Capítulo 34

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Caminamos los cuatro fuera de la cabaña, esto era lo que tanto habíamos esperado, yo iba al lado de Alan, obviamente, también iba Ami a un lado mío y al otro lado de Alan iba Kevin.

Solo nos faltaba una canción que quedara con la situación y nosotros caminando al cafetín en cámara lenta.

Justo me sentía tan maliciosa, tan animada a pesar de que por otra parte estaba triste.

Esto será tal vez, lo más loco que pueda llegar a hacer en mi vida y si todo sale bien, será un muy buen recuerdo.

Probablemente el hecho de que este será mi último día aquí es la razón por la que estoy poniendo atención a cada detalle posible de este lugar y de todo lo que he pasado, así como el crujido de las hojas y ramas cada que caminamos, las innecesarias bromas el uno al otro, la pereza que me da por las mañanas al levantarme, el leve bullicio que hay en la cafetería siempre que hay que comer y por supuesto, la leña quemándose en las fogatas.

Me siento tan pero, tan sentimental, no sé si es que me va a bajar el periodo o si simplemente todo esto me está afectando mucho.

-Recordemos que hoy debemos mantener la paz. –nos recordó Alan, cosa que nos ha repetido varias veces. –

Por obvias razones lo repite, sabe que en cualquier momento lo de compartir la cocina podría terminar siendo un grandísimo e inmenso caos que terminaría en un gran regaño de Kelly.

Ami y Kevin bufaron al unísono, han de estar aburridos de escuchar lo mismo, hasta yo lo estoy no me imagino ellos.

Es que si es posible evitar lo que normalmente es inevitable, pos, hay que evitarlo.

-¿Podrías dejar de recordárnoslo cada que puedes? –pregunto harta de lo mismo, Ami, podría jurar que si pudiera le podría poner una mordaza en la boca si pudiera con solo notar la expresión de su rostro. –

-Ya es muy molesto tener que compartir la cocina conellos y que lo repitas no lo hace menos molesto. –opino Kevin, ese no se iba aquedar atrás en quejarse. –

-Es mejor que estén hartos a que se les olvide. –replico el diablo mayor y tiene razón, solo por hoy no debemos pelear. –

Es nuestro último día, no deberíamos amargarnos.

La única que debe amargarse es Kelly, no nosotros.

Entramos al cafetín, y había un olor sabroso, olía a comida chatarra, a papas fritas, a pizza y hasta podía jurar que sentía el olor de una majestuosa hamburguesa.

Ya se me hace agua la boca de solo pensarlo.

-Este lugar huele a cielo. –dije y tome la mano de Alan, porque, ¿Por qué no? –

Hoy tenía que aprovechar esto más que nunca, tenía que guardarme estas lagrimas para mañana y hoy tenía que pasarla igual que una novia en despedida de soltera, obviamente que quitando los detalles de alcohol, apuestas y sexo.

Hasta virgen soy...

Bueno eso no tiene nada que ver.

-¿Huele a una noche solos en la caballa de los aullidos? –pregunto Ami y muy graciosa, me muero de risa, no se imagina lo feo que fue. –

Volquee los ojos y mejor ni le pongo mucha mente sino se le une Kevin y es peor la cosa.

-¿Huele a tarde a solas en el lago, entonces? –devolvió el ataque Alan. –

-Ya, estuvo. –les llame la atención, esos insultos no conocen fin cuando inician. – Vamos a comer.

Se callaron e hicieron unas caritas como de "Perdón, mama"

Pinceles [Alan Ituriel x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora