Capítulo once.

678 97 49
                                    

Stiles se mantenía de pie junto a la cama blanca en la que yacía Derek. Y Isaac estaba del otro lado de la cama, sentado en una silla mientras miraba atentamente cómo el castaño le tomaba el pulso, y la presión al Derek inconsciente que tenían allí.

– Dices que te llamó hace unas horas – dijo Stiles, haciendo un tono de duda.

Isaac asintió.

– ¿No te dijo cuánto tiempo lleva así? – volvió a decir Stiles, viendo cómo Isaac negaba en silencio –. Isaac, necesito que me des detalles de lo que pasó – agregó el castaño, suspirando y alejándose de la cama para ir a apuntar unas cuántas cosas en el certificado médico de su ex.

– ¿Y qué quieres que diga? No sé nada – Isaac se encogió de hombros –. Lo más seguro es que haya ingerido algo, y le haya dado una infección estomacal...

– No hay una infección estomacal – interrumpió Stiles, alzando el certificado –. Y vaya que si él se hubiese drogado...me daría cuenta – susurró, mirando a Derek con angustia.

– Ajá...– Isaac soltó una risa sin gracia –. ¿Y cómo vas a darte cuenta de que está drogado, si ya ni siquiera sabes nada de él?

Stiles pasó su atención a Isaac.

– Soy médico...y sé cuando alguien consume drogas – explicó el castaño –. A eso me refería.

El camarógrafo asintió.

– Sin embargo, el rastro de deshidratación en él me hace saber que bebió alcohol – Stiles cambió el tema drásticamente –. Eso explicaría las náuseas, mareos, y la sudoración.

– ¿Qué hay de su comportamiento extraño? – Isaac señaló al azabache –. Eso de...comer peces vivos, y...gruñir a cada rato como si fuese un perro hambriento.

Un silencio profundo se adueñó de la habitación.

Stiles no tenía la respuesta de esa pregunta, de hecho, él también se estaba cuestionando lo mismo.

¿Por qué Derek actuaba como todo un loco? Si cuando habló con él la noche anterior, Derek estaba complemente cuerdo, triste, claro, pero no había nada raro en él.
¿Acaso el rechazo de Stiles afectó tanto a Derek que éste se volvió loco?

– Sólo nos queda esperar...a que despierte para poder preguntarle – murmuró Stiles, y al mirar a Derek, notó que éste empezaba a mover los párpados.

Ya se estaba despertando.

Rápidamente Isaac se levantó de su asiento, y se acercó a su amigo.

– Hey, Derek...– habló el camarógrafo, viendo cómo el nombrado abría los ojos poco a poco –. ¿Qué tal te sientes?

Ante la pregunta, Derek clavó su vista en Stiles, quien seguía de pie a un lado, devolviéndole la mirada.

– Yo...– comenzó a hablar Derek, sintiéndose algo confundido –. Seguramente morí y estoy en el cielo – expresó enseguida, sonriendo mientras seguía mirando a Stiles.

– No, estás vivo, y en un hospital – aclaró el castaño, suspirando.

La sonrisa se le borró a Derek de los labios.

– ¿¡En un hospital!? – el azabache trató de levantarse, pero entonces se percató de que sus manos estaban atadas a la cama –. ¡¿Qué me sucedió?! ¿¡Por qué estoy atado!? – movió sus muñecas de un lado a otro, y se sacudió como babosa en sal.

– Tranquilízate, Derek – pidió Isaac, alzando las manos en señal de paz.

– ¡¿Cómo quieres que me tranquilice cuando estoy atado?! ¡¿Por qué estoy atado?! – apretó los puños y gruñó desesperado.

BITE -Sterek-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora