Jack
Me desperté con un dolor de cabeza atroz y la mejilla morada e hinchada, casi no podía hablar, había estado toda la noche soñando en bucle y eso me produjo ese dolor que me hacia querer desmayar, incluso podía tener fiebre pero no puedo faltar a clases, solamente es el segundo día. Aun no podía ponerme el uniforme porque se estaba lavando así que me puse ropa parecida que tenía, mientras Gabriel se aseaba en el baño y luego cambiamos tornas, me peiné, cepillé mis dientes y me fui con Gabriel al comedor para servirnos el desayuno, intentando no caerme al suelo del dolor tan intenso que tenía en la cabeza, bajamos por el ascensor y caminamos hacia el comedor, por muy raro que suene no me gusta tomar medicamentos para nada por eso no me tomé ninguna pastilla ni nada pero quizás debería haberlo echo porque no lo soporto.
Nada más entrar al comedor para desayunar me topé con Damian que parecía que me estaba esperando, al ver mi cardenal su mirada tornó triste y arrepentida por lo que pude observar.
- Jack ¿Te duele mucho? De verdad lo siento - Era sincero en cuanto a lo que decía pero no estaba de humor para aceptar sus disculpas ahora mismo.
- Pues sí, la verdad me duele mucho gracias por preguntar - Me disponía a ir a sentarme pero me agarró del brazo.
-Jack ¿Puedo hablar contigo un momento? - ¿Que querrá ahora? No tengo la cabeza para hablar con él pero me da curiosidad lo que me pueda decir....
- Está bien, pero vamos a un lugar más tranquilo - Salimos del comedor y nos dirigimos a un pasillo desierto del internado no muy lejos tampoco pues teníamos clase dentro de unos 20 minutos.
- ¿Qué es lo que quieres decirme? - La verdad estaba enfadado y me sentía muy caliente ¿Será esto ira? ¿U otra cosa?.
- Jack de verás que no quería pegarte, fue sin querer, la verdad yo no te odio, de hecho creo que me he enamorado de ti.
Sin más preámbulos mi cuerpo se sentía pesado y caí, caí pensando que me iba a golpear bien fuerte la cabeza, esperando un duro golpe y lo último que sentí fueron unos musculosos brazos rodeándome, como si fuera una flor delicada y vulnerable.
Damian
Es cierto que desde que llegó me he sentido atraído por él, no sé si es por su apariencia, por su actitud o las dos cosas a la vez pero creo que puede ser amor, mi primer amor. Decidí confesarle mis sentimientos aun sabiendo el riesgo que corría de ser rechazado ya que estaba enfadado conmigo y nos conocíamos desde ayer pero fue amor a primera vista. Aun sabiendo eso quería hacerlo y lo hice.
- Jack de veras que no quería pegarte, fue sin querer, la verdad yo no te odio, de hecho creo que me he enamorado de ti. - Por fin lo solté.
Él se sonrojo muchísimo incluso demasiado para ser normal y sin darme tiempo a reaccionar se dispuso a caer al suelo.
- ¡Jack! - Antes de que se golpeara con el suelo conseguí agarrarlo firmemente, mis brazos temblaban al igual que mis rodillas ¿Jack que te ocurre?.
En cuanto lo agarré se notaba muy caliente y estaba inconsciente, lo más probable es que tenga una fiebre muy alta, lo subí a mi espalda y lo llevé a la enfermería lo más rápido que pudieron mis piernas. Allí la enfermera lo acostó en una cama le dio un líquido que parecía ser un medicamento y le puso un paño húmedo en la frente para bajar su fiebre.
Estábamos en una habitación a solas pues la enfermería es muy lujosa al ser un internado caro y esta tenía habitaciones acomodadas para los "enfermos". Poco después él empezó a recuperar la consciencia pero no lograba estar del todo despierto.
- ¿Estás bien, Jack? - Estaba muy preocupado por él.
- Tengo... c..calo..or - Ciertamente él estaba sudando lo cuál le daban mucho calor.
- Jack ¿te importa si te lavo para quitarte el sudor? - Sería un poco aprovecharme de él pero está enfermo y lo necesita.
- N..no.. solo te..engo.. c..calor - Pobrecito, hablaba entrecortado mientras jadeaba por su estado actual.
Empecé a desnudarlo para poder lavarlo correctamente, su torso no tenía músculos y era delgado, era muy blanco y sus pezones eran rosados, le dejé el bóxer puesto que no quería aprovecharme mucho tampoco. Cogí un paño me subí a la cama sentándolo en mis muslos y empecé a pasar el paño mojado por su sudada piel, su piel se crispaba al toque del paño húmedo cosa que era increíblemente provocativo, ¿se crisparía así su piel si en vez del paño fueran mis dedos? ¡Pero qué cosas pienso, está enfermo! Pero fuera de bromas tengo muchas ganas y me estoy conteniendo.
Cuando pasé el paño por su pecho ligeramente mi dedo rozó uno de sus rosados pezones y Jack soltó un pequeño gemido. Mi auto-control está empezando a desaparecer después de eso así que rápidamente terminé para no poder hacer nada más, lo único que no pude soportar fue el hecho de darle un pequeño chupetón en su pezón a lo que me respondió con un pequeño gemido, la enfermería se estaba llenando y le pedí permiso a la enfermera para llevarlo a mi habitación y cuidarlo allí.
Lo llevé allí puse su ropa a lavar y lo tendí en mi enorme cama, puesto que soy el hijo del presidente y director del internado tengo un cuarto con tele, un sofá, una nevera, un jacuzzi y una cama de matrimonio con colores negros y rojos no muy oscuros además de un cuarto de baño obviamente. Le puse un pijama mío que consistía en un pantalón largo negro y una camiseta blanca con el logo de mi grupo de música favorito "King", le tapé y me acosté a su lado, mi cuerpo estaba frío como siempre así que lo ayudaría a bajar su fiebre, lo abracé y me quedé dormido.
Jack
Me encontraba acostado en una cama muy cómoda, abrazado a algo fresquito que me aliviaba mi dolor de cabeza, abrí los ojos y me encontré con un techo que no supe reconocer ¿Dónde estoy? Miré hacia arriba y me encontré con la dulce mirada de Damian, esos ojos verdi-azules que me hipnotizan. Al verlo quise apartarme pero me retuvo con más fuerza para que no me moviera.
- Antes de que hagas nada, ¿cómo te sientes? - Él estaba muy preocupado y se notaba en su cara y su voz.
- Me sigue doliendo mucho la cabeza, pero me encuentro mejor después de dormir - Decidí responderle apropiadamente ya que al parecer me había estado cuidando.
- Te explicaré lo que paso para que no tengas que pensar mucho - Empezó a contármelo todo desde la charla (omitiendo la confesión y el chupetón porque Jack no lo recuerda) hasta que se quedó dormido.
- Gracias por cuidarme, aunque sigues siendo idiota, pero gracias - Él sonrió, la sonrisa que él tiene me hace sonrojar sin saber el por qué.
- ¿Te importa que nos quedemos así? Tu cuerpo frío me alivia el dolor - Dije con ojitos de cachorro, de verdad me gustaba mucho estar así con él ¿Por qué? No lo sé, pero podría estar así para siempre, es un sentimiento que no había sentido nunca puesto que no sabía de que se trataba pero era y se sentía increíble
- Claro que no, me gusta estar así contigo Jack - Uugh otra vez esa sonrisa que me despoja de todos mis muros, de todas mis fuerzas, su sonrisa me mata y a la vez me da vida.
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Te odio y te amo (+18 - Gay)
Romansa¿Qué haces cuando tan solo eres un chico de 16 años y te obligan a ir a un internado en inglaterra? Eso es lo que se preguntó Jack Matthwes al escuchar la noticia, "quiero apoderarme de él" pensó tras hacerse la pregunta ¿Qué pasará con esta idea?