose una mano sobre la frente y cerrando los ojos.
Pero en cuanto sus párpados se cerraron, una bola de recuerdos atacaron al azabache; recuerdo tras recuerdo.
Recordó haber ido al bar, y que al salir de allí se encontró con un hombre que parecía tener rabia. Y luego, sin mucha claridad, recordó haber corrido por un lugar lleno de árboles porque estaba huyendo del mismo hombre.
El mismo hombre que le mordió el hombro sin razón alguna.
Ante el recuerdo, Derek puso su mano derecha sobre su hombro, y miró a su alrededor con la respiración algo agitada.
¿Cómo había regresado a su habitación? Eso no podía recordarlo, ¿Por qué? ¿Acaso la mordida lo había dejado inconsciente? Se miró el hombro totalmente sano y jadeó impresionado, ¿Dónde estaba la herida? ¿Qué le habían hecho?
Una bola de preguntas empezaron a atacarlo, y lo peor era que Derek no tenía ni siquiera una respuesta a todas las cuestiones.
Seguramente estaba tan ebrio que me imaginé todo eso; pensó él, queriendo calmarse con esa idea mientras caminaba por toda la habitación en busca de su móvil.
No iba a quedarse con tantas incógnitas, tenía que buscar ayuda, tenía que solucionar todas sus malditas dudas.
Pensó en llamar a Theo, pero descartó esa idea de inmediato; de todos sus amigos, el que menos pudo haberle ayudado era Theo, pues Derek recordaba claramente que el bar man se había quedado apuradísimo por tanto trabajo que tenía. Además, Derek ni siquiera tenía el número de teléfono de Theo.
Abrió la aplicación de contactos móviles en su teléfono, y eligió al primer número que le apareció. Rápidamente se puso la bocina contra la oreja, y esperó por que le contestaran.
– Hey, Isaac...Isaac – empezó a decir el azabache, estando nervioso.
– Derek, qué sorpresa...– contestó el camarógrafo desde la línea.
– Escúchame, Isaac – Derek se acercó a la ventana y se asomó por la misma, viendo entonces que su preciado Camaro yacía aparcado frente al edificio.
¿Y si Derek tenía razón? ¿Y si sólo se embriagó tanto que imaginó todas esas cosas?
– ¿Qué pasa, Derek? Te oigo agitado – señaló Isaac, sacando a Derek del pequeño trance en el que entró.
– Sí, sí...es que – tragó saliva –. No...no me siento muy bien – se rascó la nuca y caminó a la cocina por un vaso de agua –. Estoy...sudando, y me...me duele todo el cuerpo – sintió asco al detectar el olor de la carne cruda.
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BITE -Sterek-
FanfictionDerek Hale es un reportero famoso en Nueva York, quien tras cometer un error, sufre de enormes consecuencias; tanto emocionales, como físicas. A las cuales solamente podrá enfrentarse con ayuda de un ser realmente extraño. ¿Será que podrá remediar s...