One-shot XVI: Fuera de casa [+18]

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Una larga limosina voladora de color rojo brillante se aproximaba a las oficinas centrales de la Corporación Capsula, dentro de ella iba un joven de cabellos lilas que no tendría más de veintidós años aunque su aspecto físico dijera todo lo contrario, pues en contraste con su edad, aquel joven de cabellos lilas lucía más como un adolescente de dieciocho años que un hombre de veintidós. Metió su mano en el bolsillo de su chaqueta, sacando su teléfono, miró la hora sin mucho interés y luego dirigió su mirada hacia el asiento del hombre que estaba conduciendo la limosina voladora.

-Um...-Trunks se quedó pensativo por unos momentos pensando en que decirle al conductor hasta que la pregunta surgió de manera fugaz en su mente-d-disculpe ¿cuánto tiempo falta para que lleguemos a la Corporación Capsula?-

-No se preocupe, señor Briefs. Llegaremos en unos minutos-respondió el conductor, miró disimuladamente por la ventana viendo que el edificio central de la Corporación Capsula no estaba muy lejos de su ubicación-de hecho, creo que llegaremos más temprano de lo habitual-

Trunks no dijo nada, solo volvió a acomodarse en su asiento con los brazos cruzados, desvió la mirada hacia la ventanilla, viendo como la limosina comenzaba a descender hasta aterrizar frente a la entrada principal de las oficinas centrales de la Corporación Capsula, una doble fila de hombres en trajes de color gris y negro esperaban al joven de cabellos lilas en la entrada principal, uno de ellos se acercó a la limosina roja voladora y abrió la puerta para dejarlo salir, apenas lo vieron, aquellos hombres (incluido el que le abrió la puerta de la limosina) se inclinaron frente a él de forma respetuosa ¿y por qué? sencillo, porque al ser el nuevo jefe de la Corporación Capsula, todos le guardaban cierta apreciación y respeto y la mayoría de aquellos hombres soñaban con ser como él aunque ese sueño resultara inalcanzable para muchos de ellos. El joven de cabellos lilas entró en aquella imponente edificación y caminó por los pasillos intentando aparentar normalidad pero eso no era posible, ya que se sentía intimidado y avergonzado de que todas las chicas que estaban trabajando en el sector donde caminaba lo estuvieran mirando atónitas, como si un dios estuviera pasando por ese lugar en ese preciso momento, la mayoría de aquellas chicas suspiraban como chicas de secundaria enamoradas del chico más popular de su escuela pero Trunks hacía lo posible por ignorarlas, algunas solo lo saludaban o le daban la bienvenida. El semi-saiyajin siguió caminando con un leve sonrojo invadiendo su rostro hasta que finalmente llegó al elevador, oprimió el botón para abrir y apenas entró en el elevador, oprimió el botón que lo llevaría hasta el piso superior donde se encontraba su oficina, la que alguna vez le perteneció a su madre, quien actualmente se había retirado de su cargo como presidenta de la Corporación Capsula y ahora a sus cincuenta y cuatro años, se dedicaba a ir a la Montaña Paoz a visitar a Chi-chi y a Goten con más frecuencia. Su hermana Bra, pasaba la mayor parte del tiempo yendo de compras con su padre, Vegeta o con su mejor amiga, Pan, quien era la hija de su viejo amigo Gohan. No podía negar que estaba celoso de ella, porque siendo una niña de casi once años, Bra podía ir y venir a cualquier parte como se le diera la gana y sus padres no la regañaban, mientras que él debía cumplir con su trabajo en la Corporación Capsula, asistir a aburridas reuniones y ser obligado a entrenar en la cámara de gravedad por su padre, ya que según él, su nivel de poder había "descendido" esos últimos diez años.

El elevador continuó ascendiendo hasta llegar al último piso del edificio central de la Corporación Capsula, la puerta se abrió y el semi-saiyajin de cabellos lilas salió de éste y caminó hacia su oficina, la cual no estaba muy lejos del elevador. Apenas entró, caminó hacia su escritorio que estaba ubicado en una enorme ventana con vista a toda Satan City y se sentó en su silla, necesitaba descansar un poco, esos hombres iban detrás de él como perritos falderos se tratase y sus halagos ya lo sofocaban, pero ese breve momento de relajación duró muy poco, pues escuchó como la puerta se abría y vio a un hombre entrar en su oficina, empujando la puerta con dificultad.

My OTP Challenge [Truhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora