Capítulo 2

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—Como te atreves a faltarme el respeto de esa manera si ni siquiera me conoces... —Espetó Damián con un tono de voz alto e irrumpiendo repentinamente en el lugar.

Liam lo fulmino con la mirada.

—Encima de interesado, maleducado. ¿Que acaso no te enseñaron que las conversaciones privadas son eso ¨Pri-va-das¨? —Dijo Liam volteando hacia él y pronunciando en sílabas la última palabra.

—Y a ti no te enseñaron que hablar a las espaldas de los demás es de mala educación y peor cuando ni siquiera conoces a la persona.

—No estoy expresándome mal de nadie, estoy discutiendo la verdad que es distinto, si gustas te lo puedo decir de frente, le decía a Jackson ¨tu esposo¨ que eres un interesado que únicamente te casaste con él por su dinero. ¿Satisfecho?

—No te permito que te refieras a mí de esa forma, como te atreves, ni siquiera sabes absolutamente nada de mí... —Dijo Damián con sus ojos inundados de lágrimas.

—Y te aseguro que no quiero saberlo. Me basta y me sobra con la primera impresión que tuve desde el momento en el que te vi. —Dijo Liam con rostro de desprecio.

—Te garantizo que no es peor que la primera impresión que yo tuve de tu persona cuando te vi. Falta únicamente verte a la cara para darse cuenta de la clase de persona tan despreciable y ofensiva que eres... porque las personas como tu eso son, personas que hablan mal de los demás sin siquiera conocerlos son lo más repugnante que puede existir. 

— ¿Estás llamándome repugnante? —Respondió Liam enojado. — ¿Cómo puedes decir que soy repugnante si no hace ni una hora que me conoces? Eres un desubicado.

—Y tú ¿cómo puedes decir que soy un interesado si tampoco me conoces? El desubicado aquí es otro. —Dijo Damián mientras lo fulminaba con la mirada.

—Suficiente. Ya basta. —Intervino Jackson. —Es el colmo que ustedes no llevan ni media hora de haberse conocido y están discutiendo como perros y gatos.

—Decir la verdad no es discutir. —Dijo Liam.

—Basta Liam. Basta ya. Vas a aceptar a Damián como mi esposo y punto... Te guste o no el vive ahora en esta casa y como mi esposo tienes que respetarlo.

Liam observó furioso a Damián y a su padre, su mirada ardía en llamas de la ira que estaba sintiendo, sin agregar nada mas salió del estudio dándole un portazo a la puerta.

Damián estaba en shock... luego de varios minutos de asimilar lo que había pasado se dirigió a Jackson.

—Vaya que tu hijo tiene de donde heredar su temperamento, el padre es un aprovechado que saca provecho de las penas de los demás para conseguir lo que desea a todo costo y el hijo es un ser despreciable que piensa que todo gira alrededor de su vida... bonita familia en la que me metí. —La mirada de Damián transmitía furia y desprecio.

— ¿De qué te quejas? Voy a ayudar a tu padre para que salga de la ruina en la que lo dejaron, estás casado conmigo uno de los empresarios más exitosos del mundo, llevas el apellido Gómez en tu nombre, no entiendo porque me reclamas tanto... más bien deberías de darme las gracias. —Responde Jackson con su tono humillante y despectivo.

—A mi no me importa ni tu apellido ni tu dinero, pudiste haber ayudado a mi padre sin necesidad de hacerme esto a mí, tu y mi madre me llevaron a esto... todo por un capricho tuyo y la ambición de ella. —Dijo Damián mientras sollozaba e intentaba controlar sus lágrimas.

—Tu madre solamente quería salvar a su esposo y asegurarte un buen futuro.

—Eso no es verdad, a mi madre lo único que le importa es no quedar en la calle, no le importo si para lograr eso tuviera que vender a su hijo y regalarlo a un hombre que podría ser su padre. —Dijo indignado.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora