Capítulo 29

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Nos dimos un beso breve y nos levantamos.

Estar alejados de los demás se malinterpreta demasiado en este lugar, así que caminamos a la cafetería, luego de comer iba a iniciar el caos en todo este lugar.

Mi cabaña y la de Ben estarían en el mismo lugar y ese significa peligro.

Si cuando Alan choca por segundos con Ben y todo su séquito de tipos y tipas bien vestidos el aire se volvía tan denso que podrías jurar que sientes lo mal que se llevan esos dos en tu piel, no me imagino como será estando horas en el mismo lugar.

Ami es exactamente igual, no soporta la presencia de esos tipos cerca de ella, a Kevin cómo buen vale vergista que es no les pone mucha mente pero, se le nota en el rostro que no le gusta para nada estar cerca de ellos.

Esa enemistad de Alan y Ben es inigualable.

Alan y yo caminábamos tomados de la mano hacía la cafetería cuando se detuvo.

-¿No preferirías algo más que ir a la cafetería? -pregunto sin soltarme de la mano y deteniendome el paso. -

-¿Que tienes en mente? -él siempre tiene un az bajo la manga, siempre tiene algo mejor planeado. -

Solo espero que no involucre irnos lejos de aquí por qué la última vez eso no salió para nada bien.

-Conozco un lugar donde podemos conseguir comida. -contesto y lo único que podía ver en esa sonrisa era maldad pura. -

Alan y yo metiendonos en problemas en uno, dos y tres.

-Vamos. -respondi de inmediato​. -

No tenemos remedio.

-Tenemos que ir rápido y prepárate. -me dijo. -

-No hay problema. -dije y cambiamos de dirección. -

Me preguntó a donde diablos vamos.

Me pica a que vamos robar comida o algo así por qué si dijo que esto debía ser rápido es por qué en definitiva no es algo de lo que deban enterarse los demás.

Estábamos cerca de la oficina de Kelly y ahora sí siento toda una corriente de adrenalina al verla cerca.

-Parece que Kelly no está. -me susurró. -

-¿Que vamos a hacer? -pregunte con nervios, nosotros dos no tenemos buen historial. -

-Solo confía en mí. -me pidió. -
 
Solo le cabecee un si y el me sonrió, los dos somos unos diablos bien hechos.

Apreté un poco más su mano por el nervio y caminamos apresurados hacía el lado de la oficina, pensé que íbamos hacía la oficina pero, me equivoque.

Mas al fondo había otra cabaña, la puerta a miraba entre abierta.

Alan miro lado a lado y detrás suyo y yo hice lo mismo por si a él se le escapaba algo y que por lo menos nos diera tiempo de correr.

-Sin zopilotes en el alambre. -solto en voz baja pero, no lo suficiente para no escucharlo. - Esa es la cabaña donde se guardan todas las reservas de comida y también todos los caramelos y botanas que se venden en la cafetería, -me dijo y oh, por Dios, vamos a robar. - entraremos y llevaremos lo que podamos. -termino de hablar. -

MAMÁ ESTOY ENAMORADA DE UN CRIMINAL.

-¡¿Vamos a robar?! -me exalte de inmediato por lo que iba a pasar. -

Su rostro malicioso cambio a uno de "Estás loca".

-No estamos robando, -me respondió. - nuestros padres le pagan a los del campamento para que ellos puedan comprar eso, -si lo pones así, no suena ilegal. - estamos recuperando lo que nos pertenece.

Ituriel, eres demasiado persuasivo.

-Si lo pones así. -comente resignada a hacer una última zanganada con él. -

-Guarda todo en tus bolsillos o dentro de tu blusa si puedes y procura no tardar. -me recomendó. -

Le cabecee un si.

Caminamos hacía la cabaña y entramos dejando la puerta entreabierta.

Había de todo, sopas instantáneas, condimentos, salsas, galletas, chocolates, todas las cajitas de leches que puedas imaginar y muchas cosas más.

Estaba súper repleto de comida.

Esas oreos son mías.

Alan tomo leches, papitas, takkis, todo lo que pudo y yo tomé un puñado de galletas.

-Ya. -me aviso. -

-Salgamos, ya tomé todo. -conteste y me acerqué a él. -

Con dificultad salí con galletas dentro de mi blusa que tuve que prensarme con mi pantalón para que no se salieran y otras cuantas en las bolsas de mi pantalón.

Alan se asomó a la puerta y me hizo de señas que tomará su mano.

Tomé su mano y salimos de ahí a paso super rápido hacía nuestra cabaña.

-Diablos, Alan, -llame su atención cuando estábamos retirado del lugar. - esto si que es adrenalina.

-Pequeña, a ti no te han descubierto en pleno acto. -me dijo en risas. -

Ah, esos ojitos negros, esos ojos negros son mi vida entera.

-¿Crees que lo noten? -pregunte sintiéndome más mala que nunca. -

-Nou, -contesto. - y si lo hacen no sabrán que fuimos nosotros.

Entramos a la cabaña y apenas entramos estaban Ami y Kevin de pie al parecer esperándonos.

-Ya sabemos lo que tienen. -nos dijo Kevin. -

-Ahora repartan el botín. -agrego Ami. -

Oh, vaya, parece que esto es algo rutinario de los chicos.

Me saque la blusa del pantalón y todas las galletas cayeron al piso y Alan comenzó a sacar todo lo que tenía en su sudadera.

Es sorprendente todo lo que pudo traer.

Piñata pues.

-Anuncio el festín de la cabaña Sombrero Parisinos, -exclamo Alan. - cuidado con los dolores de estómago y cuidado dejan evidencia.

Todos tomamos galletas, leche y botanas.

Alan y yo nos acostamos en la litera de abajo y comenzamos a comer papitas con juguito de manzana.

Todos estábamos felices comiendo en nuestras camas, hablando cosas estúpidas como qué tal sería ir a Japón o nadar de Miami a Cuba.

-________. -llamo mi atención Alan de la nada. -

Estaba acostada a su lado con mi cabeza en su pecho y él con su brazo rodeando mi espalda y su mano en cintura.

Alce la mirada para verlo.

Nunca me voy a cansar de verlo.

Su pelo estaba desordenado y parecía que llevaba un gran erizo en la cabeza envés de pelo.

-Así dormiremos hoy ¿Verdad? -me dijo en voz baja y juro que se me hizo pequeño el corazón. -

¿Como le voy a hacer para despertarme y no verte, gran y hermoso desastre?

-Si, así será. -respondi y me alcé de la cama para verlo mejor. -

Me hizo una cara de emoción exagerada al escucharme.

Reí al verlo.

-Realmente me encantas. -me dije y arreglé su pelo. -

Me tomó de la muñeca y me pegó hacía él bruscamente.

Quedé encima de él y sentí un nervio en todo mi cuerpo, por lo general no éramos así.

-¿Que haces, Alan? -pregunte avergonzada aún encima de él. -

-¿No puedo apreciar el poco tiempo que me queda contigo? -respondio con otra pregunta. -

Solo sonreí y le di un beso enlaces mejilla.

-¡Esto no es hotel! -grito Kevin y nos arrojo una almohada. -

Como si eso fuera a separarnos ilusos

Pinceles [Alan Ituriel x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora