Iba a no más de la mitad de la película y comencé a escuchar ruidos de pisadas en los escalones, por lo que supuse era mi mamá o algún vecino. Caminé hacia la cocina para dejar el tazón sobre la barra y poder ir a quitar el seguro de cadena que tenía en la parte superior la puerta. Uno reconoce las pisadas de una mujer y las de un hombre. Las de una mujer son más livianas y delicadas. Las de un hombre no. Aquel ruido paró frente a mi puerta y escuché cómo metían algo por la perilla e intentaban forcejear la puerta.
Puse nuevamente el seguro de cadena y Corrí al baño. Abrí las puertas debajo del lavabo. Me metí en él y las cerré. Estaba hecha bolita, sujetando mis rodillas y con mi rodilla tapaba mi boca para que mi respiración no se escuchara. Escuché como botaron la puerta. Mi respiración era muy agitada y el llanto amenazó con salir, pero en ese momento era sumamente riesgos dejarme llevar e invadir por las emociones. Escuché pasos por el piso del departamento. Como tiraba y aventaba cosas y se rompían contra el suelo. Parecía que algo buscaba.
-¡Lea! Ya llegué. Dejaste la puerta abierta.-Escuché la voz de mi madre. Los pasos se quedan quietos, pero no por mucho. Se vuelven a mover, pero esta vez en dirección a mi mamá.
-Hola, soy la mamá de Lea, ¿sabes si está en casa?-Pregunta mi mamá al ver a aquel sujeto.
El grito desgarrador de mi madre se escuchó y mi piel de erizaba. Estaba petrificada y solo dos palabras pudieron salir de lo boca en ese momento.
-¡mamá corre!-Grité con toda mi fuerza
-¡Lea!-Y sin habérmelo imaginado, esas fueron sus últimas palabras antes de que otro grito desgarrador se escuchase.
Las pisadas regresan al baño y a mi cuarto. Se notaba la energía y furia en la persona por cómo azotaba sus pies contar el suelo, pero seguía sin encontrarme. Después de un largo tiempo, que seguramente no fueron más que un par de minutos, pero para mi fue eterno, salgo de adentro del lavabo y corro a la cocina,
Ahí estaba mi mamá. En el suelo. Muerta. La sangre estaba regada en el suelo, era demasiado. Si no hubiera sido tan cobarde y hubiera salido del lavabo a defenderla, probablemente mi madre estaría viva. Me senté junto a ella y acaricié su cabello castaño con destellos plateados. Era preciosa mi madre.
Un trapo se puso sobre mi boca y mi nariz, no tuve fuerzas para reaccionar y solo me dejé caer. Tres patadas en mi abdomen fue lo último que sentí. Probablemente hubo más de tres, pero fue lo que llegué a sentir antes de desvanecerme. Todo se puso oscuro. Dejé de escuchar en su totalidad y de pensar.
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Teen FictionComienza la subasta... 16 millones 22 millones 34 millones 40 millones 40 millones a la una, 40 millones a las dos... 100 millones 100 millones a la una, 100 millones a las dos, 100 millones a las tres; vendida a ... #84 (castigo) #8 (venta) #6...