CAPÍTULO 20

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No tenía ningún recuerdo que me pudiera acercar a la verdad de lo que estaba sucediendo. Estaba frustrada, me molestaba no poder saber que sucedía, pero podía hacer un plan y aferrarme a él.

Tengo que saber que fue lo qué pasó en realidad, tengo que ganarme su confianza y cuando crea que todo está bien y me libere totalmente, me iré y escaparé. Me iré a otro país, incluyendo otro continente, pero para no fallar en este plan, necesito ponerme tres reglas.

1.- No tener miedo
2.- No dudar un sólo segundo del plan
3.- Ser fuerte y aguantar lo que pueda pasar

Tocaron la puerta y me sobresalté. Abrieron.

-Necesito que bajes en 20 min, ponte algo elegante, saldremos a cenar con una amiga- Estaba molesto, pues aventó la puerta al cerrarla.

Abrí las puertas del armario y creí que sería uno común y no, era un cuarto más. Estaba lleno de ropa aparte de las bolsas. Comencé a ver los vestidos y tomé uno plata de tiras y piedrecitas en ellas, unas zapatillas de tacón medio del mismo color y piedrecitas en la pulsera. Lavé mi rostro y puse maquillaje debajo de mis ojos. Las ojeras se habían intensificado y tenía un par de cardenales en los pómulos. Jamás aprendí a maquillarme, así que estoy haciendo lo que puedo.

Aún se notaba un poco, pero ya se había acabado el tiempo. Bajé por la escalera y él ya me estaba esperando en la puerta del elevador. No nos miramos en ningún momento, ambos estábamos molestos y esta vez me forzó a entrar al auto.

Manejaba muy rápido, sólo podía sujetarme de la puerta y hacer presión con mis piernas para ladearme lo menos posible.

Pasamos por un lugar donde había casas enormes y a lo lejos en una montaña, se notaba un lugar con una iluminación preciosa y pinos muy altos. Seguimos por ese camino y llegamos a  ese lugar. Tenía unos jardines impresionantes y en la entrada le pidieron una identificación de socio. Abrieron ambas puertas y pasamos.

Nos estacionamos y bajamos del auto. Tomó mi brazo y lo apretó en señal de que lo siguiera. Subimos escaleras y entramos a un restaurante bellísimo y lujoso.

-Buenas noches, ¿ya tiene una reservación?- se acercó un muchacho para atendernos

-Sí, ya me están esperando- Dijo y pasamos.

Había una chica preciosa y rubia sentada sola en una mesa junto a un ventanal.

-Nicholas. Es preciosa, siéntense, adelante- era espantosa su voz

-Hola Grace ¿cómo has estado ?- él realmente no quería ir a esa cena o estaba molesto.

- Bien, con algunas dificultades con mi marido, pero todo va bien, ¿cómo van los negocios en América? -

-Bien, pero no es momento de hablar de eso. ¿Qué querías contarme que necesitabas que viniera a un lugar abierto? - se puso a ver la carta ignorando lo que ella fuera a decir

-Ellos regresaron a aquí, a Catar y no te están buscando a ti cariño, la están buscando a ella. Saben lo que te costó, hubo un soplón de la sociedad de la corona. Además de que están buscando a la hija del gran magnate- Mi cara era de confusión, la de él ... digamos que si dudaba molesto, ahora estaba muy molesto.

Pedimos de cenar y yo comí una pasta que me supo deliciosa. Pagamos, nos levantamos y nos despedimos de Grace.

Nos subimos al auto y todo el camino fue silencioso. Hasta que...

-¿Ahora entiendes porque lo que hiciste fue una comienza estupidez ? Te quieren a ti y créeme que no te van a tratar bonito. Por una vez en un tu vida, haz caso a lo que te pido porque estoy viendo por ti- estaba muy molesto definitivamente y sólo asentí con la cabeza.

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