Pasión Prohibida

GRAN FINAL

Dos meses despues...

Esa soleada tarde de primavera de Sábado, Damián Maslow se observaba emocionado una y otra vez en el enorme espejo de la habitación de Hotel en el que se encontraba, apenas y podía creer que el día más feliz de su vida había llegado; asombrado veía su reflejo con el espectacular traje de corte perfecto en color blanco, se veía hermoso, como un caballero, parecía un sueño, un sueño que de pronto se había hecho realidad.

Sonriente y perdido en sus pensamientos recordó aquella maravillosa noche, en la que Liam le propuso matrimonio de una manera poco común, acababan de hacer el amor y lo había tomado por sorpresa con semejante petición, si bien creyó que él estaba bromeando o que no era nada serio, al menos no en ese momento, terminó de convencerse cuando una semana después lo llevó a cenar a un distinguido restaurante en las afueras de la ciudad y de la manera más romántica le había pedido que se casara con él. Tenía todo preparado, un espacio para ellos dos solos, arreglado de manera sofisticada y hermosa, rosas blancas, rojas y azules decoraban el lugar, con una tonta excusa lo había sacado al jardín trasero del local, lo guió por un camino de velas y pequeñas luces, justo al llegar al final del sendero un hermoso corazón con pétalos de rosas blancas lo esperaba y en el suelo escrito con pétalos rojos un gran "¿QUIERES CASARTE CONMIGO?", jamás olvidará la imagen de él frente a su amado, arrodillado, viéndolo fijamente con esos ojos ambar tan lindos y transparentes, con esa sonrisa deslumbrante y un anillo de oro y diamantes en sus manos, haciéndole la propuesta más importante de su existencia, fue la escena más hermosa y sublime que haya visto en toda su vida. Nunca pensó que él fuera un hombre tan romántico y seductor, pasional sabía que era, impactante también, pero de eso a ser tierno, detallista, amoroso, no lo esperó, sin duda ese hombre era una caja de sorpresas.

-Damián, cariño ya es hora. -Dijo la Sra Maslow apurada entrando en la estancia y sacándolo de sus pensamientos. Debemos partir ya para la Iglesia, estamos retrasados... -Agregó. -Tu padre nos espera en el auto.

-Si, por supuesto. -Contestó Damián nervioso,el momento había llegado...¡DIOS MÍO SERÍA EL ESPOSO DE LIAM!

-Estás maravilloso hijo... -Dijo la Sra Maslow viéndolo de arriba abajo, tenía los ojos empañados de lágrimas... -Me alegra ver qué esta vez estás casándote contento y enamorado... No sabes cómo me arrepiento de haberte impulsado o más bien obligado en el pasado a casarte con un hombre que solo te hizo desdichado e infeliz, nunca me lo perdonaré, pero me consuela que ahora si estoy segura de que serás inmensamente feliz.

-Eso es cosa del pasado Madre, ya lo olvide y ya te perdoné por eso, así que tú también deberías olvidarlo. Lo que importa es el presente.

-Tienes razón hijo... Y te amo por eso, Gracias por haberme perdonado. -Le dijo su Madre, ambos se abrazaron y sin decir nada más se dirigieron al auto que ya esperaba por ambos.

En la Iglesia un Liam desesperado e impaciente esperaba por su amado, nervioso y agitado caminaba de un lugar a otro, estaba guapísimo, enfundado en un traje de gala azul marino oscuro, imponente y elegante como solo él podía ser, Richard y Esteban estaban a su lado tratando de tranquilizarlo, se movía continuamente, no podía quedarse quieto ni un instante. Con insistencia miraba a la entrada de la Iglesia cada segundo, sentía que Damián cada vez tardaba más, comenzaba a pensar que algo le había pasado, pero eran simplemente los nervios que lo estaban traicionando.

La Iglesia estaba llena de invitados y espectadores, las revistas y diarios más importantes del país también presentes y en primera fila, no querían perderse ningún detalle, ningún gesto, nada, si bien Damián y Liam no pudieron evitar pasar por una serie de escándalos y críticas en el momento en que el compromiso fue anunciado públicamente, poco les importó y decidieron ignóralos, total en algún momento se cansarían de criticarlos, los olvidarían y para ese entonces ellos ya estarían más que felices y casados.