Capítulo 11

273 43 13
                                    

Lisbeth apareció unos segundos después, buscando a Matthew, Damián y Liam
 se habían quedado al pie de la escalera, mirándose sin poder evitarlo, poco hablaban, abarcaban al pequeñín para evitar demostrar su nerviosismo.

-Lis, Justo iba a buscarte. -Le dijo Damián siempre con su sonrisa. -Creo que está preciosura ya tiene hambre.

Liam estaba perdidamente hechizado observándolo sonreír.

-Por eso iba a buscarlo Srito Damián, a esta hora tiene su merienda y también debo de darle su último baño del día... 

-Entiendo. -Le dijo Damián mientras se lo pasaba a sus brazos y le besaba sus mejillas rosadas. Como le encantaba besarlo.

Liam le dio un beso también a su hermanito... Lisbeth subió a la habitación del pequeño, dejando a Damián y Liam solos.

Se miraron varios segundos, como si no supieran de qué hablar o que decirse

Liam fue el primero en romper el silencio.

-Cómo sigues de... bueno tú sabes. -Preguntó él pasándose una mano por la nuca.

Damián sabía bien a lo que se refería... Y se ruborizó.

-Estoy bien, muy bien, gracias. Esta madrugada me sentía realmente mal, pero la píldora me ha servido y no ha regresado el dolor... -Explicó Damián con algo de timidez. 

-Que bueno. -Respondió Liam. No podía dejar de verlo, sus ojos claros lo tenían completamente cautivado.

-De nuevo agradezco mucho tu ayuda, seguramente todavía estaría mal de no ser por...

-No te preocupes. -Respondió rápidamente él, comenzaba a sentirse ansioso con las emociones que experimentaba, era definitivo que estar a solas con Damián iniciaba a hacerle mal... frunció el ceño por sus pensamientos, se mordió el labio inferior como si quisiera reprimir algo que él desconocía, volteó hacía otro lado, no soportaba seguirlo viendo .

-Yo voy a mi habitación. -Dijo Liam. -Nos vemos luego. -Agrego sin más y se alejó...

Damián se quedó un poco perturbado por su repentina reacción, un momento le hablaba tranquilo y en otro momento se iba como si no soportara su presencia, no lo entendía, Liam era extraño, seguramente aún no se acostumbraba a hablar con él, eso debía ser...

Liam llegó a su habitación confundido, cada vez que lo tenía cerca o que estaban a solas se ponía así, mal... No lo podía controlar.

Comenzó a desvestirse para darse otra ducha y tal vez así despejar su mente.

Esta vez necesitaba un baño relajante, un largo rato sumergido en el agua, así que se metió al baño preparó la tina con agua caliente y aromatizantes, se terminó de desvestir y se sirvió un poco de una botella de tequila que mantenía en su habitación, quizás un trago lo relajaría...

Completamente desnudo y con el vaso de tequila se metió a la tina y se relajó... Se recostó completamente mientras el sabor de la bebida le quemaba la garganta y el agua caliente le relajaba los músculos, de repente unos ojos muy claros de pestañas curvas y largas se colaron en sus pensamientos, unos labios rojos, carnosos y tentadores se le metieron muy adentro de la cabeza, era Damián, ni en sus pensamientos lo dejaba en paz.

Maldita sea...

Se tomó otro trago mientras miraba fijamente al techo, estaba volviéndose loco.

Porque demonios tengo que pensar en él, se reprochaba. -Ni siquiera me gusta... -Se dijo.

Damián rondaba por la casa sin saber qué hacer, no quería estar en su habitación, ya era algo tarde para nadar en la alberca, a Scarleth no la había visto en todo el día, quizás ver una película lo distraería, se dirigió entonces a la sala de cine, cuando iba de camino tuvo como un flashback de unos ojos ámbar muy intenso y hermosos, un frío lo recorrió entero, eran los ojos de Liam, esos ojos que llevaban noches enteras en sus pensamientos.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora