No sabía cómo abordar el tema con Lorenzo. Lo vi llegar al día siguiente demasiado deprimido a mi parecer. Trate de sacarle el habla porque ni eso quería hacer, me respondió de forma muy vaga y con simples monosílabos.
Me enteré por medio de su amiga Alexa que las clases de actuación las estaba recibiendo todos los días junto a sus dos hermanos, la diferencia es que sus hermanos si la disfrutaban y él solo asistía por obligación.
Se negaba a hablarme del tema y solo intercambiábamos palabras sobre el proyecto que se presentaría el viernes en el que cada grupo presentaría. Se mantenía lejos de mí, nuestra confianza no era muy grande que digamos pero teníamos una pequeña en la que sé que podía recorrer a mí pero se alejaba más y más. Jamás creí que la decisión de su padre fuera a golpearlo emocionalmente de esta manera que presenciaba, Lorenzo se derrumbaría alguno de estos días y rogaba estar cerca para sostenerlo.
Solo habían pasado una semana exactamente que él comenzó en esas clases de actuaciones, ese viernes él presentó el proyecto siendo el que obtuvo el mayor puntaje de todos. Lo hizo tan perfecto como la sonrisa que se le dibujó en el rostro cuando se lo dijeron, después de varios días lo veía sonreír y ser feliz con lo que le gustaba de verdad y eso me hizo feliz a mí también, fue ahí que descubrí que ese chico rubio de labios rojos me estaba comenzando a importar más de lo normal.
Los estudiantes salieron ese día temprano porque los profesores teníamos una reunión con la directora Dixon. En esas reuniones los profesores suelen sacarse todos los trapos sucios o decirse lo que se contienen, yo en lo personal odio esas reuniones pero como era nuevo tenía que asistir como obligación y sé que me sacarían en cara de manera poco formal como conseguí la plaza tan fácil y rápida.
Todo en el aula se encontraba en orden, al ser solo dos los que íbamos ahí no había mucho que limpiar o arreglar. Ya mi maleta estaba lista y me dirigiría al salón de profesores para la reunión. Desde la ventana podía oír los motores de los autos o autobuses, los gritos de los estudiantes pero oí un alboroto no común de todos los días, llamó mi atención y me asome para saber de qué trataba y vi a los chicos del equipo de fútbol "bautizar" a los que estaban limpios. Es una tradición según me contó el profesor Turner, los estudiantes que nunca han recibido acoso lo reciben un día aleatorio en el mes, eso me parecía no convencional para un colegio como este.
Ignoré los gritos y cerré la ventana como de costumbre.
Ya me iba, no quería ver a esos señores decir estupideces de mí o mi padre pero tenía que hacerlo o más hablarían a mis espaldas.
Mi teléfono sonó y eso me freno de agarrar mi maletín, era un mensaje de mi esposa diciéndome que se iría un par de días con su padres y en el fondo me alegré que lo hiciera porque estábamos teniendo problemas. Deseaba contestarle para no parecer un grosero pero la puerta de mi aula se abrió con tal violencia que me asuste, vi a una estudiante de piel morena y cabello afro entrar, el miedo en su rostro era palpable y me lo transmitió, estaba agitada por subir las escaleras corriendo.
- Profesor...- le faltaba la respiración.-... Lorenzo...
- ¿Qué tiene Lorenzo?- comencé a imaginar miles de cosas, una más horrible que la otra.
- Los chicos del equipo de fútbol lo están golpeando a matar...
No deje que ella terminara de hablar, solté todo en el escritorio y baje con ella siguiéndome. No sabía a dónde dirigirme porque la rabia y el miedo me cegaron, la chica fue la que me indico el camino y fue hasta la parte trasera del colegio en el lugar donde mi chico y su amiga suelen almorzar todos los días. Una enorme mancha de estudiantes se encontraba formando un círculo mientras que había otros dispersos observando el espectáculo, me hice espacio entre ellos empujándolos y cuanto más cerca estuve me encontré con la imagen de Alexa siendo acorralada por dos chicos mucho más altos y fuertes que ella llorando.
- ¡Déjenlo!- gritó ella desesperada por soltarse de esos grandulones que se lo impedían.- ¡Lo van a matar!
Al llegar sentí que mi alma dejaba mi cuerpo... más de tres estudiantes golpeaban, insultaban y pateaban a Lorenzo mientras que algunos a su alrededor le lanzaban objetos o basura.
La mayoría corrió al verme llegar, yo no vi el rostro de ellos porque mi preocupación era mi chico. Lo vi ahí frágil en posición fetal, todo magullado, sucio y ensangrentado. A los pocos segundos su amiga se arrodillo a mi lado mientras lloraba desconsolada, estaba inconsciente.
No dije nada y lo tomé entre mis brazos, muchos a mi alrededor me veían pero poco me importó lo que pensaran.
- ¿se va a morir?- preguntó entre el llanto Alexa.
- No. Lo voy a llevar a un hospital y estará bien.
Vi cómo asintió pero sin confianza.
La chica morena apareció otra vez a mi lado agitada, traía consigo mi maletín y mi móvil y se lo agradecí con una rápida sonrisa.
Entre los tres acomodamos a Lorenzo en la parte trasera de mi auto, la morena entró nuevamente al edificio pero no me fije si seria para llamar a alguien más.
Alexa acompañaba a Lorenzo atrás mientras lloraba más y lo estrechaba entre sus brazos.
Conduje hasta el primer hospital que encontré en el camino y fui directamente a urgencias.
Varios enfermeros y doctores lo rodearon cuando estuvo en camilla y de ahí en adelante Alexa y yo no supimos más de él. Caminaba en círculos de los nervios y el miedo que me consumían porque en cualquier minuto o segundo podrían decirnos que estaba bien o mal.
Mi teléfono sonó y me di cuenta que se trataba de mi padre. Conteste sin ánimos.
- ¿Aló?
- Hijo ¿Dónde te encuentras?- no sabía que responder para no preocuparlo pero él volvió a hablar.- ¿en qué hospital te encuentras?
Eso me descolocó un poco pero le respondí. Le di la dirección completa y el nombre a mi padre que a los pocos minutos llegó. Quizás tenía una mala facha porque la cara de sorpresa me asustó tanto, mi padre es muy expresivo.
- Ya me entere de lo que le sucedió al chico.- me dijo después de abrazarme como saludo.
- Fue algo horrible lo que vi.
- ¿Te han dicho algo?
- Nada.- tome asiento y él igual.- No sé nada de Lorenzo. Tengo miedo, la forma en que lo encontré...
- Tranquilízate, tu madre en estos casos estuviera muy calmada y sin perder la fe.
- Lo sé padre.
Los minutos transcurrieron a paso de tortuga, ni mi padre o Alexa se alejaron de mi ni cuando por fin llego el médico y nos indicó que Lorenzo se encontraba estable. Pidieron información de sus padres y fue Alexa la encargada de dárselos, seguiría en cuidados intensivos hasta nueva orden.
Yo estaba que me moría.
Los padres de Alexa llegaron junto con los de Lorenzo cuando ya era muy de noche y obligaron la chica a regresar a casa con la promesa de que volverían al día siguiente.
Los padres de Lorenzo me agradecieron el gesto pero lo acepte con gusto de la señora porque por parte del padre no tanto. Sonara estúpido pero odiaba a ese tipo por hacerlo sufrir por obligarlo a tomar unas clases que él no le agrada. Mi padre descubrió cómo miraba lleno de ira al hombre sonrió para sí mientras negaba, él me conocía muy bien y sabía que pronto tendría una charla en privado... hasta este punto una idea pasó por mi mente.
- ¿Papá?
- No ahora.
- ¿Por qué?
- Después.
Me quedé con la duda en la mente, miré al otro lado de la sala de espera y el padre de Lorenzo me miraba con... ¿Molestia? No sabría descifrarlo.
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17 [Chenzo AU]
FanfictionUna vida lujosa, con padres que te aman y una amiga inseparable. Viviendo la mejor parte de la adolescencia en un colegio de prestigio... La vida perfecta que todo chico de 17 años quiere. Pero algún día todo se derrumba. NOTA: PROHIBIDA TODA COPIA...