Capítulo 38

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Damián se acercó donde estaba Scarleth llorando, de la familia Goméz a ella era a quien más le estaba afectando el acontecimiento, la abrazó, pensó que iba a rechazarlo, reclamarle, insultarlo, pero no fue así, al contrario, al rodearlo Damián con sus brazos su llanto se acrecentó más.

-Yo lo lamento tanto. -Susurró Damián con angustia. -Lamento que estés pasando esto por mi causa, yo te juro que nunca quise hacerles daño.

Liam estaba cerca, escuchaba todo lo que Damián le estaba diciendo a su hermana.

-No es tu culpa. -Contestó Scarleth con dificultad.

-Me siento culpable, es tu padre, se lo mucho que lo quieres y me siento mal por perjudicarlos de esta manera, por hacerlos pasar por esta penosa situación, pero lo que yo viví... -L voz se le quebró y no pudo continuar. -Lo que yo viví, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. -Aregó momentos después un poco más repuesto.

A Liam se le estrujó el corazón al escuchar eso, tenía un nudo en el pecho que casi no le permitía respirar.

-Siento haberte hecho la vida imposible cuando llegaste a casa Damián, si yo....si yo hubiese sabido todo esto, jamás te hubiese tratado tan mal.

-Eso ya lo olvidé preciosa, yo solo quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea, aunque ya no esté casado con tu padre, ni vivamos en la misma casa, siempre estaré ahí cuando me necesites, búscame que siempre estaré disponible para ti, también quiero jurarte por lo más sagrado que nosotros no pedimos ni un solo centavo de...

-Lo sé Damián, lo sé. -Interrumpió Scarleth. -Pero después de lo que mi padre les hizo a ti y tu familia, es lo mínimo que podemos hacer por ustedes, ese dinero no será nada en comparación a lo que tú sufriste, al calvario por el que pasaste. -Ahora, yo solo quiero irme a casa... -Agregó decaída.

Damián comprendió que era mejor no seguir hablando del asunto, Scarleth estaba muy afectada, lo mejor sería no molestarla más. La abrazó fuerte, lloró con ella, esa era otra despedida porque no sabría cuando volvería a verla, si es que la volvía a ver, a estas alturas del partido lo más seguro era que luego del juicio nadie de la familia Goméz lo querría cerca.

Liam se acercó y tomó del brazo a Scarleth, está se abrazó ahora a él escondiendo su rostro en el sólido y cálido pecho de su hermano, los ojos de él se encontraron con los de Damián sabiendo que posiblemente después de ese día no se verían más, estaba consciente que a pesar de ser ahora un hombre libre, seguía estando prohibido para él, no lo debía siquiera mirar, la sociedad se lo comería vivo si descubrieran que se había enamorado de la ex de su padre, pero era inevitable no sentirse tan atraído y enamorado del chico, ese hermso y peligroso chico le perturbaba los sentidos con su sola presencia, no lo había ni tocado y su cuerpo cobraba vida con todas las emociones que tenerlo cerca le provocaba.

Damián sintiéndose igual apartó sus ojos de él, no quería demostrar de más, se derretía ante esa mirada, ante esos ojos que tanto le encantaban, ante él, a cómo sea debía sacárselo del corazón, no podía seguir pensando en él como hombre, debía hacerse la idea que definitivamente Liam no era para él, es más, seguramente pronto recibiría la noticia de su boda con Sabrina y cuando eso pasara iba a sufrir.

-Yo debo irme. -Dijo alzando nuevamente la mirada hacia el rostro de Liam que impasible lo veía aún.

Liam tragó saliva sin saber que decirle, habían muchas cosas que le gustaría hablar con él, muchos sentimientos que confesar, cosas que demostrar, pero seguía atado de pies y manos, ese chico NO LE PERTENECÍA, DAMIÁN ES Y SEGUIRÍA SIEMPRE SIENDO PROHIBIDO.

Damián pasó a su lado sin decirle nada más, se reunió con sus padres, Alex y el abogado que esperaban por el, Richard y Esteban se acercaron a despedirse, cada uno le dieron un abrazo y le desearon lo mejor, esperando que en algún momento volvieran a encontrarse y compartieran un tiempo agradable. Sin más, por fin, se encaminó a la salida para momentos después desaparecer por la misma puerta en la que había entrado, dejando su inolvidable esencia en el corazón del magnate que lo amaba en silencio.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora