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Jim le estaba dando de comer a Arthur, este se encontraba sentado en las piernas de su padre mientras jugaba con dos dinosaurios de juguete.
Marinette abrió la puerta y entró a la casa, dio un suspiro de cansancio y se dirigió al comedor donde el joven se encontraba, se sentó a su lado.

—¿Que sucede amor?

—Son demasiados papeles para inscripción al kinder, y no me quisieron aceptar este documento porque le faltaba una firma tuya.

—Te dije que si te acompañaba, pero dijiste que no.

—¿Y quien cuidaba a Arthur?

—Mi mamá, ella tiene el día libre.

—Pero esta descansando, además, es nuestra obligación como padres, debemos dejarla dormir.

—Esta bien, bueno. Ahora yo voy a ver los documentos mientras tu cuidas al pequeño.— Sonrió.

—Vale, vale.— Soltó una risa pequeña.

Jim prosiguió a alimentar al pequeño, este seguía jugando.
De repente se escucharon gritos en la calle, esto llamó la atención de la pareja, se levantaron y miraron por la ventana, notaron que había una persona con disfraz de fantasma comenzaba a transformar a las personas en simple plasma.

—Un akuma.— Dijo Marinette. —Debo ir.

—Te acompaño.— Dijo Jim mientras ambos corrían a la puerta.

—Pero ¿Y Arthur?

—...

El chico se encontraba en el suelo jugando.

—Pequeño, mami y yo iremos a detener a un villano, necesitamos que te quedes aquí y no salgas para nada, no la abras a ningún desconocido y mantente resguardado.— Dijo Jim.

—Si papi.— El pequeño saludo como si fuera un soldado, tomo sus juguetes y corrió escaleras arriba y se adentró a su cuarto.

—Bueno, le pondré una nota a mi mamá para que sepa.

Jim también subió, en eso la joven le llamó a su kwami, la cual, salió de su bolso.

—¡Tikki, puntos fuera!

La chica en unos minutos ya tenia puesto su traje, esperó a Jim, quien estaba bajando de las escaleras.

—No pueden verme salir de aquí, sabrán que vivo en esta casa.— Dijo la joven.

—Tu ve por la azotea, yo saldré.

El chico abrió la puerta y salió mientras la chica subía las escaleras, abrió la puerta que daba hacia la azotea, volvió a cerrar y con ayuda de su yo-yo comenzó a dirigirse hacia donde estaba la persona.
Notó que era una joven, se lograba ver que era transparente, con unos detalles blancos en su cabello y vestido, sus ojor eran rojos en la parte de la pupila y la iris con un fondo negro.

—La princesa espectral quiere los miraculous de Ladybug y Chat Noir, ¿En dónde están?— Dijo mientras levitaba.

—¿Quien me busca?— Dijo Ladybug.

—Ahí está... Ladybug, quitale su miraculous, sus pendientes.— Dijo Lepidóptero.

—Tranquilo, yo me haré cargo.— Susurró la joven, de inmediato comenzó a hablar fuerte y claro. —¡Entregame tu miraculous, Ladybug!— Extendió su mano.

Jim miró a la chica, así que se transformó, por suerte para él estaba nublado.

—Por la gloria de Merlín, la luz del día está bajo mi mando.

Una vez transformado, Chat Noir llegó.

—¿Acaso necesitan a este felino irresistible? — Sonrió.

—¿Acaso necesitan a este felino irresistible? — Sonrió

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—Justo a tiempo, tenemos un problema de fantasmas.— Dijo Jim.

—Veamos, ¿Que tenemos aqui? Una especie de sabana parlante.— Bromeó Chat Noir.

—¿Disculpa?— Se enojó la joven.

Rápidamente comenzaron a pelear con la chica, Jim trataba de mantenerla ocupada peleando mientras Ladybug hacía un plan.
Una vez obtenido el objeto que su Lucky Charm le había dado, comenzó su plan, les dijo a los dos lo que tenían que hacer, una vez en sus lugares lograron obtener el objeto que poseía el akuma, una pulcera. Ladybug  lo purificó y así toso volvió a la normalidad.
La chica volvió a ser normal, se encontraba sentada en el suelo.

—¿Que pasó? — Dijo mientras tomaba su cabeza con una mano.

—Tranquila, todo está bien.

—¿Quien eres tu? — Dijo la chica de cabello rubio.

—Soy Ladybug, no eres de por aquí ¿Cierto?— Le ayudó a levantarse.

—Eeem, pues... No... ¿Como lo sabe señorita?

—Pues, todos los ciudadanos de París saben quienes somos, por cierto. Ya no soy señorita, ya tengo una familia.— Sonrió.

—Oh, vale.

—Bueno, nos vemos pronto.— Salió de aquel lugar, Jim la siguió y Chat Noir fue tras ellos.

La joven los miró y se fue a un callejón, ahí aparecieron Mavis y Roy.

—¿Que sucede? ¿Lograste ver quien era el tipo que controla las mentes?— Preguntó el chico.

—No, no me acuerdo como lo hizo, no me acuerdo de nada...— Se agarró la cabeza tratando de recordar detalles.

—Bueno, necesitamos contactar con él, nos será útil para recuperar esa vara.— Dijo el chico con una sonrisa en su rostro.

💮NUESTRA UNIÓN💮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora