Capítulo 21

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Pasamos unos minutos más ahí, solamente disfrutando del momento juntos.

Aunque quisieramos quedarnos mas tiempo no era muy seguro hacerlo, no era para nada biena idea llegar al campamento cuando tuviera todas las luces apagadas.

A parte de que nos iba a costar entrar y distinguir cual de todas las cabañas era la nuestra, nuestra amiga Kelly tiene cinco grandes perros Dobermann que deja sueltos por la noche por si algun animal salvaje decide entrar.

Son mas para alarma pero, no son para nada cariñosos y también está el detalle de que Alan es alérgico a los perros.

Se nos haría un problema serio.

Se imaginan, nosotros dos corriendo de cinco perrotes que quieren matarnos y por encima Alan que no puede dejar de estornudar hasta el punto que le cuesta respirar y sin tener a donde ir o a quien pedirle socorro.

Sería un desastre.

El peor de todos los malditos desastres de mi vida.

Caminabamos tomados de las manos con nuestras barras luminosas en nuestras manos libres.

Y mientras más caminabamos mas parecía que nuestro temor de que las luces del campamento estaban apagadas.

-Creo que esto es mi culpa. -solte al ver lo oscuro que estaba todo. -

-No digas eso, -replico. - el lugar al que fuimos esta retirado del campamento, tal vez estamos largo aún. -comentó. -

Se que lo dice para relajarme pero, no se si pueda hacerlo.

Al rato Alan estornudo.

Oh, mierda esa no es una buena señal.
-Dime que eso es por que hay mucho viento. -le dije por que ya me estoy preocupando. -

-Creo... -estornudo. - que si... -estornudo de nuevo.-

A correr se ha dicho.

-Ahora que, -solté. - los perros están sueltos y ya valimos verga.

Se escuchó un fuerte gruñido cerca de nosotros.

Alan estornudo de nuevo.

-Ven, -me jalo del brazo para ir hacía arriba. - por acá.

Él si que conoce este lugar de memoria, yo aun de dia me llego a perder.

Ambos corrimos lo mas rápido que pudimos hasta llegar a una cabaña.

Miren es la cabaña de mis sueños.

Estoy segura que esta es la cabaña de los aullidos.

Porqué, ¿Que otra cabaña esta abandonada?

Exacto no hay otra solo está la cabaña de los aullidos que es ademas de la última cabaña del campamento también es la cabaña donde murió alguien.

Entramos con la respiración agitada y cerramos la puerta con seguro.

Intente buscar un interruptor de luz o algo por el estilo mientras Alan cerraba bien las ventanas.

Encontre el interruptor de la luz y la encendí.

Esta parpadeo un poco pero, luego se puso normal.

-Que alivio hay luz. -comenté, tanta oscuridad me tenia paranoica. -

-Recuerdame no volver a escucharte cuando digas un rato mas. -me dijo él acercándose a mi.-

Si, esto fue mi culpa, no hay dudas de ello.

-No te preocupes, no vuelve a pasar.

-Pues si, -recalcó. - si dejamos que esto vuelva a pasar voy a pensar seriamente que nuestras neuronas se fueron al caño. -comento y yo reí en bajo al escucharlo.-

-Busquemos como acomodarnos, -dije al ver que todo estaba polvoso en el lugar. - con esos perros afuera dudo que podamos volver hasta en la mañana, en especial por tu alergia.

-Hola doña me preocupo por todo. -bromeó al verme.-

He querido cambiar eso pero, lo digo en serio que me cuesta, no puedo ser una persona relajada por mucho que lo intento.

Fingi una risa por su comentario por que no creo que sea momento para estar bromeando a menos que quiera que durmamos con las arañas esta noche.

Hagamos un trío, tu, yo y una araña.

No gracias, prefiero estar corriendo por mi vida fuera de esta cabaña a que estar durmiendo entre arañas y sus telarañas.

-Eres una amargada, pitufina. -parece que la alergia de Alan encendio sus ganas de joder. -

-Ya, Jirafa.

-Ya, taquito de puerta.

-Ya, poste de luz.

-Ya, llavero.

-Ya, palo de coco.

-Ya, hobbit.

Ugh, se me acabaron las ideas.

-Ya... -quedé pensando pero, no tenía nada. - tú, tú, -titubee y el reía. - tú....

-Yo ¿Qué? -preguntó acercándose un poco haciendo que alce un poco la mirada para verlo mejor. -

-¿Gran Danés? -no se me ocurrió nada más y solte esa burrada. -

-Uy, chihuahua. -respondió burlón. -

-Tú entiendes a lo que me refiero, -me queje.- ¿Donde vamos a dormir? -pregunte. -

-De ti no hay que preocuparnos, tu cabes en donde sea, -respondió y muchas gracias por eso gigante. - yo no sé en donde dormiré.

-Tosi falsamente. - El piso. -volví a toser. -

-No quiero que se me encaramen las cucarachas. -respondió. -

Estamos jodidos, repito, estamos jodidos.

-Hagamos esto, -propuse por que ya me quiero dormir. - tomemos las sabana y quitemosle el polvo al escritorio y a las sillas, dormiremos apoyados al escritorio, con suerte ningún bicho se nos va a subir.

-Vamos a amanecer jorobados. -se quejo él. -

-Pues, yo no quiero hacer un trío con las cucarachas. -replique. -

El rio fuerte al escucharme.

-Estás loca, enana. -me dijo en risas. -

-Loca por ti. -murmure, lo dije en bajo con intenciones de que no me escuchará. -

-Solo los locos murmuran. -me murmuro él. -

-Ya, Alan, -le llame la atención,
a este paso si ibamos a dormir en el piso. - arreglemos esto para dormir.

-Ya me calmo entonces.

Aqui termina el especial mis preciosos lectores, después de esto seguiré publicando de la misma manera asi que no crean que voy a tomarme libre.

Espero todos estén bien, les mando un gran abrazo y saludos desde Nicaragua,
Nash Maquiávelo.

Pinceles [Alan Ituriel x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora