Capítulo 20

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Bienvenidos a la SEGUNDA PARTE de mi novela,  en donde los protagonistas caerán en tentación demostrando todo el amor que sienten el uno por el otro. 

Preparense porqué es el comienzo de la lujuria... 

Liam lo sostuvo aún más fuerte de la cintura y la espalda, presionándolo con fuerza contra su cuerpo, como si no tuviera suficiente de él, Damián se aferraba a Liam con todo su ser, buscando más y más su cercanía, su calor, como si pudieran acercarse más, como si esos besos no fueran suficiente, ninguno de los dos se habían dando cuenta de lo muchísimo que habían anhelado eso hasta ese momento, la desesperación de sentir sus labios unidos, explorándose, con fervor, deseo y pasión.

Liam en un recorrido lento por su espalda fue subiendo sus manos hasta meterlas dentro del cabello del chico, con delicadeza lo acariciaba, rozaba su cuello y se apoderaba cada vez más de sus labios.

Damián también llevó sus manos al cabello de Liam y con suavidad lo llenaba de caricias, Liam formó una estela de besos desde su boca hasta su fina barbilla, levemente mordió y jaló su labio inferior provocando que al chico se le erizara la piel por completo, las respiraciones de ambos estaban aceleradas y sus bocas no querían separarse ni un solo milímetro, hasta que sintieron que el aire dejó de entrar a sus pulmones lograron separarse unos pocos centímetros, aún muy cerca se miraron con anhelo, sus labios estaban entreabiertos por la falta de aire, sus miradas estaban muy iluminadas.

-Dios ¿que me estás haciendo Damián? -Dijo Liam con voz baja y jadeante, con su pulgar le rozó los labios lentamente y volvió a apoderarse de su boca.

Damián alterado por las palabras que acaba de escuchar, le mordió suave los labios, provocando una corriente de energía por todo su cuerpo.

En ese instante Liam fue consciente de que deseaba y necesitaba hacerle el amor, más que nunca en su vida, deseaba hacerle el amor a ese chico, deseaba que fuera suyo, estar dentro de él, que fuera su amado y no el de su padre, lo deseaba tanto que hasta le dolía, era un hecho que ya no podía pretender no sentir nada por el, ese extraordinario chico lo estaba volviendo loco de amor, como podía hacerle caso a la razón si tenerlo cerca era su más grande dolor, no podía anestesiar a su corazón, no podía dejar de sentir todo que se sentía por Damián, estaba perdido.

El sonido de un celular los trajo de vuelta a la realidad, era el móvil de Liam, se separaron un poco y se miraron intensamente, ambos tenían los labios rojos e hinchados, el pecho les subía y bajaba notablemente, Liam miró la pantalla de su celular, era Sabrina, Damián alcanzó a ver su nombre y no pudo evitar sentir culpa. Liam no sabía si contestar o no.

-Contesta... -Escuchó a Damián decir en susurros mientras se incorporaba y se bajaba de la isla poniendo distancia entre ellos.

Él no quería hacerlo, no quería dejar las cosas así, en ese momento le importaba poco el mundo, los demás, DIOS, esos besos que se acababan de dar eran únicos, vio a Damián darle la espalda y la insistencia de su móvil seguía, se decidió a responder alejándose un poco.

-Sabrina... -Dijo al descolgar.

-Amor. ¿Cómo estás? -Contestó ella.

-Bien y ¿tú? -Dijo él mientras se pasaba una mano por el cabello y observaba a Damián que estaba de espaldas.

-Bien amor, acá en el hotel, recién acaba de llegar de una reunión, pero... ¿tú estás bien? ¿Te escucho cansado?

-Si estaba haciendo un poco de ejercicio.  -Mintió él, sintiéndose completamente mal, era la primera vez que hacía algo así, la primera vez que le era infiel a una novia... en ese instante Damián volteó y sus miradas llenas de culpas se encontraron.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora