Polos opuestos {Terminada}

X

Renato vio como Julián salía del vestuario, con la cabeza gacha, y a él le dolía, le dolía que esté mal por su culpa, le dolía que no podía amarlo como lo merecía, le dolía que Gabriel haya aparecido en su vida, aunque quizás también le gustaba, porque lo hacía sentir de una manera increíble.
Pero tenía que aclarar sus sentimientos, su relación con Cerati no había finalizado, sino que le pusieron un stop, para no lastimarse, para entender bien lo que le estaba ocurriendo, aunque para saber que era eso, tenía que ver a Gabriel, así que tomó su celular y le mandó un mensaje "Te veo a las 20:00 en mi casa".

(...)

El rizado estaba en el trabajo, cuando recibió el mensaje del menor, una sonrisa nació en su rostro "Nos vemos ahí" le contestó. Ni siquiera sabía por qué estaba tan ansioso por verlo, si la última vez lo había rechazado, porque estaba de novio, pero por alguna razón eso hizo que le guste más, le gustaba que Renato fuese tan correcto, le gustaba que no era capaz de mentir, y eso le daba la seguridad de estar con él, de saber que sea cual sea su relación de ahora en más, así sea amistad o quizás, algo más, sería sana y pura, como el pequeño.

Miro el reloj, que marcaba las 16:30, en una hora saldría del trabajo, así que podía bañarse, prepararse, y por qué no, comprarle algún regalo al menor. Todavía no lograba entender como de un día para el otro, su realidad cambió completamente, como Renato le movió toda la estantería, como él solía decirle a sus amigos cada vez que se ponían de novios, y ahora él era el que se sentía así. Es increíble como da vueltas el destino, un día estás terminando una relación de meses, porque sentís que esa persona no es la indicada, y de repente, como si de un libro se tratase, te encontras comprando una gorra del equipo que odias, solamente para hacer feliz a la persona que ésta vez, sentís que es la correcta. Porque así se sentía Gabriel con Renato, cuando lo veía, cada cosa estaba en su lugar, era como si el pequeño tuviese las piezas faltantes en el rompecabezas de su vida, era como si Renato hubiera aparecido para darle sentido a su existencia, era como si esos ojos color café, adornados con esas preciosas pestañas bien formadas, lo guiaran por el buen camino.