VIII

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- Arriba dormilón - dijo Gabriel despertando al menor, el cuál abrió los ojos lentamente, sin entender por qué escuchaba la voz del rizado, diciéndole que era hora de levantarse. Lo buscó por toda la habitación deseando encontrarlo - Date la vuelta - habló a través del celular, y ahí entendió, se quedó dormido mientras hacían videollamada, al parecer Gabriel no había cortado en toda la noche. - ¿Estuviste ahí toda la noche? - preguntó refregando su ojo derecho. - Me pediste que no corte, y acá sigo ¿Cómo dormiste? - preguntó con una sonrisa que adornaba su hermoso rostro mañanero - Bien, gracias por despertarme, sino iba a pasar se largo y en una hora tengo danza. - respondió - No hay problema, yo me estoy yendo al laburo, hablamos más tarde. - dijo tomando sus cosas. - Gabi, espera - el aludido lo miró atentamente, esperando que el chico prosiga, al ver que no pensaba hacerlo, habló él
- Te quiero - Y Renato lo miró completamente desconcertado - ¿Cómo sabías que te iba a decir eso? - preguntó. - No sé, simplemente lo sé, chau Tato - y cortó la llamada.

(...)

Renato estaba llegando al estudio de danza, cuando sintió unos brazos que lo rodearon por la cintura - Hola amor - dijo Julián depositando un beso en el cuello del pequeño, el cual trago saliva, una especie de culpa invadió su cuerpo ¿Por qué culpa? Si no había hecho nada malo, sólo hablaba con Gabriel, sólo le gustaba Gabriel, pero no era algo que pudiese controlar. - Hola Ju - respondió, acompañado de una falsa sonrisa.

Trató de concentrarse en la clase, pero no lograba acertar un sólo paso, lo cual llamaba mucho la atención de todos los presentes, incluido la de su novio. Renato era muy buen bailarín, lograba aprenderse las coreografías con tan sólo verlas una o dos veces, sin duda era el mejor de su clase, por eso que no pueda acertar a tan sólo un paso, resultó completamente raro.

Una vez que la clase concluyó, el castaño fue directo a las duchas, había tenido un mal día, por lo menos lo que llevaba de él, lo único bueno había sido despertar con la voz del rizado, aunque sea a través de una pantalla.

Estaba tratando de relajarse bajo el agua fría, cuando siente que la cortina del baño se abre y ve que Julián entra con él, comenzando a besarlo ferozmente
- Para Juli, nos van a ver - dijo Tato, tratando de quitárselo de encima - ¿Desde cuando tenes miedo a que nos descubran? Si a vos te encanta la adrenalina - respondió volviendo a atacar su cuello - ¡Te dije que pares Julián! - reprochó fuera de sí. El nombrado lo miró con una mueca de confusión - Cuando salgas de la ducha hablamos - fue lo único que dijo, saliendo de ésta.

Polos opuestos {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora