Capítulo 17 - "Wataku"

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Fragmento de la declaración testimonial de Cinthia Martínez por el caso de desaparición de Elizabeth Martínez

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Fragmento de la declaración testimonial de Cinthia Martínez por el caso de desaparición de Elizabeth Martínez

CINTHIA — Mi hermana está muerta, no entiendo por qué siguen con esto, por qué mi madre insiste en seguir con esto...

FISCAL — ¿Cómo puede afirmarlo? ¿Tiene pruebas? ¿En qué circunstancias murió?

CINTHIA — No hacen falta pruebas, yo lo sé. La vi, apareció en mi cuarto antes de mudarme de ese maldito pueblo. Me dijo que me fuera antes de que sea demasiado tarde.

FISCAL — Pero... a ver, déjeme un segundo, no comprendo. Si la vio... entonces... no está muerta. No la entiendo, me confunde.

CINTHIA — Claro que no me entiende. Cuando la vi ya no era ella, sino más bien una proyección de quien fue, un espíritu...

FISCAL — ¡Por dios!, señorita Martínez eso es absolutamente incomprobable. ¿Puede por el amor de dios aportar información útil a la causa?

CINTHIA — Era obvio que no me creería, ¿Quiere información? Entonces debe tomar nota de lo que le acabo de decir.

FISCAL — Basta Martínez, ¡BASTA! Usted me está tomando el pelo y no comprende la severidad del asunto. Se trata de la vida de su hermana — hace una breve pausa, bebe un sorbo de agua de su copa y continua — Proseguiré con la última consulta.... Si todos vieron al "peregrino" con su mapa, ¿cómo puede ser que usted no sepa dónde se dirigía su hermana con sus amigos?

CINTHIA — No pude — pensó en voz alta.

FISCAL — ¿Qué no pudo?

CINTHIA — No pude ir. Me quedé en casa, no me sentía bien. Fue la noche en que vi a esa cosa por primera vez — Su mirada quedó perdida sin poder ocultar su angustia.

FISCAL — Disculpe, ¿A quién vio?


Antes de abandonar el campamento organizaron reunirse durante la mañana del día siguiente. Guillermo, el joven Tilche y nieto del afamado peregrino, les pidió que fuera en un lugar lejano y en lo posible privado, para así evitar que sus pares pensaran que los estaba traicionando. De tal forma que todos concluyeron en que el sitio ideal sería la casa de Nico, quién se encontraba solo ya que sus padres estaban de vacaciones.

Finalmente y luego de tantos años de amistad podrían conocer la residencia Hoffman, sí, la casa de Nico era increíble. Su familia estaba muy bien posicionada económicamente hablando y su hogar era una prueba de ello. Sólo bastaba con notar la entrada, la cual se destacaba con un bellísimo y enorme jardín en el que se podía apreciar una antiquísima fuente de mármol junto a una estupenda réplica de una escultura romana. Aunque lo que verdaderamente la hacía grandiosa eran sus coloridas y variadas especies de flores. Orquídeas, rosales y margaritas de las más exóticas especies decoraban con sutileza y elegancia aquel espacio cercado por arbustos podados milimétricamente de forma geométrica.

Los Sucesos de KuntulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora