Pinceles [Alan Ituriel x Tú]

Capítulo 10

-¡Alan! -exclamé mientras trataba de encontrarlo. -

Me pregunto que diablos le sucede, tomo mis pinceles y los escondió y realmente los necesito, estaba en media pintura cuando decidió arrebatármelos.

Cada vez se hace mas necio e insoportable.

A veces no se que coño fue lo que le vi para que me gustará.

-___________. -dijo cantadito. -

Que ganas de joder.

Para mi buena suerte también arrebato los de Amy y unos marcadores de Kevin lo que significaba que el lindo Ituriel es el más buscado de la cabaña Sombrero Parisino y que de esta payasada no va a salir ileso.

-Les apuesto lo que ustedes quieran que esta en la cabaña de los aullidos. -dijo Amy molesta cruzada de brazos, con justificada razón lo estaba. -

-Ni loca voy ahí. -respondí. -

Se preguntarán ¿Que es eso de la cabaña de los aullidos? La cabaña de los aullidos es una vieja cabaña abandonada (según me dijeron) que supuestamente nunca mas fue utilizada después de que unos jóvenes se pusieran a jugar con unos animales salvajes (entre ellos un perro con rabia) y uno murió en el lugar, la historia se regó y nadie quería dormir ni pasar ahí por que se dice que se escuchan los aullidos del perro.

No creo en esas cosas pero, prefiero no quedarme en un lugar donde murió alguien.

-Si esa es la única manera de recuperar mis mierdas, entraré. -refunfuño Kevin y comenzó a caminar lejos de nosotras. -

No quiero ir, ahí no.

-Amy. - la llame. -

-Si.

-No quiero ir. -le dije. -

-Yo tampoco. -respondió y que alivio fue escuchar que no solo yo estaba cagada. -

-Pero, quiero mis pinceles. -añadí. -

-Vamos las dos y no nos soltemos pues. -nos tomamos las manos para comenzar a caminar. -

Kevin eres un idiota, se supone que debería de cuidarnos envés de que ambas nos estemos tomando de las manos como dos niñas chiquitas que están apunto de ir a preguntarle a nuestra mamá sino estaba enojada con nosotras por alguna travesura.

Caminamos ambas detrás de Kevin y al caminar detrás de él, ambas tomadas de la mano, y en un lugar como éste, me sentía como dentro de una película de suspenso o de terror.

Juro que algún día Alan me las va a pagar.

Kevin se acerco a la cabaña y algo indeciso tomó el pomo de la puerta.

Estaba a punto de abrir cuando se escuchó un aullido.

-A la mierda, Amy, yo me voy. -le dije soltando su manos y tratando de irme de ahí. -

-¡No, no, no! -exclamó y me agarro de la muñeca. - ¡Si vamos a estar cagados del miedo, nos vamos a cagar juntos!

-Ya callense, voy a abrir. -nos calló Kevin. -

Abrió lentamente la puerta, a simple vista no se miraba nadie, todo estaba polvoso y olvidados.

Kevin entro primero y nosotras le seguimos.

El piso de madera crujía y la puerta rechino un poco.

-Auuuuuuuhhhhhh. -se escucho un aullido y nos cubrieron con una manta llena de telarañas. -

-¡Maldito ihueputa! -grito Kevin. -

Amy y yo nos abrazamos y soltamos un grito al unísono.

Kevin quito la manta y ahí estaba la gran estrella del firmamento riéndose a lo pendejo por lo que nos había hecho.