Capítulo 3 - "La Caída"

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Aquella sería la primer y última llamada que Eli rechazaría

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Aquella sería la primer y última llamada que Eli rechazaría.

Hacía semanas que le costaba conciliar el sueño, sus noches se habían convertido en pesadillas, sobre todo luego de enterarse cuál era el contenido de la lata que recibieron Glorieta y Horacio. No podía dejar de pensar en ello, en recordar cada detalle, cada terrible y siniestro detalle, y se preguntaba cómo era posible el llamado.

En el momento en que los padres de Lucy abrieron aquel extraño paquete se encontraron de frente con el horror y con ello me refiero a que sus ojos presenciaron la perturbadora imagen de un dedo índice despellejado, seis uñas arrancadas y aún con trozos de carne, un mechón de cabello rubio y trece dientes... "Oh Lucy, qué te han hecho".

El clima social de Kuntul estaba enrarecido, nadie confiaba totalmente en nadie. Desde la desaparición de la pequeña, un año atrás, comenzaron a aparecer pintadas con frases como "ha vuelto" o "el inicio del fin", además de circular extraños panfletos con la leyenda "volverá a ocurrir", en su mayoría promovidos por un reducido grupo descendiente de los "tilches", los antiguos habitantes de aquellas tierras.

La situación en la escuela tampoco era la mejor, en los pasillos se había reflotado la teoría de que un asesino desquiciado andaba suelto y a todos les aterraba la idea de que jamás había sido encontrado.

Tommy Méndez asistía a Pehuén desde que era tan sólo un niño. Siempre fue un estudiante aplicado, puntual e inteligente, en gran parte bajo la estricta presión de sus padres. Si bien nunca lo decía, en el fondo Tommy anhelaba otro futuro para su vida pero como ocurre en muchas familias... el joven temía defraudarlos y eso jamás se lo permitiría. Durante el último año había logrado obtener el mejor promedio de la clase y se había consagrado como abanderado de forma indefinida. Era un lector compulsivo, visitaba la biblioteca casi a diario. Sus últimas lecturas marcaban su estilo: "el contrato social de Rousseau" y "Cartas persas de Charles Louis de Secondat". Sólo le restaba un año para concluir la preparatoria y finalmente aventurarse en su prospero futuro universitario dónde iniciaría los estudios requeridos para transformarse en un prestigioso Ingeniero Civil.

Aquella tarde luego de salir de la escuela se reuniría con sus amigos a jugar al póker como cada viernes. Amaba esa rutina. Casi siempre se reunían en casa de Lautaro y jugaban hasta altas horas de la noche, bebían whisky de 32 años y fumaban habanos cubanos. Todo un descalabro para su edad.

No veía la hora de terminar la aburrida clase de físico química para poder ir con sus colegas. Si hubiese querido podría haberse retirado antes pero eso significaría perder el presentismo y eso no era algo que sus padres toleraran, así que no tuvo más remedio que aguardar a que concluyera.

Llegar tarde no sólo significaba ser la burla de la junta, además se perdería de las mejores partidas de la noche, las primeras. Las agujas del reloj se movían con sádica lentitud y los minutos se convirtieron en horas. En la mente de Tommy todo transcurría con gran vertiginosidad, cada segundo que pasaba allí encerrado era otra razón para odiar a sus padres. Quería saltar de su silla, gritar, explotar de furia, voltear el banco y escapar de ese lugar. Pero no, nada de eso sucedió, el buen Tommy esperó hasta el final.

Cuando finalmente concluyó, el joven salió de prisa, chequeó la hora y notó la tardanza. Estaba lleno de ira y bronca pero lamentándose no lograría nada así que tomó sus cosas y arrancó. Supuso que lo mejor sería atravesar el bosque por el sendero lateral y así ahorrar tiempo para llegar con algunos minutos de sobra y eso hizo, montó su bicicleta mountain bike y comenzó a pedalear.

Aún no oscurecía, el sol le regalaba sus últimos rayos de luz. Hacía varias semanas que no llovía, la tierra estaba perfecta para aligerar la marcha y Tommy abusó de ello. Pedaleó con fuerza olvidando los peligros del terreno irregular del bosque y así fue como un bache atoró su rueda delantera y lo lanzó despedido hacia adelante. Perdió el conocimiento apenas cayó.

Cuando recobró el conocimiento aún estaba aturdido por el golpe. Sentía un dolor inmenso, le ardía todo el cuerpo y no lograba enfocar la vista, sólo podía oír de fondo el vago cantar de un grillo entre la inmensidad de un profundo silencio. Hizo un esfuerzo por serenarse e intentó abrir sus ojos lentamente, de inmediato notó que ya era de noche. No podía siquiera imaginar la hora, se preguntaba cuánto tiempo había estado inconsciente, no recordaba con precisión. El dolor era increíblemente fuerte y se intensificaba en su pierna derecha. Le resultaba imposible levantarse, estaba tendido en el suelo e imaginaba que podría haberse quebrado un hueso. Desesperado, comenzó a palpar sus extremidades buscando una herida. Los dolores se hacían más y más punzantes con cada movimiento. Cuando su mano temblorosa rozó la pierna izquierda sintió ganas de vomitar. El sufrimiento le daba arcadas. Intentaba recomponerse pero no podía, el padecimiento era enorme. No entendía como había ocurrido semejante accidente con una simple caída, había perdido la pierna por completo. Su mente desvariaba, por momentos experimentaba un violento mareo. Sentía el tibio calor de la sangre humedeciendo su remera. Pronto comenzó a bajarle la presión, en cualquier momento volvería a desmayarse y apenas se percató de ello empezó a gritar pidiendo auxilio y allí, en ese instante de locura anticipó su terrible final. Sintió que "algo" le pasó por encima. Estaba muy oscuro para reconocerlo pero el hedor que despedía aquello que lo acechaba era insoportable. Él nunca se detuvo, por el contrario, siguió gritando más y más fuerte pidiendo ayuda.

Todoterminó cuando una enorme roca comenzó a descargarse violentamente sobre lacabeza de Tomás, una y otra vez, una y otra vez.

Esa noche Tommy no jugó al póker. Luego de aquella noche nunca más volvió a la casa de Lautaro, ni a la suya, ni a la escuela.

Luego de ese golpe, nunca más volvieron a verlo con vida y Eli ya lo sabía.  


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Los Sucesos de KuntulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora