Capítulo 44

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-Sr Maslow, trajeron algo para usted. -Informaba la asistente de Damián a través del teléfono.

-¿Algo para mi? ¿Qué es? -Preguntó Damián intrigado.

-Si gusta se lo llevo a su oficina para que lo vea Sr.

-Por favor, te lo agradecería mucho.

-En un momento estoy ahí. -Respondió la chica muy amable, seguido de eso colgó.

Curioso por la novedad, Damián se levantó de su sitio y rodeó el escritorio, segundos después escuchó que tocaban la puerta, autorizó a su asistente que pasara, vaya sorpresa se llevó al ver el asombroso y gran arreglo de rosas rojas y tulipanes blancos que esta cargaba, se notaba pesado por la dificultad con la que la chica caminaba, claro, aunque ataviada en esos altos tacones le era más difícil caminar. Emocionado se acercó para ayudarle a poner el arreglo sobre la mesa, una vez que lo acomodaron y la chica salió de la oficina, Damián tomó la tarjeta de tamaño mediano que traía el obsequio y la leyó.

"El amor"

El amor para nosotros significa mariposas revoloteando en nuestros estómagos, la sóla presencia de este nos convence de sabotear nuestras emociones para complacer a un individuo qué para bien o para mal nos hace sentir especiales. La ironía de la vida se vuelve visible cuando ocurre nuestra primera decepción, la etapa en la cual nos sentimos miserables por amar o por no ser amados.

Y es que el amor es tan complejo que no dura, la rutina con la que se hace, lo cotidiano que suele ser el estar acompañados nos resulta momentáneo.

Una infidelidad, una mentirá, un sentimiento apagado pueden ser los factores por el cual entendamos que es mejor no insistir, no entusiasmarse, no pensar tanto las cosas, que sea lo que tenga que pasar. Y es que el amor es así, breve o eterno.

Es una prosa bastante cruda sobre lo que significa amar, pero se que sabras analizarla. Te amo desde lo más profundo de mi corazón y con cada fibra de mi ser, te amo como nunca pensé a amar a nadie, no hay ninguna otra persona en el universo entero con la que yo quiera estar, eres TÚ y solamente TU, Damian Maslow.

¿Cenas conmigo hoy?

Siempre tuyo.

Liam Goméz

Al terminar de leer la nota, Damián no pudo evitar llorar, eran palabras tan profundas y sinceras que su corazón no resistió más, se sentó en los los sillones de cuero al sentir que repentinamente las piernas habían comenzado a fallarle, lloró y lloro, completamente afectado por la felicidad que sentía, nunca esperó que llegara el día en que pudiera estar así con Liam, lo anheló tanto pero tanto que ahora que lo estaba viviendo en carne propia le era casi imposible creerlo, era más increíble de lo que muchas veces imaginó.

Contempló el arreglo desde donde estaba era absolutamente precioso, es más la palabra precioso ni siquiera le hacía mérito a lo maravilloso que en realidad era, no habían palabras para describirlo, quizá tenía 100 rosas o más, era inmenso y con los tulipanes blancos se veía más que espectacular. Se levantó rápidamente al baño, pronto tomó las llaves de su auto, su cartera y salió rápidamente informándole a su asistente que no tenía hora de regreso, que suspendiera sus pendientes de ese día y los programara para el siguiente.

Hacía alrededor de una hora que Liam calculaba que Damian podía haber recibido el arreglo, lo extraño era que no había obtenido ni una sola llamada o mensaje de él quizás para agradecerle o para decirle que le había gustado, a menos que... ¿sería posible que el arreglo no le haya parecido agradable? No creía eso posible, a la mayoría de las personas les gustaban las rosas y los tulipanes. ¿Y si a él se había arrepentido repentinamente de los sentimientos que se habían confesado el pasado fin de semana? Esa última opción solo consiguió alterarlo y atemorizarlo, llamó a la florería nuevamente para confirmar si las flores ya habían sido entregadas y por segunda vez le informaron que si. Seguramente está ocupado y no ha tenido tiempo de llamarme pensó.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora