Pasión Prohibida

Capítulo 42

Entrada la tarde Damián envió la dirección de su casa a Liam para que llevaran las cosas necesarias para Matthew, fue la excusa suficiente para que ambos se quedaran texteando y enviándose mensajes de voz por WhatsApp hasta ya muy noche, el pequeño dormiría con su "padre" en su habitación, encantado daba pequeños ronquidos y daba vueltas en su cama, estaba más feliz que nunca, solamente quería estar con el y nada más, Damián envío videos y fotos a Liam de su hermanito y él deseaba como nunca antes compartir ese momento con ellos, plantearse la idea de Damián como su esposo, teniendo una vida juntos al lado de Matthew.

Era perfecto, grandioso, lo mejor que podía pasarle, pero, también sabía que era algo inalcanzable.

Casi a las 11 de la noche terminaron de escribirse, en la soledad de su habitación, Liam se sentó sobre la cama perturbado, ¿qué demonios estaba haciendo al pensar en tener algo con Damián? ¿por qué insistía en saber de él y buscarlo si de todos modos a ningún lado iba a llegar? No podía seguir en esa situación, dañándose y lastimándose a él mismo así, no podía ser solamente su amigo porque lo amaba, entonces si seguía frecuentándolo sería perjudicial para él, para su corazón, había hecho mal en verlo de nuevo, porque cada vez que estaba con su amado casi se olvidaba de todo el mundo en contra que tenían encima, estaban tan estricta y socialmente prohibidos el uno al otro a pesar de ser ambos libres.

Habían quedado de verse el día siguiente para que Damián devolviera a Matthew, pero Liam estaba tan mal, tan débil, que no era capaz de verlo, no podría seguirse resistiendo por más tiempo si seguía encontrándose con el, lo mejor era alejarse, inventaría cualquier excusa para no ir, mandaría a Lisbeth por su hermanito, ya estaba decidido.

Al día siguiente, Damián decidió tomarse el día de la oficina, solamente pasó a una junta que duró poco más de una hora mientras dejó a Matthew al cuidado de sus abuelos y en cuanto finalizó se dedicó a su pequeño el día entero. Avanzada la mañana recibió un mensaje de Liam en donde le informaba que no podría verlo, se excusó con que tenía el día complicado, reunión tras reunión, desilusionado no tuvo otro remedio que aceptar y ponerse de acuerdo con Lisbeth, había pensado en aprovechar esa oportunidad para agradecerle lo que hizo por el, pero al parecer esa platica tendría que esperar. Lo sintió distante esa mañana, porque si bien anoche habían estado texteando por mucho tiempo, aunque fueran cosas triviales o relacionadas a Matthew, ese día sólo se limitó a informarle que no podría verlo y a leer el mensaje que Damián le devolvió, luego de eso no obtuvo más respuesta por su parte.

Si bien Liam tenía algunas reuniones ese día, no era del todo cierto que estas durarían todo el día, de hecho solo la mañana tendría ocupada, estuvo tentado a escribirle a Damián, preguntarle en dónde estaba y encontrase con el y su hermanito, pero desistió de la idea.

Mientras se encontraba en sus reuniones no dejaba de pensar en ellos, en qué estarían haciendo, en si se estarían divirtiendo o como la estarían pasando. Estaba dirigiendo la junta y sino es porque sabía que sus socios estaban muy al pendientes de cada una de las palabras que él decía hubiera jurado que en cualquier momento se le escaparía el nombre de Damián o Matthew. ESTABA PERDIENDO LA CABEZA YA. En todo ese día no pudo sacárselos de la mente.

Cuando iba en camino de regreso a la mansión, su celular comenzó a sonarle en el bolsillo de su saco, el alma se le fue del cuerpo al ver que Damián estaba llamándolo. Se tranquilizó, trató de tomar aire, serenarse y respondió.

-¿Bueno? Damián.

-Liam, Hola, ¿qué tal? -Dijo Damián con la voz algo nerviosa.

-Bien, gracias, de camino a una junta de última hora. -Mintió, miró que por el retrovisor su chofer lo observó, seguramente había escuchado su mentira.