Gabriel daba vueltas en la cama sin poder conciliar, Antonella tenía fechas para tener a su hijo en éstos días, y quería estar atento a cualquier cosa que pueda llegar a necesitar. Las manos le quemaban en éste momento, tenía muchas ganas de mandarle un mensaje a Renato, pero debía contenerse — ¡GABRIEL! — gritó la chica desde la habitación continua, el rizado se paró rápidamente, corriendo hacia ella — ¿Qué pasó? — preguntó exaltado debido al grito que había pegado — Vamos al hospital. rompí bolsa — contestó con cara de preocupación. El chico hizo caso, tomó el bolso que tenían preparado, y se subieron al auto.
(...)
Renato estaba llegando a la casa de Gabriel, pero cuando estaba en la esquina vio como él y Antonella se subieron al vehículo y arrancaron rápidamente, decidió seguirlos, no sabía si estaba haciendo bien o mal, tampoco sabía si era demasiado tarde, pero ahí estaba él, intentándolo.
(...)
Ratto estaba en trabajo de parto, le informaron a Gabriel que le debían hacer una cesárea de urgencia, así que él estaba sentado en la sala de espera, ya ni siquiera tenía uñas, se las había mordido todas debido a los nervios y el temor. — Disculpe, mi amiga está por tener a mi hijo, quiero saber si está todo bien. Me dijeron que iban a hacerle una cesárea de urgencia — dijo a un médico que pasaba por ahí, el cual miró confundido a Gabriel — ¿Tú amiga va a tener a tu hijo? — preguntó desorientado — No importa, quiero saber como están — contestó el rizado, que estaba muy desesperado.
— Mira, no es por asustarte, pero si no fue una cesárea programada, es porque algo malo ocurrió. Te pido que te tranquilices, sé que es difícil, pero no podes hacer nada. Apenas sepabamos algo de tu amiga y tu hijo, te vamos a avisar, vos espera acá. — dijo tratando de calmarlo, Gabriel asintió. Cuando el doctor se fue, no pudo hacer otra cosa que llorar, si le pasaba algo a Anto o a su hijo, se moría.
— ¿Queres? — dijo una voz que le parecía muy familiar, ofreciéndole un vaso de café, eran las 4:00 am y ni siquiera tenía sueño — Gracias — dijo aceptando y levantando la mirada, se quedó estupefacto cuando vio que esa persona era Renato — ¿Tato? ¿Qué ha-haces acá? — preguntó sorprendido
— Vine a hacerte compañía, escuché todo. Va a salir bien Gabi — contestó, y Gabriel lo único que pudo hacer, fue abrazarlo.

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Polos opuestos {Terminada}
RomanceUno de River, el otro de Boca, uno cheto, otro de barrio, totalmente diferentes, pero dicen que los polos opuestos se atraen.