Cap 1.

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Jack

Me desperté cuando escuché a mi madre entrar a mi habitación, me hice el dormido puesto que no quería levantarme sabiendo lo que me esperaba, mi madre se sentó en mi cama y me acarició la mejilla.

- Jack, no te hagas el dormido, se que estás despierto - dijo mi madre con cariño en su voz, abrí los ojos e hice un puchero.

- Mamá de verdad que no quiero ir al internado - reproché fingiendo sollozar, a lo que mi madre me respondió con una mirada algo enfadada.

- Jack ya hablamos sobre esto ¿cierto? Anda ve a ducharte y baja a desayunar - me dijo dándolo a entender como una orden más que como una petición.

- Esta bien mamá, te quiero - la abracé y ella me correspondió el abrazo, aunque sea algo mandona la quiero mucho - Yo también Jack.

Salió de mi habitación y perezosamente fui hacia el baño para darme una ducha rápida, tardé solo unos 10 minutos, me puse una toalla a la cintura, otra en el pelo y salí del baño a vestirme, me puse unos vaqueros negros ajustados, una camiseta blanca y unas converse negras, me miré al espejo.

A pesar de mi mediana estatura mi piel es blanca y mis labios delgados y carnosos, tienen un toque rosado y son complementados por mis ojos color anaranjado junto con mi cabello color rosa gracias a mi loca amiga Julie.

Bajé con el pelo algo mojado a la cocina donde me esperaban mis padres sonriéndome con un gran desayuno el cuál hizo que la boca se me hiciera agua. Empecé a desayunar mientras veíamos la TV, cuando terminé fui a lavar mi plato y bajé mis maletas al vestíbulo, ya llegaba la hora de irse y mis padres ya se empezaron a poner sentimentales.

- Jack quiero que te portes bien y que me llames todos l..los d..día..as.. - mi madre se quebró al final de la oración ya que empezó a llorar a lo que yo la abracé muy fuerte lo que provocó que llorara aún más. - Jack, buena suerte hijo - me dijo mi padre con los ojos un poco aguados, los abracé a los dos muy fuertemente, metí mis maletas en el auto que me llevaría al internado y entré en él.

Era una limusina con el escudo de mi internado, el internado Gallegher, muy famoso en Inglaterra, su escudo consistía en 2 rosas cruzadas. El trayecto duraría 4 horas así que me puse algo de música, le pedí al chófer que me despertara 20 minutos antes de llegar y me dormí todo el trayecto ya que no había dormido mucho esa noche.

Cuando el chófer me despertó divisé a lo lejos la gran reja del internado, este consistía en 4 edificios en forma se "U", los dormitorios de chicas a la izquierda y los de chicos al lado opuesto, el edificio central a la izquierda parecía el de las clases y el de la derecha el del comedor, despacho del director, secretaría.. etc. Era de un estilo clásico lo cual me gusto.

Entramos por las rejas y todo el mundo comenzó a mirar la limusina con interés, los cristales eran polarizados lo que me daba más tiempo para relajarme porque estaba muy nervioso, el coche se detuvo y el conductor me dijo que ya podía salir. Este es mi momento para triunfar puesto  que me voy a convertir en el Rey de este internado, ya que me han obligado a venir aquí me lo voy a pasar bien, di un profundo suspiro y abrí la puerta de la limusina, me paré antes de cerrar la puerta y me eche el pelo hacia atrás con la mano, escuché a varias chicas suspirando lo cual me animó un poco, cerré la puerta y con paso decidido, seguro y lento entré al edificio frente a la mirada de todos, suelo provocar esa reacción en la gente por mi extraña pero atrayente apariencia.

Mientras iba caminado victorioso por dentro escuché algo que me hizo parar en seco, me volteé y miré hacia arriba, había un chico, muy alto y musculoso, su pelo era negro azabache acompañado de unos ojos azules brillantes casi hipnotizantes, unos labios finos y una tez pálida al igual que yo, era bastante guapo pero...

- ¿Dónde vas tan subidito enano? - Dijo el chico con aire superior, ¿quién se cree que es este tipo?.

- ¿Dónde vas tú gigante idiota? - Le respondí y me miró con sorpresa pero pronto se convirtió en enfado.

- ¿Acaso no sabes quién soy yo? - Ja ja ja ahora va de importante, este tipo me saca de mis casillas.

- No, pero aun así no me interesa, ahora si me disculpas tengo cosas que hacer, adiós - Me dí la vuelta sin decir nada pero él me agarró del brazo fuertemente. Me miró y se relamió lo labios.

- ¿Cuál es tu nombre? - Me preguntó con un mirada coqueta, ¿coqueta?.

- No te lo diré - Le desafié con la mirada a lo que él sonrío más que antes.

- Está bien, me llamo Damian, nos vemos luego enano - Dijo mientras me soltaba el brazo.

- Adió gigante idiota - Y me fui sin mirarlo hasta que sentí una mirada en mi espalda, me giré y me estaba mirando ¿el culo? Caminé más rápido y me dirigí a la secretaría para recoger mi horario, aquí la gente es muy rara.

Estaba pensando en compartirla con mi hermano gemelo Daniel que llegaría mañana aquí, él era muy diferente a mí, es alto, aunque no tanto como el gigante idiota, tenía el pelo rubio como yo lo tenía antes y los ojos del mismo color que yo, todo combinado con un cuerpo musculoso puesto que juega baloncesto, es blanco de piel y sus labios son finos y colorados. Respecto a la personalidad somos polos opuestos, él es muy nervioso y amigable sin embargo yo soy más calmado y con algo más de carácter, yo soy el menor pero aún así soy más maduro que Daniel.

Salí de la secretaría y miré detenidamente mi horario, no está mal, ahora me toca Arte, me encanta dibujar ya que soy muy bueno en ello y lo disfruto mucho, mis amigos suelen pedirme que los retrate cosa que disfruto mucho. Decidí preguntar por la ubicación de la clase de Arte a un chico de mi misma altura así que es bajito, es muy blanquito de piel y es delgado sin ningún músculo a la vista, su pelo es castaño claro y sus ojos grandes y azules, tenía labios gorditos y rosados, era como diría mi amiga Julie, muy kawaii, ella es fan del anime y es una fujoshi loca y pervertida pero la quiero mucho.

- ¿Disculpa me podrías decir donde esta el aula de Arte? - Saqué mi mejor sonrisa para que no se asustara porque parece tímido.

- O si claro está por all..í.. - Tartamudeó al final y se puso rojo como un tomate, que lindo. - De todos modos yo también voy a esa clase así que puedes ir conmigo - Dijo ahora algo más calmado.

- ¡Ooh! Muchas gracias, mi nombre es Jack Matthews, llegué aquí esta mañana - Quise que se calmara un poco puesto que estaba algo nervioso y mi mirada cálida surgió efecto en él y se calmó.

- Mi nombre es Gabriel Pierce, este es mi segundo año aquí así que te llevaré al aula de Arte conmigo - Ya estaba más calmado y se notaba con más confianza.

Fuimos juntos al aula de arte y la profesora me detuvo para que me presentara, maldita sea.

Hola, buenos días, tengo 16 años y me llamo Jack Matthews, espero poder hacerme amigo de todos ustedes - Mostré mi mejor sonrisa y escuché a chicas suspirar y murmurar además de que algunas me guiñaban el ojo, que molestas.

Siguió la clase con normalidad y ahora me tocaba matemáticas, me separé de Gabriel quedando con él para después comer juntos y me dirigí al aula de matemáticas, me perdí un poco y llegué un poco tarde, llamé a la puerta y un profesor que parecía bastante singular me abrió la puerta, era alto, esbelto y musculoso, su pelo rubio platino y sus ojos verdes, parecía un modelo y era bastante joven, me miró y le dije...

- Profesor disculpe mi tardanza, soy nuevo y me perdí un poco - Puse ojitos de cachorro para que no me regañara.

- Está bien pero la próxima vez tendré que castigarte - Soy yo o ¿me miró de forma pervertida? - Preséntate a la clase por favor.

Repetí mi discurso y causó la misma reacción, miré alrededor y el único asiento que quedaba se encontraba...


Te odio y te amo (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora