Amandonos

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-. Lista? - pregunto Seiya mirándome de arriba a abajo, me había invitado a una cita, yo estaba emocionada, nerviosa y extasiada, creo que realmente necesitábamos esto, tiempo para estar solos, después de las cosas que pasaron y de las veces que nuestro amor fue puesto a prueba era necesario conectarnos uno con el otro, sinceramente yo lo extrañaba tanto, hacía mucho que no estábamos solos y que no disfrutábamos de un momento de intimidad, digo... No es que solo piense en ello es solo que realmente cada día que eh pasado sin él se ah vuelto una tremenda agonía, cada célula de mi cuerpo me exige su toque y para ser sincera no hay nada mejor que estar a su lado.

-. Lista... Me dirás a dónde iremos? - pregunté sonriedo.

-. Seiya me miró y arqueo una ceja, con honestidad eso me encantó - es una sorpresa bombón.

-. Amo las sorpresas pero ya quiero saber! - termine de maquillarme, deje la brocha del rubor y me puse de pie acomodando mi vestido, era una cita especial así que escogí un vestido en color morado con detalles en negro por encima de la rodilla, de tirantes ajustado en la parte del escote y olgado en la parte baja de la cintura, zapatillas negras altas y por esta ocasión dejé mi cabello suelto ligeramente recogido con un broche.

-. Te vez preciosa, eres la chica más bella jamás vista y me siento más que afortunado de tenerte junto a mi... - Seiya se acercó, me tomo de la cintura pegándome a su cuerpo y me beso tiernamente.

-. Basta! Porque si no te detienes no saldremos de aquí... - sonreí pícaramente mientras él me miraba algo sorprendido por las palabras que dije.

-. Valla que eres atrevida señorita Tzukino, cada día me sorprendes aún más. - ambos sonreímos en complicidad.

Salimos de casa, Seiya se acercó en un coche descapotado y sonreí por su expresión al volante, bajo y como todo un caballero me abrió la puerta.

-. Gracias señor. - dije sonriendo.

-. De nada mi hermosa bombón.

Avanzamos por la ciudad, me di cuenta que salíamos y comencé a cuestionarlo para saber nuestro destino pero él solo sonreía, después de un rato de preguntas sin cesar y sonrisas entre los dos al fin Seiya aparco en un claro a las afueras de Tokio desde donde se podían ver las bellas luces de la ciudad, estaba anocheciendo y las estrellas empezaban a brillar al igual que una majestuosa luna, quedé realmente asombrada por la belleza del lugar.

-. Te gusta... - pregunto Seiya ayudándome a salir del auto.

-. Esto es... Hermoso cariño, me encanta. - respondí sin dejar de admirar el paisaje.

Mi hermoso prometido saco del coche una manta que colocó sobre el pasto y una canasta que contenía una botella de vino, 2 copas y golosinas, toda clase de golosinas puso todo sobre la manta junto con una lámpara de luz tenue que iluminaba el espacio, entonces como si fuera poco se escuchó una bella y romántica melodía que salía de los altavoces del coche.

-. Extendió una de sus manos hacia mí - quieres bailar? - pregunto sonriente.

-. Claro que sí; con mucho gusto... - tome su mano con la mía y nos acercamos lentamente, coloque mi cabeza en su hombro y lo abrace con mis manos por sobre el cuello, él beso mi frente  y me abrazo por la cintura con delicadeza.

Bailamos por un rato sintiendo la brisa fresca sobre nosotros, soñando con la vida que nos esperaba juntos

-. Sabes... - dijo sin dejar de moverse aún bailando abrazado a mi - no puedo recordar algún momento de mi vida que hubiera sido más feliz que este, siento que lo nuestro debía ser de alguna forma u otra, te ame desde el primer día en el que te ví y sé que te amare más allá de la vida.

-. Levanté mi rostro para mirarle a los ojos - te amo cariño, me devolviste a la vida, me dejaste saber que aún podía amar, que aún podía ser feliz.

Paramos el baile y nos miramos a los ojos, él me abrazo con posecion y me beso tan ardientemente que en ese instante deje de sentir el suelo bajo mis pies. Bebimos vino y disfrutamos de las golosinas riendo y planeando nuestro futuro juntos, la noche se hizo más fría y entonces nuestros cuerpos buscaron calor uno en el otro, Seiya me abrazo mientras mirábamos las estrellas recostados en la manta sobre el pasto, me miró con sus bellos ojos penetrantes y sonreí para él.

-. Me haces el hombre más feliz sobre la tierra mi bombón...

-. Y tú a mí... Gracias por esta bella noche... La mejor cita.

Tome su cabello y acerque su rostro al mío observando cautelosamente sus labios, esos labios que anciaba probar, pegue los míos a los suyos y mientras reconocía la textura de ellos abrí mi boca para darle paso a su delicada lengua que sabía a vino y a golosinas, subí mis manos a su cuello y acerque aún más a mi cuerpo el suyo, sus manos bajaron hasta la parte más íntima de mi cuerpo tocando con ellas mi sexo, oh Dios! Se siente tan exitante, tan delicioso, tan apasionado, cerré los ojos y goce el toque de sus dedos dentro de mi, Seiya me miraba exitado y yo lo estaba igual.

Con mis manos desabroché sus pantalones dejandolos aún lado, él bajó delicadamente cada uno de los tirantes de mi vestido dejando pequeños besos sobre mis hombros llegando hasta mis pechos, bajo mis bragas y levantó mi vestido sobre mis caderas, pego nuevamente su boca a la mía, podía sentir en mi pierna la dureza de su exitacion, entonces baje mis manos hasta sus boxers y los bajé tomando entre ellas su miembro erecto subiendo y bajando dando un masaje erótico en el, la cara de Seiya era indescriptible, sus gemidos y el movimiento de sus dedos en mi clítoris me estaban volviendo loca, apunto de llegar al éxtasis infinito, Seiya tomo su erección y la hundió en mi húmedo sexo, los gemidos subían más y más de tono, no nos importó el lugar, no nos importó el que pudiéramos ser descubiertos, nosotros solo queríamos amarnos, solo queríamos sentir la humedad y el deseo incandescente de nuestros cuerpos.

-. Me sorprendes bombón... - jadeaba en mi oído sin dejar de mover su pelvis contra la mía.

-. Te deseo... No importa el momento solo quiero ser de ti... - conteste apenas audible por los gemidos que escapaban de mi boca.

Lo bese en los labios recorriendo con ellos su nariz, sus mejillas, su frente, moviendonos al unisono como un par de moléculas que desean estar en un solo lugar, me tomo por la cintura fuertemente y sus embestidas incrementaron haciéndome sentir ese espasmo reconocible en mi cuerpo, no pudimos evitarlo y ambos llegamos al clímax soltando gemidos agudos que nos hicieron saber que todo habia sido perfecto.

-. Te amo cariño pero tenemos que irnos porque realmente no creo aguantar más tiempo antes de volver a hacerte mía y es que quiero recuperar todo el tiempo perdido - dijo sonriendo.

-. Okay. Pues vamos porque igual quiero que esta noche no acabe nunca...

Nos amamos hasta el amanecer, perdiendo los estribos y la cordura mientras nuestros cuerpos desnudos exigían el toque uno del otro.

Por siempre juntos (Our History)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora