Capítulo 25

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Amanece y estoy en la nueva cabaña, por suerte la cama era cómoda.

Alondra, la inesperada prima de Alan me presentó a las demás chicas, todas son esgrimistas de al menos dos años, Alondra se jacta de tener una medalla de bronce y otra de oro, lleva mas tiempo practicando que las demás.

Ayer las cosas resultaron relativamente bien, Alan y yo almorzamos juntos y luego insistí en que se fuera a la cabaña a dormir y a regañadientes acepto por que me dijo que lo haría solo si yo dormía con él pero, no.

No queria pasar mas riesgos por ahora, el ultimo día (que también es la última fogata), podriamos hacer lo que quisieramos.

Normalmente a esta hora quien me despierta es Alan, me despierta a jincos o moviendome de lado a lado hasta que reaccionó.

Pero, ya saben, él no está aqui.

Escuché ruidos y abrí los ojos con pesadez.

Mire a las chicas ya bañadas tomando sus floretes para salir de la cabaña.

Dios, ¿Que hora es que estás chicas estan listas para atacarse entre si?

Me incorporé rapidamente de la cama y restregue mis ojos.

-Buenos dias. -saludé. -

-Buenos dias, ________. -me respondieron casi al unisono. -

-¿Que hora es? -pregunte y lo mas seguro es que ne digan que ya es de mediodia. -

-Son las siete. -respondió una de ellas. -

En esta cabaña son mañaneros.

En mi cabaña nos levantabamos a las ocho y yo me levantaba como a las ocho y media y me despertaba a esa hora por que me despertaba alguien más por que si fuera por mi me despertaba a las diez o once de la mañana.

Ya lo sé, soy una gran haragana.

-Iremos a desayunar, nueva, nos vemos. -me dijo una de ellas y todas se dirigieron a la salida. -

-No te metas a problemas con Alan. -me recomendó Alondra antes de salir. -

Yo no prometo nada.

Me puse unas chinelas y tome ropa limpia junto con una toalla para ir a las duchas y luego ir donde Alan y los chicos.

Estoy segura que a esta hora aun están durmiendo asi que es mejor que haga algo más que ir a joderlos desde temprano.

Sali de la cabaña y camine rápido hacía las duchas mas cercanas.

Entré y tome la llave de un casillero para guardar mi ropa y zapatos y luego bañarme.

Las duchas son bastante privadas, son como unos cuartos pero, algo angostos, no eran como esas duchas que son abiertas y todos te miran o las que solo son una puerta metálica en la que se miran tus pies abajo.

Entré y puse la toalla en un gancho que estaba dentro de la ducha y hice lo mismo con la llave de mi casillero y la ropa sucia la dejé en un pequeño estante que había ahi mismo.

No me lave el pelo, así que fue una ducha rápida.

Me preparé y salí de las duchas rápido hacia mi nueva cabaña para poner la ropa sucia en su lugar luego ir a desayunar con los chicos.

Camine y note que la mirada de muchas personas estaba puesta en mi, era algo incómodo, la gente ni siquiera disimulaba.

Respire hondo y acelere el pasó, apenas entré a la cabaña solte un supiro de alivio y dejé todo en su lugara para ir a mi vieja cabaña.

Gente pesquizona que ni disimula.

Fui casi corriendo a la cabaña y apenas llegué toque la puerta.

-¿QUÉ? -escuché un grito de Kevin desde adentro. -

-SOY YO. -grite en respuesta. -

-¿YO QUIÉN? -pregunto de la misma manera. -

Que gracioso, Kevin, bien que sabes quien soy.

-¡YO! ¡_______! -replique. -

No me respondió y la puerta se abrió dejando ver a Ami con un huracán de pelo.

-Creo que vine muy temprano. -comenté al verla. -

-No te preocupes, -contestó. - ya iba a peinarme.

-Oh, bien, -solté. - ¿Me dejas pasar? -pregunte para que me dejará entrar, parece que aun tiene sueño. -

-Ah, si. -respondió soltando una risa. - Aún tengo sueño, -comentó. - Alan sigue dormido. -añadió. -

Y ese milagro.

Se hizo a un lado y me dejo entrar, Kevin estaba acostado en la litera de arriba y Alan en la de abajo.

Al final alguien mas se quedó con la litera de arriba.

Me senté a la orilla de la cama y lo vi.

Parecía estar dormido profundamente, su pelo estaba revoltoso parecia estar cómodo.

Lo siento, te voy a despertar.

Esto es una pequeña venganza por todas las veces que tú me despeertaste a mi.

Lo moví de lado a lado y escuche un gruñido de su parte, parece un oso cuando gace eso.

No le dije nada y solo lo moví, vamos a ver que pasa.

Gruño de nuevo pero, más fuerte.

-¡Ya! -reclamó sin abrir los ojos y poniéndose un cojín encima. -

Parece un niño que no quiere ir a la escuela.

-Esta bien, me voy. -le respondí. -

-¿Eres tú, _________? -preguntó aun con el cojín encima. -

Me reí al escucharlo.

Le quite el cojín y el abrió los ojos.

-Buenos dias, gigantón. -lo salude y el sonrió con un poco de pereza. -

-Buenos dias, pitufina. -devolvió el saludo sin moverse. -

¿Por que es tan tierno?

Dio una leves palmadas a su lado en la cama, y por supuesto que capto el mensaje.

Me acosté a su lado boca abajo y con mi rostro a un lado para verlo.

-Es un milagro que seas tú la que despertó primero. -me dijo. -

-Quedé en venir por ti. -¿Asi o mas claro, Alan? Yo te lo dije. -

El sonrió y rodeo mi espalda con su brazo.

-Un rato mas. -dijo. -

-Si Kelly no nos separa y los perros no nos escapan de matar, si. -comenté bromista. -

El "Un rato más" iba a ser inolvidable para ambos.

Rio en bajo y se dio una vuelta para quedar boca arriba y yo me alce de la cama para poner mi cabeza en su pecho y el resto de mi cuerpo en una parte de la cama y mis piernas guindando.

Podía escuchar sus latidos, eran calmos y eso me ponía calma a mi.

-Realmente me quieres ¿Verdad? -preguntó de la nada. -

A veces sale con preguntas que me dejan pensando él por que las hace.

-Asi es, -contesté de inmediato. - nunca dudes de ello.

Sonrió ampliamente, con satisfacción, me parecía casi imposible que él no pudiera notar lo bien que me hace y a parte lo importante que es.

Pinceles [Alan Ituriel x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora