Pinceles [Alan Ituriel x Tú]

Capítulo 2

-Pudrete, Ituriel. -le grite mientras sacaba sus cosas y el estaba de otro lado con las mías. -

-¡Eres una atrevida! -me grito mientras se reía. -

Hay si que gracioso, es muy gracioso sacar mus cosas y decirme que las vas a arrojar al sumidero.

Me niego a que mi ropa se llene de caca.

-¿Atrevida? -le reclamé.- TÚ sacaste mi ropa primero y dijiste que la arrojarías al SUMIDERO. -resalté el tú y el sumidero de mi reclamo. -

Llevo media hora con Alan y ya me imagine todas las tragedias y retos estúpidos que van a pasar si seguimos juntos en este campamento.

-¿Quien quiso quitarme mi cama? -reclamó como si fuera algo grave. -

-Uy, te mate entonces. -me quejé por su reclamo. -

Se dirigió hacia una compuerta que había cerca de los baños y que ni si quiera se le ocurra dejar caer mis cosas en ese excremento que de seguro es mas viejo que yo.

Corrí hacía donde estaba él con sus cosas para imitar su acción, cuando se me ocurrió algo.

Quede de frente de él con sus cosas.

-Me rindo, la cama es tuya. -le dije a lo cual el sonrió victorioso, si que es ingenuo este esquincle. - Toma tus cosas. -se las mostré y el me acerco las mías. -

Sonreí maliciosa tomando mis cosas y arrojando las cosas de Alan a otro lado.

-El que llegué primero la tiene. -Le grite mientras corría a la cabaña. -

-¡Sucia tramposa! -me grito tomando sus cosas. -

Reía al escucharlo, ve quien habla de tramposos, él que iba a arrojar mis cosas al sumidero.

Abrí la puerta sintiéndome de lo mejor, le había ganado a este inútil hasta que sentí una mano jalarme del brazo.

-Vaya, vaya, pequeña ________. -me comento. -

Claro, como él es un paso de coco.

-¡Sueltame! ¡Gane justamente! -exclamé. -

-Nope. -me soltó y yo me aferré a su pierna para atrasarlo. -

-¡Sueltame! -me ordenó. -

-Hasta que me des la cama de arriba. -le respondí sin pensarlo. -

Soltó un suspiro.

Ya lo debo de tener hasta la madre con mis pendejadas.

-Pero, el año que viene yo voy arriba.

¿Qué acaba de decir?

¡Tengo la litera de arriba, perras!

Como dije anteriormente, joder, joder y joder dio sus frutos una vez más.

Lo solté y lo abracé felizmente a lo cual el hizo ese chiste de mal gusto que rodeaba sus brazos por encima mío.

Pinche jirafa.

-Que gracioso. -le dije. -

-No es mi culpa que seas un hobbit. -me respondió por fin bajando sus brazos. -

-Idiota. -dije en bajo. -

Tome mus cosas y puse mis cosas en la cama y Alan en la suya.

¿De donde será, Alan, exactamente?

Me encantaría que este baboso fuera de mi ciudad para conocerlo mejor.

Es decir tenemos un verano completo para conocernos y todo eso pero, no es lo mismo.

Si es de otra ciudad y mis padres no me vuelven a dejar venir aquí no lo volveré a ver.

-Alan. -lo llame mientras estaba acostada en mi cama y el en la suya. -

-Mande. -me respondió. -

Me asomé a la orilla de mi cama para verlo.

-¡Vete satanás! -me grito al ver mi rostro de cabeza y mi desaliñado pelo hacia abajo por poco cubriendo mi cara. -

Le arrugue la cara por su gracia.

-¿De donde eres, jirafa? -le pregunte. -

-Del vientre de mi madre.

Volquee los ojos, este tipo no se toma en serio nada.

-Hablo de que ciudad eres.

-Del D.F. - me respondió y se sentó frente mio. - ¿Tú? -

-Soy de aquí cerca, de Cuernavaca en pocas palabras. -le respondí simple. -

-se encogió de hombros antes mi respuesta de seguro esperaba a que fuéramos del mismo lugar. - ¿Cuantos años tienes que hasta ahora te veo aquí? -me preguntó. -

-16 pero, para mis padres tengo unos 12. -le respondí y decidí bajar de la litera. -

-Es por que eres un hobbit. -comento riéndose. -

-Eres un grosero. -le dije mientras me sentaba a su lado. -

-Es la verdad, -respondió. - ya que eres nueva te llevaré a tu primera fogata en el campamento ¿Vale?  -me pregunto. -

Suena bien y por que no.

-Vale, solo nosotros palo de coco. -y le mostré el puño para que lo chocáramos. -

-Bueno, pitufina. -me dijo y chocamos los puños riendo a lo bajo. -

Para los que no saben lo que es un sumidero les aclaro:

Sumidero: cuando no hay aguas negras o residuales se hace un pozo muy hondo y ahí paran las cochinadas, ya sabes.

Nos seguimos leyendo pos gente linda.
Saludos,
Nash Maquiávelo 🇳🇮