Capítulo trigésimo octavo

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La madre de Louis entró como un huracán en la habitación de su hijo menor para obligarle a levantarse de la cama pues ya pasaba una semana y este no había querido ir al médico, ni tampoco a sus clases, no lo había escuchado toser en las últimos días y al tacto no estaba febril, así que terminó por enfadarse.

-¿Estás evitando ir a la Universidad?. Puedo saber por qué-le dijo ésta tras abrirle la cortinas y tirarle del edredón.

-No volveré a salir de casa nunca-dijo éste volviéndose a tapar.

-Louis, cariño... no entiendo que te pasa. De todos mis hijos tú eres el más responsable, ¿Cómo puedes permanecer así de impasible ante la posibilidad de perder el trimestre?.

El ojiazul suspiró profundamente.

-No puedo decírtelo. Además no me creerías... entonces, para qué.

Su madre se sentó en el bode de la cama y le acarició el pelo tiernamente.

-Esto es por un amor. Concretamente por ese guapo ojiverde que vive en la casa de al lado, ¿no es cierto?.

Louis levantó la cabeza y la miró frunciendo el ceño.

-No me mires así-sonrió la mujer- sé lo mal que lo pasaste cuando Harry se fijó en William. Sé lo que sufriste cuando él se fue y sé que esto es porque esos dos vuelven a tontear, ¿me equivoco?.

El ojiazul se giró y se sentó en la cama negando.

-No mamá no te equivocas.

-Cariño no debes preocuparte por Harry y William, no creo que vuelvan pero eso no garantiza que él se fije en ti. Cariño deberías fijarte en otra persona y olvidarte de ese chico. Si quisiese algo contigo, ¿no crees que habría venido a verte o que te habría llamado?.

Louis asintió entristecido.

-Anda, date una ducha rápida y baja a desayunar, ¿De acuerdo?.

Louis obedeció y entró en el baño tras coger su móvil en la mesilla, luego se encerró en el baño y encendió el móvil, decenas de notificaciones llegaron mientras este se miraba al espejo.

Louis obedeció y entró en el baño tras coger su móvil en la mesilla, luego se encerró en el baño y encendió el móvil, decenas de notificaciones llegaron mientras este se miraba al espejo

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-Joder, estoy horrible-dijo tocándose la cara.

Finalmente cogió de nuevo el móvil en la mano cuando este terminó de vibrar y comprobó que había de nuevo llamadas y mensajes del ojiverde, iguales a los que le había estado mandando desde varios días atrás ciando al parecer su hermana le había dado el número.

Louis no le había dicho nada de eso a su madre, ni tampoco el que Harry si había estado yendo a la casa pero tras tocar al timbre incansables veces se había vuelto a ir.

Tampoco que otras veces había escuchado al pelirrojo abrir la puerta y decirle al ojiverde que él no quería verlo y también como Harry le daba recados para él, los cuales su hermano nunca le daba.

Harry le decía que se mejorara y que regresase pronto, también que extrañaba no ir juntos a la Universidad, cosa que hacía enfurecer a William y siempre acababan discutiendo fuertemente.

Poco después de afeitarse, ducharse y vestirse, bajó pero su madre ya no estaba, ésta ya se había marchado al trabajo así que resopló entristecido y se sentó a tomar algo del desayuno que le había preparado como cada mañana desde niño.

Durante varios minutos removió los cereales mirando la pantalla de su móvil, lo cogió y borró los mensajes y llamadas pues sabía que William se lo cotilleaba, mientras lo creía dormido, finalmente echó el resto de los cereales al triturador de basuras y de nuevo subió a su habitación.

Sin ánimo se sentó en la cama mientras decidía si hacer caso a su madre y salir de su encierro o por el contrario volverse a quedar en la cama un día más.

Sin ánimo se sentó en la cama mientras decidía si hacer caso a su madre y salir de su encierro o por el contrario volverse a quedar en la cama un día más

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23. Un novio de mentira. L.S (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora