Cap 28.

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Damian

Esta semana sin Jack ha sido una de las más difíciles de mi vida, si tuviera que decirlo de alguna forma diría que él es mi droga, tengo dependencia de él y lo necesito a mi lado. Por fin llega hoy, estaba deseando besarlo, abrazarlo, tocarle todos los rincones de su cuerpo y hacer con él el amor toda la noche, claro está que no sé qué le habrá hecho mi prima, espero que este bien.

Estaba esperando en la entrada del internado al coche de mi prima, donde venía mi gatito, eran las 7 de la mañana, una hora antes de que empezaran las clases. Por lo visto él insistió en que quería arreglar hoy las cosas, pero no estoy seguro del todo, ¿lo habrá llevado bien? Por fin pude divisar el cochazo de mi prima desde la distancia, un descapotable rojo pasión, no podía ver la cara de Jack porque estaba tapada con un gorro que llevaba en la cabeza junto con el uniforme escolar. Después de pocos minutos al fin el coche paró a mi lado y de allí bajó un Jack algo diferente.

Su cuerpo se veía más ágil y musculado que antes y su rostro se veía un poco menos inocente pero aún así pude comprobar con una sola mirada que era la persona de la que me había y sigo enamorado.

- ¡¡Amor!! - Gritó Jack saltando por encima del coche como si de un gato se tratáse, corrió hacia mí y nos besamos como si lleváramos diez años sin vernos. Era un beso profundo y prolongado, nuestras lenguas se acariciaban con desesperación y nuestras manos recorrían el cuerpo del contrario con lujuria, deseándo poder estar solos para poder llegar más lejos.

- No quisiera interrumpirlos pero chicos, os recuerdo que estáis en la entrada del internado, guardenselo para luego queridos - Mi prima se despidió con un beso al aire y la perdimos de vista en el horizonte, Jack y yo nos miramos y asentimos simultaneamente convencidos de que acabaríamos con la bruja de una vez por todas.

Fuimos a la cafetería dónde todo el mundo miraba a Jack con algo de espectación: llevaba una semana sin aparecer por el internado y ahora se veía más guapo y sexy que antes ¿cómo pudo cambiar tanto en una semana? Llegamos a nuestra mesa con la espectante mirada de nuestros amigos en nosotros.

- Quién te ha visto y quién te ve Jack - Dijo Julie divertida admirando el cuerpo de mi acompañante, ha pasado de ser un fideo a que se le noten un poco los músculos, un gran paso.

- Wow que sexy te ves ahora - Maldito Fran ya jodiendo desde tan temprano por la mañana, me puse enfrente de Jack tapándole la vista.

- Cuidado no se te vayan a caer los ojos - Le saqué la lengua al mismo tiempo que todos se reían divertidos y nos sentamos a desayunar.

- ¿Cuál es el plan amor? - Pregunté al enano por el plan que supongo que habrá planeado.

- ¿Qué plan? No hay plan, sólo déjamelo a mí - ¡¿No hay plan?! ¿Qué hará entonces? Bueno sólo me queda confiar en él supongo.

- Por cierto...¿cómo es que ahora estás tan bueno? - Dije sin poder sonar más delicado o caballeroso.

- Bueno es una larga historia pero resumiendo, estuve haciéndo muchísimos ejercicios diferentes para que mi cuerpo fuera capaz de asimilar la destreza de Jake, así que en cierto modo estoy comenzando a tener un poco del control motriz de Jake - Me dijo muy técnicamente a lo que me sorprendí bastante, no sabía cómo haría mi prima para tratarlo, pero creo que ha hecho un buen trabajo por lo que veo, ya tengo ganas de vorarlo mmm.


A la hora del receso fuimos los dos al enorme árbol del patio trasero cercano al bosque al que vamos de vez en cuando para poder tener un poco más de privacidad y poder darnos amor tranquilos, hasta que la maldita bruja tuvo que aparecer para fastidiar nuestra animada conversación.

- Jake ¿cómo estás? - Jajaja esta señora no sabe que Jack está cura.... ¡¿QUÉ?!

- Bien madre - Jack perdió el brillo de sus ojos y pasó a ser Jake, ¿pero no estaba curado? ¡No me digas que está recayendo!

- Ya que estás tan bien necesito un favor de parte de tu querida madre - Él asintió roboticamente - Quiero que mates a Damian, es un chico que te quiere separar de mí, y eso no lo podemos permitir pequeño Jake - Mi cara pasó a ser blanca como el papel y un sudor frío comenzó a resbalar por mi frente, Lisa le dió un cuchillo y ambos se acercaron a mí acorralándome contra el árbol.

- ¡Jack despierta! - Intenté besarlo para que volviera pero no me dejaba, me inmovilizó en el suelo con mis manos sobre la cabeza y sostuvo el cuchillo en el aire en dirección a mi pecho.

- ¿Unas últimas palabras Damian? - Veía cómo dos grandes lágrimas transparentes fluían por las mejillas de Jack, él en realidad no quería hacerlo pero iba a ser obligado por esa bruja asquerosa.

- Adios - Dijo Jack mientras empujaba con fuerza el puñal sobre mí, cerré los ojos para que todo acabara rápido y escuché un chillido. Abrí rápidamente los ojos y mi boca se abrió cómo el sol.

Jack había apuñalado a su madre, la cuál se encontraba detrás suya con el puñal en el pecho, este seguía llorando en silencio dolido por lo que acababa de hacerle a su maldita madre.
- Hijo... estoy orgullosa de ti - Dijo en un suspiro mirando con desprecio a su hijo.

- Yo no estoy muy orgulloso de ti, pero aún así te lo agradezco, porque gracias a ti he conocido al amor de mi vida, que me quiere aunque tú me hiciste así, que descanses mamá - Jack lo decía intentando sonar los más calmado posible aunque siguiera llorando pudo terminar la frase antes de echarse a mi brazos, viendo el cuerpo de su madre sin vida en el suelo con lágrimas por ahora sus inertes mejillas pálidas.

- Que seas feliz hijito mío - Cayó al suelo con los ojos cerrados y comenzó a bañar el suelo con su sangre.

- Yo...la he mat - No quise dejarlo continuar porque sólo le haría más daño, lo abracé con más fuerza.


- No Jack, lo que has hecho ha sido protegerme, proteger nuestro amor para que podamos ser felices, has enfrentado al toro por los cuernos y has podido acabar con el ser de tus pesadillas. Sabes...estoy muy orgulloso de ti - Él me miró y lo sentí derretirse con mi radiante sonrisa, le besé tiernamente y lo volví a acoger en mis brazos. Él se sentía muy frío al tacto, llamé a Julie para que se encargara del cadáver como pudiera, no me esperaba que fuera a matarla, eso sí que no se lo podemos contar a mi padre, será un secreto de estos que se guardan hasta la tumba.

Llevé a Jack a la habitación porque estaba perdiendo más calor de la cuenta, lo acosté en mi cama, cogí unas mantas que tenía guardadas en uno de mis armarios y nos cubrí a los dos con ellas, ya había dejado de temblar y se encontraba un poco mejor a la vista, pero nada pudo impedir que cayera dormido en unas trágicas pesadillas que lo azotaban. Por mi parte yo lo abrazaba y acariciaba para que se sintiera más protegido, cosa que lo calmó siempre que parecía tener una pesadilla.

Te odio y te amo (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora