Capítulo 1

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Importante: Antes de leer este capítulo tienes que haber leído la sinopsis, ya que ahí te cuento como se conocieron los personajes...

—El señor Liam ha llegado, ha regresado a Miami, ya está aquí. —Gritaba despavorida una de las asistentes de la Presidencia de Evolution Construction, todos en el lugar comenzaron a correr de un lado a otro ubicándose en sus respectivos puestos, había llegado el temible pero increíblemente apuesto presidente de la empresa.

El ascensor privado del último piso se abrió revelando al atractivo joven de 27 años cuyo carácter y presencia ponía a temblar a cualquiera que se le acercaba.

Liam era un hombre orgulloso, caprichoso, tenían que hacer lo que él quería y cuando él lo disponía, pero también era leal, honesto, inteligente y responsable... tomaba las mejores decisiones en cuanto al crecimiento de la empresa se trataba y eso nadie se lo podía reprochar.

Desde los 22 años cuando falleció su abuelo materno él se hizo cargo de una de las empresas Gómez, las otras 4 eran administradas por su padre.

Todos los ojos femeninos estaban sobre él, caminaba con elegancia, soltura y seguridad, sabía de sus atributos, de su atractivo físico, se daba cuenta de las impresiones y suspiros que causaba en las mujeres y eso a veces le provocaba ganas de reír, pero no lo hacía, nadie nunca lo veía sonreír, siempre marcaba la autoridad que era y nunca permitía que nadie pasara sobre él y eso hacía que todos lo respetaran sin excepción alguna.

Esa mañana estaba especialmente molesto, recién había llegado de su viaje el cual duró 6 meses y se había enterado por un familiar lejano que su padre se había casado, eso lo tenia de muy mal humor, pues ni su hermana que era su consentida le habían informado del acontecimiento.

Sus asistentes al ver su semblante de enfado corrieron a su encuentro con documentos en mano, informando las últimas novedades y detalles de todo lo que había ocurrido en su ausencia, apresurada una de ellas se dirigió a abrirle la puerta de la oficina y sin poder evitarlo tropezó con la alfombra cayendo al suelo casi a sus pies.

— ¡Magdalena! — Espeto molesto. —Tenga más cuidado con lo que hace y fíjese por dónde camina. —Agregó con severidad.

Avergonzada la joven se levantó del suelo sin la ayuda de nadie, su rostro estaba cubierto por un tono carmesí intenso, únicamente asintió y no articulo palabra alguna.

Una vez dentro de la oficina colocó su maletín sobre la mesa, se quitó sus gafas revelando sus impactantes ojos ámbar, se giró que ver a sus asistentes y lo único que dijo fue: —Cuando las necesite, las llamaré, ahora muévanse y déjenme solo... —El tono despectivo y cortante con el que les hablo no les dejó duda alguna que ese día sería un caos.

Tal como lo habían pronosticado ese día estuvo insoportable, desquitando su enojo con quien no debía, sus asistentes siempre recibían regaños a lo largo del día, para él no hacían nada bien pero en realidad era su molestia lo que lo tenía cegado. Para suerte de las muchachas Liam decidió marcharse temprano ese día e irse a casa a conocer seguramente a la interesada mujer que se había casado con su padre, se imaginó que fuese una mujer de unos 30 años pero se iría de espaldas cuando viera que era tan solo un hombre, un chico hermoso y joven, el cual sería su padrastro.

Al llegar a la impactante y multimillonaria mansión Gómez los inmensos portales metalizados se abrieron revelando aquel maravilloso e inmenso lugar... El coche de Liam se aparco frente a la deslumbrante casa, el chofer bajó y le abrió la puerta sin decir palabra alguna, conocía a su amo y su temperamento, sabía que era un hombre de pocas palabras, así que entre menos se dirigiera a él, mejor.

—Gracias Josué. —Dijo Liam y comenzó a adentrarse al interior de la mansión... el día aún era soleado así que llevaba sus gafas puestas.

Damián casualmente se dirigía a la salida en ese momento, Jackson su esposo, le había ordenado que saldrían a una merienda con unas amistades, el no apetecía ir pero se veía obligado a acompañarlo ya que la gente podía comenzar a hacer especulaciones sobre su matrimonio forzado y lo que menos quería era que a oídos de su pobre padre a un enfermo y delicado llegara ese tipo de comentarios ya que podrían causarle la muerte si se disgustaba.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora